five

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"Gyu," llamó Winter, BeomGyu levantó su mirada de su teléfono mientras que su otra mano agarraba la cuchara llena de cereales remojados en leche "¿va a venir hoy SooBin?"

"No" se limitó BeomGyu a contestar, volviendo a su entretenido juego de recolectar moneditas. Ambos hermanos seguían en pijama, pues era sábado y no había prisa alguna.

La niña frunció el ceño sin entender nada, abrió la boca para hablar pero JiHyo entró a la cocina recién levantada.

"Buenos días, mi amor" JiHyo besó el cabello de BeomGyu, repartiendo múltiples besitos que adoraba BeomGyu. "Buenos días, mi niña" cargó a Winter cuando la niña estiró sus bracitos a su madre.

"Buenos días mamá, ¿y papá?" habló BeomGyu, JiHyo suspiró sonoramente agotada.

"Tu padre sigue trabajando en el taller desde las siete de la mañana, como siempre." rodó los ojos, cargando a JiHyo en su cadera. La niña de seis años admiró a su mamá encender la tostadora, lo cual era luz verde a las maravillosas y legendarias tostadas casi curativas de JiHyo Kang.

"Se ve que no lleva bien la baja" se rió BeomGyu, negando suavemente. Su padre estaba dado de baja cuando en la obra en la que trabajaba, una tubería atada a una grúa golpeó su pierna y la partió. Habían pasado dos meses, y aun seguía levantándose a las siete de la mañana aun estando de descanso.

"¿Y qué haces tú aquí, mi vida?" JiHyo preguntó amorosa, esperando a que la tostadora se calentara "Creí que SooBin vendría a por ti y saldríais a algún lado"

"Eso mismo le he dicho, mami" Winter asintió, y JiHyo besó su cabeza.

"Oíd, SooBin no va a venir hoy y ya está" trató de calmarlas, aunque el primero que estaba aun furioso por lo de anoche era él.

"Oow, ¿ha pasado algo, Gyu?" JiHyo consoló, bajando a su pequeña hija para ir a abrazar a BeomGyu. Lo estrujó contra su bata pomposa de color blanca, Louis suspirando cansado al tratar de alejarse del abrazo de su madre y viendo que ella lo mantenía contra su pecho fuertemente.

"No.." murmuró, la abrazó de vuelta "No es eso mamá, esta noche saldré con HyunJin y JeongIn."

"¡Oh! ¿HyunJin y JeongIn? ¿El mismo pequeño HyunJim que venía a casa a preguntar por ti y que lloraba cuando te ibas a poner los zapatos porque creía que tardabas demasiado y no querías ir con él?" JiHyo habló entusiasmada, con su corazón rebozando de ternura "¿El mismo JeongIn que te daba la mano para ir a todos los sitios porque tenía miedo de que te perdieras?"

BeomGyu rió, apartándose del abrazo "Sí mamá, esos son HyunJin y JeongIn"

"¡Que idea tan genial, BeomGyu! Hacía mucho que no salías con ellos, eran tan buenos chicos.." sonrió JiHyo nostálgica, tomando el pan para introducirlo en la tostadora. Winter la seguía como un cachorrito, porque JiHyo era su madre y ella la amaba. "Recuerdo el día que HyunJin dijo que no se quedaría a dormir si no le dabas al menos diez besos en la mejilla. ¡Oh Gyu, y te acuerdas aquella vez que JeongIn por San Valentín te hizo una margarita de papel! Oh, que encanto.."

Esas anécdotas, definitivamente, jamás se las contaría a SooBin.

SooBin era alguien muy celoso y agresivo en ocasiones, él jamás le ha levantado una mano a BeomGyu, ni el menor lo dejaría hacer eso. Pero era celoso e impulsivo, posesivo en algunas ocasiones.

Había sido espectador en primera fila en como SooBin había roto desde narices a mandíbulas solo por algún comentario de un chico.

Su madre no era un ogro o algún monstruo homofóbico como decían algunos dramas adolescentes, él tuvo mucha suerte y su madre siempre fue amorosa y siempre lo amó. Y para sorpresa de SooBin, cuando a sus catorce años le confesó que era gay y no le atraían las mujeres, JiHyo estalló de felicidad y besó las mejillas de su hijo hasta doler.

JiHyo dijo que ella lo presentía, que ella sabía como BeomGyu nunca miró a las chicas pero sí a corpulentos y fuertes hombres. Y que, aunque ella ya se lo esperaba y lo tenía más que asumido, le hacía la mujer más feliz del mundo saber que su niño grande tenía tanta confianza con ella como para decírselo a ella primero.

"¿Entonces vendrá SooBin o no?" inquirió de nuevo Rosé, con su ceño arrugado.

"¡Que no, y no vendrá este fin de semana como mínimo!" gruñó BeomGyu, decantándose por levantarse y dejar su desayuno a medias. Subió a su habitación, porque tenía que avisar a JeongIn de que iría y deseaba hablar un rato con sus amigos. Como en los viejos tiempos.

Antes hablaban por horas, y cuando SooBin entró a su vida, esas horas pasaron a fugaces saludos entre pasillos y pasillos.

JiHyo pestañeó incrédula, llevando sus manos a sus caderas.

"¿Y a este niño qué mosca le ha picado?" murmuró JiHyo entre dientes.

"Papá dice que las mujeres se ponen de mal humor cuando viene el chorrito rojo" dijo Winter, picoteando del tazón de cereales a medio terminar de Gyu.

"Tú eres muy pequeña para saber que es eso, cariño" rodó los ojos, suspirando "Pero quizá tienes hasta razón"

agresivo.Where stories live. Discover now