11 - Un mal sueño |Editado|

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— Todo es oscuro, ¿perdimos el combate, en verdad el imbécil del arco y el enfermo de la lanza nos habían vencido?. Estaba acostado en un frio suelo, una luz se encendió arriba de mi y aquel frio desapareció, en un parpadeo ya no estaba en aquel lugar obscuro si no en una habitación en donde estaba un joven de unos 18-19 años de edad. Iba vestido de manera elegante y de telas suntuosas, lustrosas, como el terciopelo, la seda o el brocado era lo que conformaba aquella vestimenta. Me le quede viendo y me acerque, intente hablar pero las palabras no salían de mi boca. A mis espaldas una gran puerta de Caoba se abrió mostrando a Keych, amarrado con cadenas en sus pálidas y lastimadas manos...—

— "Señor, le hemos traído a un nuevo esclavo como nos ordeno" —Exclamo uno de 2 guardias los cuales entraron detrás de Keytch, ahora quiero moverme pero algo... No me deja...—

— "Perfecto, ya pueden retirarse" —Exclamó el adolescente adinerado, sentí rabia de solo ver esa situación de mierda. Vi como saco un látigo y una pequeña bara de metal con algunos pinchos bastante pequeños como de 2 cm, siento mi corazón palpitar de forma rápida... Los ojos de Keytch empezaron a lagrimear, era algo complicado de ver... Estoy apretando los dientes para intentar controlar la rabia, pero en este momento...—

— Narrador —

—El escenario cambio completamente siendo reemplazado a una especie de Burdel con barras donde servían alcohol por supuesto, Itel por alguna razón ahora si podía moverse pero nadie parecía verlo. Camino por el lugar lleno de gente la cual no lo veía y de vez en cuando lo traspasaban como si fuera un fantasma, siguió recorriendo el lugar hasta que escucho un pequeño disturbio a unos metros a su lado izquierdo, ¿Era Akara?. Esta tenía un traje de sirvienta bastante sexualizado que dejaban ver demasiado su cuerpo, esta había tirado por error unos tarros de cerveza al suelo y por error mancho la ropa ropa de lo que parecía un aventurero, este se levanto muy enfadado y se le acerco levantándola con brutalidad tomándola de la camisa—

—"Maldita perra semi-humana, ¡Mira lo que le hiciste a mi ropa!. Debería matarte, no sirven para nada los de tu maldita calaña " —Exclamó el hombre de unos 40 años de edad, colocando una mueca entre socarrona y disturbiosa, estaba al borde de hacerle algo, itel...  Sus puños se volvieron blancos de lo fuerte que los estaba apretando, su pecho comenzó a doler cuando Akara empezó a llorar. Corrió hasta el hombre e intento golpearlo, por supuesto fue en vano y cayo directo al suelo, en su pecho se sentía un calor como flamas solares. La cota de mallas que se encontraba en su pecho emanaba calor, una Egida de fuego solar...—

—Nuevamente el lugar cambió en un parpadear, ahora era un bosque oscuro solo iluminado por algunas antorchas a punto de apagarse y por el brillo de la luna, el suelo estaba teñido de un fuerte color rojo de sangre derramada. Levanto la vista y era un masacre, quedo asqueado por la cantidad de cuerpos que estaban allí. Escucho un grito de dolor a unos arboles de distancia, corrió hasta ese lugar adentrándose aun mas al bosque. Al llegar de donde provenían los gritos el dolor de su pecho le hizo caer de rodillas, con sus ojos que amenazaban con salir de su órbita. Temblaba como si hubiera un frío invernal, el calor en su pecho iba aumentando y algo dentro de el comenzaba a volverse mas duro al intento de ignorar aquello que pasaba por enfrente—

— "Tsu-Tsukany..." —Aquellas suaves y apagadas palabras salieron de su boca al ver a un par de orcos de 2 metros de alto, cada uno tenía una extremidad de su compañera ya nombrada en cada mano. El cuerpo sin vida y sin mandíbula de esta estaba en el suelo, destrozado como si una horda de lobos hubieran acabado con ella. El odio le comenzó a consumir y finalmente no podía aguantar, no entendía por que estaba viendo todas esas cosas. Pero si entendía una cosa, nada de eso debía pasar. Y si intentará suceder, sería por encima de su maldito, muerto, quemado e inexistente cadaver—

— ¿Tenía pesadillas porque perdió el combate, los perdió a ellos. Porque los decepciono?, se daba golpes en el pecho y en la cabeza preguntándose el por que querían separarlos de el, que hizo. Pues era algo entendible, sin el héroe los semi-humanos nuevamente podían ser vendidos como esclavos a gente de mierda que los explotara o maltratara, Tsukany sin tener que ayudar al héroe se tendría que ir con otro grupo a misiones para sacar dinero por supuesto. El lugar cambió otra vez, nuevamente todo era oscuro solo iluminado por una lampara de parecía provenir del techo. Iluminando solo un circulo a su alrededor. Unas lozas blancas con detalles de Cuchillas adornaban el suelo, no podía aguantar el dolor y la desesperación de volver a perder a quienes quería, de volver a sufrir las perdidas. Se estaba volviendo loco, ¿Por que la historia de sufrir se tenía que repetir una y otra vez para el, acaso era el único al que tenían que joder?. Su katana se había materializado en sus manos, la gema antes azul había cambiado su color a uno azul claro, con la mitad vino tinto como sangre cuajada. La desesperación se estaba apoderando de el, enfrente de si aparecieron el par de orcos, el joven de vestimenta de dinero y el mercenario/aventurero del Burdel. Apretando la katana con sus manos y apretando los dientes como nunca, se arremetió contra estos dando un fuerte salto elevándolo a un par de metros del suelo—

—  " ¡Concentración - Egida Solar, cortes espectrales! " —Dando tajos al aire sin cesar durante un par de segundos apareció detrás del pequeño cuarteto de sus pesadillas, clavando su Katana en el suelo para poder sostenerse en pie se dio la vuelta. Un fuerte circulo de aire caliente apareció dé repente bajo sus enemigos para que luego saliera algo parecido a murallas hechas de fuego y finalmente, tajos de viento con algunos gritos espectrales retratados como olas de corte doradas. Entraron dentro de la composición de fuego, antes de desvanecerse el fuego y sobre ellos la marca dorada de 2 Katanas Cruzadas—

—Se despertó de golpe, cubierto en sudor y con dolor en todo su cuerpo. Era de noche y esto se notaba por la ventana ya que en esta se podía ver el cielo y sus estrellas, con respiración agitada volteó a todos lados buscando a sus compañeros de equipo, necesitaba verlos. Realmente necesitaba saber que todo había terminado bien, que por primera vez en toda su vida no la cago—

—Quiso hablar pero su boca estaba demasiado seca, no había nadie en la habitación debido a que en esta solo había una cama. Muy suave se escuchaba la música de la parte de abajo de la posada, se levanto lentamente de la cama y se encamino a la puerta. Al intentar abrirla se encontró a Keytch de frente, sus ojos por fin tuvieron descanso limitándose a cerrarlos y no pudo evitar abrazar a su compañero gatuno. Estaba allí, estaban allí... Así que, había ganado el duelo. Esperaba que ya no volvieran a joderle y en dado caso que otra vez lo intentaran, se meterían en el Ojo de la Tormenta...—

Tate no Yuusha: La Leyenda Del Duo De Heroes |Editando|Where stories live. Discover now