Miedos.

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― Makoto, Makoto ― insistía Kisumi tratando de llamar la atención de Makoto como por sexta vez en todo el día, ya era medio día y ambos se encontraban almorzando en el comedor de la estación de bomberos

― ¿Eh? ― Fue lo único que pudo articular como respuesta, la razón del porque se encontraba tan distraído eran muy sencilla, se sentía sumamente culpable por lo que había pasado con Haruka el día anterior y más porque en la mañana Haruka se había negado a probar bocado y ni siquiera le había mirado a la cara mientras estuvo con él.

― No es nada, Kisumi― le mintió, aunque claro, no se iba a dejar convencer tan fácilmente, conocía muy bien a Makoto como para saber que algo le estaba preocupando.

― No me puedes decir que no es nada, cuando has estado distraído toda la mañana y mira ― le dijo mientras señalaba su bento ― no has comido casi nada, vamos, dime que es lo que te pasa ¿no me tienes confianza? ― dijo mientras le hacía un puchero, con eso logró sacarle una sonrisa, él no era así. Makoto se agarró la nuca con las manos pensando seriamente si podía contarle lo que había pasado con Haruka, luego de meditarlo un poco decidió que sí podía confiar en él.

Kisumi lo escuchó atentamente, sorprendiéndose bastante por lo que estaba contándole, ya había notado los celos con los que le miraba Haruka cuando estaba muy cerca de Makoto, pero jamás pensó que eso era una atracción y mucho menos que Makoto le correspondía, Makoto.

― ¿Crees que es algo raro? ― le pregunto con temor observando con atención la reacción de su amigo.

Kisumi se limitó a encogerse de hombros, como podía juzgar si era algo raro o no ― Siempre has sido débil cuando ves a alguien tan indefenso ― respondió haciendo sonreír a Makoto.

― Pero ahora no quiere comer― terminó de contarle Makoto ― y seguramente tampoco va a querer que me acerque para hacerle las curas, me preocupa que enferme ―dijo con tristeza ― ¿Me podrías ayudar?

― ¿Ayudar cómo? ―preguntó con cautela.

― Tal vez tú si lo puedas alimentar― Makoto sabía que a Haruka no le caía muy bien Kisumi, pero era el único en quien podía confiar estando en esta situación.

― Esta bien, pero tendrás que prestarme un impermeable ― contestó Kisumi.

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― ¿Cómo estas Haruka? ― preguntó Kisumi con soltura mientras sostenía un buen plato de caballa y se mantenía a distancia, aunque estuviese envuelto en un impermeable, sabía que con el carácter que tenía Haruka la probabilidad de terminar totalmente empapado era altísima ― ¿No te apetece un poco de caballa? ― preguntó amablemente ― escuché de Makoto que te gusta mucho― a la sola mención de ese nombre pronunciado en los labios de Kisumi, Haruka giró su cabeza que hasta ahora había tenido volteada hacia la pared y de un solo aletazo empapó totalmente a Kisumi, este se limitó a suspirar pesadamente, ya sabía que lo que le había pedido el castaño era tarea imposible, así que agarro una toalla y salió del baño para secarse dejando a Haruka sólo nuevamente.

― ¿Y bien? ― pregunto Makoto al verlo salir del baño, aunque cuando notó que estaba totalmente empapado supo que no había funcionado su plan.

― Te dije que no me iba a dejar alimentarlo ― dijo mientras le entregaba el plato con caballa ― es obvio que no le caigo bien, afirmó mientras observaba como Makoto se dirigía a la cocina a colocar el plato en la encimera.

Estando ambos en la sala Makoto se dejó caer pesadamente en una de los muebles que tenía y con ambas manos se agarró la cabeza.

― Vamos Makoto ― no te pongas así ― trataba de animarlo Kisumi mientras tocaba suavemente su hombro.

― Es mi culpa que el este así― replicó con amargura.

― Sabes, Makoto, ¿no es mejor que ya lo devolvamos al mar? ― Al principio puede que haya sido una buena idea el traerlo aquí, para que lo curaras y cuidaras, pero ahora...

― Ni lo pienses― le interrumpió el castaño ― Todavía está herido, no lo podemos dejar así como así, yo prometí cuidar de él.

― Bueno, como tú digas, pero ya que hablamos de eso, he estado pensando que para devolverlo deberíamos tomar prestado un bote o algo ― ante ese comentario Makoto se estremeció ligeramente, Kisumi no pareció darse cuenta así que siguió hablando ― Tendríamos que ir bastante mar adentro para devolverlo, no podemos dejarlo simplemente en la orilla o lo encontrarían de nuevo, ¿estarías bien con eso? ― Makoto lo miro como si no le entendiera ― No finjas Makoto, debes haber pensado mucho en esto.

Y así era, desde que había rescatado a Haruka, estaba pensando cada vez más en ese recuerdo que aún estaba fresco en su memoria; un barco pesquero naufragando a causa de un tifón que provocó que todos los pescadores muriesen a pesar de que estaban a una distancia que Makoto en su juventud solía nadar con total facilidad, para él era como si una terrorífica criatura se encontrara bajo el mar esperando el momento oportuno para atacar ― Cuando llegue el momento lo devolveré al mar, pero ahora está herido así que no lo puedo hacer ― sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos y fingió seguridad.

Kisumi simplemente asintió y le devolvió la toalla y el impermeable, ― Es mejor que me vaya a casa.

― Esta bien, te acompaño.

Ahora que Kisumi se había ido se dirigió al baño nuevamente ― Haru ― llamo mientras sonreía, Haruka ni se inmuto y lo ignoro tanto como pudo, Makoto entonces se devolvió a la cocina a buscar el plato de caballa, debía al menos intentarlo.

― Haruka, come algo por favor, solo un poco ― intentó con dulzura mientras le acercaba el platillo, el tritón se giró mínimamente y luego negó con la cabeza, no tenía apetito.

Makoto asintió con tristeza, y se acercó un poco más para tratar de acariciar su mejilla, pero Haruka volteo su rostro nuevamente rechazando el contacto de Makoto, dejándolo sorprendido.

― Haru yo... comenzó a disculparse nuevamente.

― Devuélveme al mar, llévame al mar por favor ― respondió todavía mirando la pared. Para el ya no tenía ningún sentido estar con Makoto, había dejado muy claro que sentía repulsión hacia él y no quería volver a sentir ese rechazo hacia lo que era.

― Sabes que todavía no puedo ― aclaró mientras el corazón le latía fuertemente ― Todavía estás muy lastimado.

Haruka suspiro, y apoyo su cara a la tina aún sin dignarse a mirarlo. Makoto en cambio se sujetaba fuertemente el pecho, sabía que el lugar del tritón era el mar ¿pero estaría preparado para eso? Y no era sólo su miedo al mar, era que no quería apartarse de Haruka, no soportaba la idea de que algún día no estuviese más con él.

No quiero dejarte ir...

Es imposible (corregido 03/03/2021)Where stories live. Discover now