epílogo

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Inglaterra, 2019.

La última vez que se entró en Inglaterra fue cuando sucedió aquel accidente y sus sueños se habían estropeado en su totalidad. Ahora mientras descansaba en una banca y tomaba un chocolate blanco mientras observaba a un niño pequeño de cabellera rubia ir y correr, sabía que todo cayó por su peso después de un tiempo. Cosette suspiró y negó con la cabeza al recordar como después de su marcha de París, él la fue a buscar y pedirle disculpas por haber actuado aquella vez en esa cena. Cuando entendió los problemas que habían ocasionado ello, fue cuando supo que tal vez una segunda oportunidad no era mala. Charles había entendido que no era fácil ganar su confianza y puso mucho esfuerzo en ganarse su corazón, con visitas esporádicas a sus presentaciones, con cartas, mails o comiendo chocolates cuando llegaba estar en París.

Nunca preguntó quien fue la razón porque se animo a buscarla, pero sabía que en las miradas cómplices que tenían Celeste y Chanel, las hermanas menores de Charles que ellas tenían algo que ver. Nunca dijo mucho y aceptó dejar la compañía para ayudar en la cafetería, aquella cafetería había sido el comienzo de todo y al final era donde debía llegar en esa ocasión. Se casaron un año y medio después de que él la fuera a buscar, fue una boda sencilla donde sin saberlo Chanel causó más de tres problemas y ella solo había reído con toda la situación. Lo gracioso que había sido ver a Chanel y a Logan cubiertos en los que fue su pastel de bodas compensó todo lo malo, incluso cuando Celeste gritó por lo alto diciendo que arruinaron su obra maestra. Charles le había dicho que aún podía huir si lo deseaba, pero, ella negó argumentando que era donde debía estar antes de robarle un beso a quien era su esposo.

El niño rubio corrió hacia ella e hizo un puchero en cuanto llego, mientras Cosette le observaba con algo de ternura y desaprobación, era demasiado parecido a Charles de pequeño solo con el cabello rubio de ella.

—Mamáaaa, la tía Chanel se comió mis chocolates —gritoneó mientras Chanel ahora de 19 años observaba con furia al pequeño y ella negaba con la cabeza.

—Porque me traicionas, dije que te compraría más —respondió la joven y Cosette tomó uno de los chocolates que tenía a su lado y se lo dio a su hijo con calma.

—Tu padre debe llegar en unos minutos y podemos pedirle que prepare más, ¿sí? —Le dijo ella pellizcando su mejilla y viendo de reojo como Chanel rodaba los ojos ante como consentía al pequeño. El niño solo profirió un grito de alegría y le saco la lengua a Chanel, quien fastidiada se sentó al lado de ella mientras se cruzaba de brazos.

—¿Crees que tarde mucho en volver? —Le pregunto Chanel y ella negó con la cabeza, cuando habían enterrado al padre de Charles fue en Inglaterra y por ello cada año solían ir a esa ciudad ya que Charles se tomaba un día para arreglar la tumba y nada más.

Nunca indagó más en la relación que Celeste, Chanel y Charles tenían con su padre, pero para el hecho de que Chanel aún no se animara a ir a su tumba o Celeste evadiera el viaje, significaba que quedaban heridas por sanar. Cosette solo suspiró y observó a su pequeño estar inmiscuido en terminar los chocolates, acarició sus rizos dorados y volteó a ver con una sonrisa a Chanel.

—No, creo que hizo las pases con él y mira —señaló con su cabeza a un hombre de cabello castaño que caminaba de regreso hacía ellos y traía una expresión de paz en su rostro—, ha llegado, es hora de marcharnos, tenemos un tren que tomar.

Chanel se levantó y le tendió la mano a ella, para poder levantarse con cuidado ya que su vientre de 7 meses de embarazo le impedía un poco. Escuchó pasos aproximarse y Charles tomando su cintura con cuidado, ella solo sonrió y observó como Chanel se disponía a cuidar de su hijo, James empezó a reganar con ella y no pudo evitar reír.

—¿Qué es tan gracioso, cariño? —Le preguntó mientras tomaba su mano y ella observaba a un niño de tres años peleando con una mujer de diecinueve y al ver a su pequeña familia ella no pudo evitar sonreír.

—Ellos, ¿te imaginas los problemas que causaran cuando él tenga 15 y Chanel esté casada? —Le dijo con un tono burlón mientras emprendían su caminata de regreso y el hombre se puso pálido ante la mención de su hermanita menor casándose.

—Falta mucho, no pensemos en eso, ¿sí?

—¿Y en que pensamos?

—Mhm, pensé que Giselle es un buen nombre para la pequeña... ¿qué dices? —Le preguntó con una sonrisa y con un puchero muy similar al de su hijo, las mañas se heredaban sin duda. Pensó en la bebé y sonrió al darse cuenta de que un par de chocolates la habían llevado hasta allí.

—Me parece perfecto —contestó mientras recargaba su cabeza en su hombro y sabía que después de tanto dolor, la luz que siempre añoró había llegado a su vida y esta vez para quedarse.


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Sé que quedan muchas preguntas por responder, pero prometo que todo ello se resolverá en "¿Por qué cupido me odia?", sin más, les dejo esto que debo desde hace años y también al pequeño James con su carita de odio porque Chanel se comió sus chocol...

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Sé que quedan muchas preguntas por responder, pero prometo que todo ello se resolverá en "¿Por qué cupido me odia?", sin más, les dejo esto que debo desde hace años y también al pequeño James con su carita de odio porque Chanel se comió sus chocolates. Nos vemos pronto. uwu


Sol. 

Cincuenta y Tres Gotas de Amor. | Concurso "Frases del Alma"|Where stories live. Discover now