Mientras Younghoon y Chanhee disfrutaban recogiendo flores y mariposas, Changmin sólo quería fotografiar y admirar el paisaje sin que sus mayores lo destrozaran.
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✧ BbangNyuKyu.
✧ Soft;Fluff.
✧ Historia corta.
✧ Historia original: @lknowxh...
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Younghoon llevaba unos días sin visitar la biblioteca donde solía ver a los menores, y tampoco iba al prado con ellos. Cada día, Changmin llegaba con el dulce favorito de Younghoon, preparado para retarlo por desaparecer tan de repente y darle el dulce, pero el chico nunca aparecía, y Chanhee se terminaba comiendo el pequeño regalo.
Y Younghoon... Younghoon se sentía celoso. Los últimos días que había estado con los menores los escuchó murmurar, hablar entre ellos como si él no estuviera ahí. Lo estaban dejando de lado.
Al principio le restó importancia, diciéndose que sólo eran imaginaciones suyas, hasta que una vez iba por la calle y los vió por la ventana de un café, tomando y riéndose sin él. Se le apretó el corazón de alguna manera al saber que era tan poco importante en su amistad de tres, que ni siquiera lo invitaban a salir con ellos.
¿Y si están saliendo y no me avisaron?
Esa era la pregunta que rodó por su mente los últimos días, y por lo tanto dejó de ir con ellos. Si querían tener una relación entre ellos, él no quería molestar, aunque doliera.
Pero ahí estaba, un viernes por la tarde frente a la biblioteca, con un libro pasado de fecha entre manos. Esa misma mañana le había llegado un correo exigiéndole devolver el libro, o de lo contrario tendría una sanción. Lo que no sabían es que Younghoon no devolvía el libro porque eso implicaba ver a Chanhee.
Con el libro en su pecho, entró al lugar, intentando esconderse con su capucha negra. Y como si el universo lo hubiese maldecido, el que estaba encargado de la devolución de libros era Choi.
Lo miró desde lejos, mordiéndose el labio mientras lo observaba leer un libro a medias. Parecía muy concentrado, y le recordaba a cuando pasaban las tardes juntos, cada uno en lo suyo, pero juntos. Los extrañaba mucho, de eso no había duda.
Entonces visualizó a lo lejos la máquina automática dónde podías devolver los libros, aunque desistió cuando vió que estaba en reparación. No le quedaba otra.
Escondiendo su cara lo mejor que podía, se acercó al chico, preparándose para fingir una voz.
— Buenas tardes, quería devolver este libro —. Su voz sonó grave, muy exageradamente grave. Nunca podrían reconocerlo.
Chanhee agarró el libro, pasándolo por el escáner sin dejar de mirar al más alto con una ceja alzada.
— ¿Me presta su carnet, por favor?.
— Sí, acá lo tengo —. Sacó el pedazo de plástico, dándose cuenta muy tarde de que fue un completo error.
— Un milagro volverte a ver, ¿A qué se debe el honor de tu visita?
— Ehm, tengo que irme, hasta luego —. Agarró el carnet sin hacer contacto visual con el menor, yendo con rapidez hacia la puerta, hasta que chocó con alguien, cayendo ambos al suelo.
