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Capítulo 27

Las personas que cerraron los ojos se perdieron el momento más emocionante de todos.

Lo único que oyeron fue el sonido de un viento que pasaba, seguido del sonido de un objeto pesado que caía al suelo.

Qué desastre...

Cuando volvieron a abrir los ojos, se quedaron mirando con incredulidad.

Bai Shaoqing se quedó de pie largo rato, de pie en silencio en los escalones. Su rostro de jade está de cara al viento, la ropa blanca vuela, elegante y noble, y la majestad del rey sobre el mundo, obliga débilmente a la gente a venir.

Un rastro de sangre carmesí cuelga de sus hermosos labios.

Esta escena hizo que toda la sala estuviera tan silenciosa como si se asfixiara.

"Bai... El Tercer Joven Maestro Bai ha ganado..." Sólo unos instantes después, alguien rompió el silencio sepulcral de la sala y habló con dificultad para respirar.

Un largo suspiro de alivio.

"El Joven Maestro Bai ganó..."

"¡Sima Fan está muerto!"

"¡Ah! ¡Ah! ¡El Tercer Joven Maestro Bai ganó!", Xiao Mo se apresuró a acercarse, sosteniendo la mano de Bai Shaoqing con fuerza, sus ojos sorprendidos eran grandes y brillantes. "¡Joven Maestro Bai, ganaste! ¡Tú ganaste! ¡Sabía que ganarías!'

"El Joven Maestro Bai ganó con artes marciales"

"Sabía que ganarías"

"Eres un gran luchador, maestro Bai... ¿cómo se atreve ese Sima Fan a presumir de luchar solo?

Bai Shaoqing acarició su pecho y miró el cadáver de Sima Fan con los meridianos rotos en el suelo.　　

Si no hubiera tocado antes el punto de muerte de Sima Fan y hubiera dispersado inmediatamente todo el poder de éste, la palma que Sima Fan había impreso en su pecho habría bastado por sí sola para romperle los huesos.

Y suspiró.

Realmente había muerto a manos de Feng Long.

Sima Fan estaba lleno de ambición y quería dominar las artes marciales, con su talento y sentimiento no le habría sido difícil convertirse en un gran señor de la guerra, pero conoció a Feng Long como oponente y terminó así.

Sima Fan ha muerto, pero ¿dónde está Feng Long?

¿Dónde está Feng Long?

Pensando en este nombre, Bai Shaoqing se sintió triste. Incluso si hizo todo lo posible por matar a un oponente como Sima Fan, no sintió ni un rastro de alegría.

Xiao Jie se separó de la multitud, se paró junto a Xiao Mo, miró de arriba abajo a Bai Shaoqing y dijo con preocupación: "Tercer Joven Maestro Bai, acabas de ser golpeado por Sima Fan, ¿estás herido?

Xiao Mo exclamó: "¿Cómo puede ser? Esas artes marciales de Sima Fan no podrian herir al Maestro Bai. ¡Incluso puede derrotar a Feng Long ......!" Xiao Jie lo pellizcó en secreto y Xiao Mo gritó con incredulidad. Al ver que el público le miraba con extrañeza, se encogió de hombros y mantuvo la boca cerrada obedientemente.

Madame Sima no dijo una palabra, al ver que la multitud rodeaba a Bai Shaoqing, arrastró a Sima Rui, que fue atendido por el sirviente de la residencia Sima.

El Maestro Tongzhi cantó un himno budista. Había recibido un golpe de palma de la mano de Sima Fan y sus pasos eran un poco inestables. Se acercó a Bai Shaoqing con una sonrisa de alivio y dijo: "Amitabah, el Maestro Bai es amable y justo y ha salvado al mundo de las artes marciales de un gran desastre". Su rostro se oscureció y dijo: "Aunque el budismo no habla de matar, el Maestro Sima era una maldición para el WuLin. Si el Maestro Sima no hubiera perdido la vida a manos del Maestro Bai, podría haber habido un baño de sangre aún mayor en el futuro".