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Madeline cursaba su segundo año de preparatoria, en una escuela donde, era conocida por ser el lugar en el que la mayoría de privilegiados estaban allí.
Así que no era ninguna sorpresa que solamente adolescentes presumidos asistieran. Y su conocido grupo de amigas no eran la excepción.
Con ese bello rostro inocente y esos ajustados vestidos que dejaban presumir sus agraciadas curvas sin ningún esfuerzo, había llamado la atención de la mayoría en el lugar.
Lamentablemente, todos ellos solo eran unos engreídos jugadores de fútbol que probablemente se quedarán calvos apenas pasados los treinta.
Su grupo de amigas más cercanas, si así podemos llamarle, eran el tipo de chicas con bonitos cuerpos que salían con este mismo tipo de chicos. A excepción de Alice. Ella era la única que tenía de novio al tipo de chico que solo a Madeline le interesaba.
Mark era el novio de su amiga. Con el que, claro, Madeline ya pasaba el rato desde hace meses.
Él era astuto, ingenioso; provenía de buena familia y era habilidoso en un sin fin de cosas.
Mark engañaba a su novia, pero Madeline no creía que él fuera mala persona. Su "relación", era algo complicada. Jamás se había acostado con él. En todas las ocasiones en las que se escapaban juntos no habían llegado a más que solo férvidos besos y sexo oral.
No es que jamás haya tenido sexo con alguien o algo como eso, simplemente parecía nunca ser buena ocasión para llegar a algo más con él.
Era como si Mark fuera el lindo chico universitario con el que Madeline comenzaba a salir.
Algo completamente absurdo. Mark tenía una novia, sus huidas juntos eran secretas y Madeline creía completamente que la mayor razón para estar con ella era por diversión.
En la tarde del miércoles, las cuatro se encontraban en casa de Charlotte, otra de sus amigas, donde supuestamente estarían en su habitación estudiando para el próximo examen de historia; sin embargo, hablaban de todo menos del estudio.
—¡Mierda!— exclamó Joy con felicidad, mirando lo que sea que se encontrará en su teléfono —Adam acaba de invitarme a su fiesta de esta noche.
Alice rodó los ojos —No te ilusiones, invitó a todos. Incluso veré a Mark allí.
—Creí que habían discutido— habló Madeline; ya que lo último que Alice le dijo fue sobre su fuerte discusión con Mark esa mañana.
—Bueno, ya no— Alice alzó sus hombros volviendo a girarse hacía el espejo para seguir con su maquillaje.
La chica no pudo evitar sentir una punzada de celos; puesto que horas antes, Mark le llamó y ella sugirió que salieran esa noche, ya que lo que menos quería era tener que ir a una fiesta, pero él la rechazó con la excusa de que estaría demasiado ocupado con asuntos de la universidad.
