Tras ser enviado a una misión asignada por el patrón, Kyojuro se embarca en una misión para derrotar al demonio que provoco la muerte de varios espadachines de rango Mizunoto, lo que no esperaba, era que el se sumaria a esas desapariciones.
Renuncia de derechos: Todo lo referido al universo de Kimetsu no yaiba le pertenece a Koyoharu Gotouge y el universo de Kōtetsujō no Kabaneri le pertenece a Wit Studio, sin embargo toda la historia me pertenece.
Aclaración: Para que no se sienta raro ya que la mayoría vio ambos animes en japonés, usare los honoríficos de los mismos, aunque anticipo que seguramente me equivocare.
En el capítulo anterior:------------------------------------------------------------------------------------------
Lastimosamente no sabían que las cosas se complicarían cada vez más y el Pilar tendría quedar todo de sí.
Lo que no sabían la mayoría era de que Ima oculto que cuando había tratado al cazador, por unos pocos minutos este sudaba mucho debido a su alta temperatura corporal.
Ella iba a comunicar eso, pero extrañamente eso desapareció, por lo que no le dio importancia.
Comienzo del capítulo 4: ---------------------------------------------------------------------------------------
Paso un tiempo en el cual la fortaleza de hierro se estaba desplazando con normalidad por las vías, mientras tanto en su interior era todo lo contrario.
En uno de los vagones los guerreros estaban probando nuevas armas mejoradas por Ikoma y Takumi, los cuales presumían sus armas con bastante emoción.
No solo eso, también diseñaron una katana hecha de escama que cubría el corazón de los kabane, hicieron una sola ya que Kyojuro se negó a dejar su arma.
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Y si, el Pilar de la llama se despertó justo para el momento del reparto de la comida.
Fue regañado por Ima ante su falta de cuidado y actuar de manera tan despreocupada.
Este tenía múltiples vendas que cubrían sus heridas y le ordenaron que no se moviera hasta que recuperara todas sus fuerzas.
Ayame ordeno que preparan muchas de las raciones ya que conoció un poco del apetito del anterior mencionado.
En ese vagón la gente se sorprendía por tal hecho, ya que se escuchaba una y otra vez la misma palabra.
Kyojuro: ¡UMAI! ........ ¡UMAI! ....... ¡UMAI!
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