Naruto: Reencarné como un civil

Metas (Capítulo editado)

Capítulo editado

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No pude pegar ni un solo ojo la noche de ese día, e intentar meditar tampoco tuvo resultados, mi cabeza estaba tan llena de ideas y pensamientos que la tranquilidad era una imposible.

Ya siendo bastante tarde en la madrugada, con los ojos totalmente secos, recién ahí pude llegar a dormitar por un par de horas hasta el momento en el que siempre me despertaba, gracias a un reloj interno que desarrollé por mi gran constancia.

Me encontraba fuera de la cama, con unas enormes ojeras y una dificultad para mantenerme de pie. Observando el espejo del baño, también noté que tenía todo el pelo revuelto.

Estoy fatal...

Esto me recordó aquellas épocas de desvelarme todas las noches para ver animes y jugar juegos

"Hahh... que no se repita... que no se repita..." Tomé con mis manos un poco de agua fría y mojé por completo mi cara y mi pelo. "Uhhggg."

Saliendo de mi parálisis momentánea, agarré mi ropa de "entrenamiento", que no era más que una remera blanca amarillenta, un corto azúl marino y unas sandalias simples.

Ya en la salida del orfanato, miré por última vez el amanecer que me acompañaría hasta el bosque cercano. "Tu puedas, Daiki... tu puedes."

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No me llevó mucho tiempo llegar a la entrada del bosque, al fin y al cabo, mi orfanato se encontraba en el borde de la Aldea, cerca de los muros y justamente donde están los bosques.

Me quedé quieto aún procesando lo que estaba ocurriendo en mi vida actual, acababa de conocer a uno de los personajes más geniales de la serie y este mismo me iba a entrenar, simplemente no cabía en mi cabeza.

"Tan surreal..." Suspiré por última vez y me adentré.

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"¡Al fin llegaste, Daiki!" Ignoré por completo el grito mortal que me dió la bienvenida y me pregunté.

¿Como carajo sabe mi nombre? Nunca se lo mencioné...

"¡H-hola!" Me incliné en un ángulo incómodo siguiendo la típica tradición japonesa, después de todo Gai seguía siendo un ninja de rango alto.

"¡Jajajaja! No hacen falta esas formalidades." Asentí con la cabeza varías veces mientras Gai se reía emocionado.

"Bien, antes de comenzar tengo que hacerte una pregunta." El animado y enérgico hombre cambió por completo a una seriedad extraordinaria.

"¿Una pregunta?" Gai cruzó los brazos y afirmó con la cabeza.

"Dime ¿Por qué entrenas?"

¿Por qué? ¿Esa pregunta de donde viene?

"Pa-para hacerme más fuerte..." Fue lo primero que se me ocurrió.

"No... quiero la verdadera respuesta." Gai negó con la cabeza al escuchar mis palabras, no pude mantener la vista en él.

¿Verdadera respuesta? Mi respuesta no era incorrecta...

Hubo un momento de silencio hasta que finalmente abrí la boca.

"No quiero morir..." Gai levantó una ceja ante mi respuesta.

"¿Por qué moriría un niño de tu edad en estos tiempos de paz...?" Gai se quedó callado esperando una respuesta pero al ver mi negativa siguió. "Mira tus manos destrozadas. Alguien no simplemente llega a ese punto por 'querer más fuerza', hay una razón pesada detrás."