14

59 7 7
                                    

VIVIR HASTA QUEMARNOS

La luz se colaba por la ventana causando una leve molestia en mis ojos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La luz se colaba por la ventana causando una leve molestia en mis ojos.
Intenté mover los brazos de Johnny para un lado pero eso sólo causó que me abrazara con más fuerza.
No se despertaba y yo me estaba a punto de orinar, intenté hablándole y soplándole pero no se no había caso.

Supongo que no queda de otra.

Sus ojos se abrieron de golpe al notar algo húmedo en su cara.

—¿Qué pasó? Está lloviendo en la casa—dijo arrebatado y agitado mientras yo estallaba en carcajadas.

Finalmente entendió qué había pasado y me miró incrédulo—. ¿Me escupiste?

—¿Lo hice?

Agradezco haber recuperado ese ambiente de familiaridad y divertido que tenía con Johnny antes de que todo se marchitara. Estos últimos días después de la fiesta nos hemos unido más y no ha faltado algún que otro roce que nos quitaba la respiración a ambos.
Hoy sus padres no se encontraban porque se habían ido a acampar con los míos y nosotros, aprovechando eso, tuvimos una noche de películas y pasión desenfrenada.

—No me respondas con otra pregunta ya sabes que me molesta—dijo intentando calmar su cabello mañanero. Qué lindo es.

—¿Por qué te piensas que lo hago entonces?

—Siempre te empeñas en hacer todo lo contrario a lo que los demás esperan de ti y déjame decirte que me encanta—me rodeó con sus brazos dejando un beso casto en mis labios.

—Y tu te empeñas en ser de lo más predecible, somos el uno para el otro—dije bromeando y Johnny me empujó juguetonamente.

El día después de la fiesta nos levantamos confundidos pero con una idea en mente. Y después de hablarlo mucho decidimos seguir llevando adelante lo que sea que se estaba formando.
Hoy, dos semanas después, todo va mejorando.
Salimos más, hacemos las cosas que hacíamos a los 16 y hasta mejores teniendo en cuenta nuestra mayoría de edad y la libertad que eso conllevaba.

Ahora mismo lo miraba a los ojos y parecía que nada hubiera cambiado, que seguíamos siendo Julie y Johnny de Los Ángeles, aquellos dos que se conocieron en plena nieve debido a que un perro travieso se me atravesó en el camino.
Yo lo supe en aquel momento pero no logré identificarlo, ahora lo tengo más que claro; nuestro amor era algo que siempre iba a volver por más larga y dura que hubiera sido la separación. Por más caótica que sea la tormenta nosotros dos siempre íbamos a encontrarnos en un claro de luz.

—¿Qué va a pasar cuando me vaya de vuelta a la universidad?—no pude evitar romper el ambiente mágico. Él suspiró.

—¿En serio tenemos que hablar de esto ahora en este momento?—preguntó cansado. Al ver mi insistencia suspiró—. Quiero que sepas una cosa antes de comenzar a planear y hacer ideas.

Se levantó y acunó mi rostro con las manos y con los ojos más sinceros y decididos que pude haber visto.

—Ahora que te tengo de vuelta no pienso dejarte ir y perderte de nuevo. Vayas donde vayas te seguiré y no hay nada que puedas hacer al respecto.

No pude evitar la sonrisa que se formó en mi rostro al escuchar sus palabras—. Siempre sabes qué decir John Orlando.

—Me lo dicen seguido—dijo divertido mientras yo envolvía mis brazos alrededor de su cuello. Ambos reímos.

//

El frío aire invernal no tenía comparación con el cálido sol de California. Por más que fuera diciembre no hacía frío del todo pero igual uno necesitaba al menos un suéter.

Johnny y yo caminábamos de la mano por las calles de la ciudad, disfrutando de la compañía del otro. Algunos nos reconocían y le pedían fotos a Johnny, otros nos miraban mal, pero lo que más me sorprendió fue cuando una chica de unos quince años se acercó a mí y me pidió una foto.

—Tú eres Julie Langerlee, ¿Verdad?—yo asentí extrañada—. ¿Te molestaría sacarte una foto conmigo? Siempre admiré tu fortaleza a pesar de todo y me encanta tu mentalidad sobre la sociedad y sus pensamientos.

Era verdad. Yo no era muy activa en las redes sociales pero cuando lo era publicaba cosas que iban en contra de los estereotipos y otras problemáticas como el machismo o el racismo. Ver que alguien pensaba igual me llenaba el corazón.

Nos terminamos sacando tres fotos y una más con Johnny. Él me miraba orgulloso mientras yo rebozaba de felicidad.

—Me encanta el hecho de que hayan vuelto, ustedes dos están hechos el uno para el otro. No dejen que nadie ni nada los separe a los dos de nuevo—dijo antes de irse y a ambos nos dejó pensando.

—Perdona pero si me dan a elegir entre Sebastian Stan y tú, bueno pues lo lamento querido pero mi soldado del invierno espera—dije en broma y Johnny soltó una carcajada.

—Ni aunque Jennifer Aniston esté en frente mío voy a dejar de mirarte, estrella mía—comenzó a decir mientras me envolvía la cintura con los brazos.

—No te hagas el romántico ahora.

—Yo soy romántico.

—No, no lo eres—su gritito ahogado me hizo soltar una carcajada.

—¡Mentirosa! Yo soy el romántico y tú eres la seca.

—Yo no soy seca.

—Si lo eres.

—Que no joder.

Y así, nos embarcamos en una divertida discusión mientras caminábamos por las calles casi anocheciendo. Terminamos en un restaurante italiano remoto comiendo mis pastas preferidas. Y cuando el vino se subió a nuestras cabezas, cogimos la botella y dos copas para después salir corriendo con aquellas pero no sin pagar la comida. Porque ladrones de copas pero de comidas no.
Obviamente no supimos que el dueño nos miraba divertido desde una esquina.

El amor nos hacía hacer locuras. Algunas pueden ser buenas, otras pueden llegar a perjudicar todo el esfuerzo que uno haya dado. Pero sobretodo hay locuras inocentes, llenas de amor y adoración por el otro. Y esta es una de ellas, este amor raro que ni siquiera tiene nombre, que recién se está volviendo a desarrollar después de haber sufrido lo que se llama amor adolescente.
No éramos unos niños de nuevo, pero por sobretodo éramos jóvenes y nos quedaban mil cosas por hacer.
Íbamos a llevarnos el mundo por delante.

Íbamos a vivir hasta quemarnos.

Porque no sabíamos si estaríamos juntos por mucho tiempo, solamente sabíamos que el sentimiento nos iba a quedar por siempre.

//

BUENAS BUENAS

Se sorprendieron no? Yo actualizando medianamente temprano y no con seis meses o más de diferencia.

Espero que les haya gustado este capítulo y también díganme cómo se llaman los amigos de Johnny ahora porque los de antes no sé si siguen juntándose y tampoco estoy muy pendiente de Johnny.

Always; JOWhere stories live. Discover now