Capítulo I:

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"El vacío que siento"

"Es tan típico de mí, arruinarlo todo

Nunca valoré y lo tenía todo

Es tan típico de mí, llorar por las noches

Hablarle a la muerte y escribir tristes canciones

Lo siento, me siento tan sola, es que nadie entiende, el vacío que siento"

El vacío que siento - Kim Queenland

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Salut (Hola), me llamo Lea y está es mi historia; definitivamente me encantaría haber sido mucho más fuerte y valiente en ese entonces, como indica el significado de mi nombre, el cual, para ser totalmente franca, no es muy común o por lo menos no lo es por estos lares; pero me apena decirte que yo no era en lo absoluto así y ello, lamentablemente terminó desencadenando la historia que te voy a contar a continuación.

Mi historia.

No todo en ella es enteramente amargo, hay enseñanzas significativamente valiosas que esta me conllevó a aprender y me emociona contártela, así que... ¿Comenzamos?

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Sé que debes estarte preguntando quién es la persona que está escribiendo esto, por ello, siento que tengo el inmenso deber de relatarte un poco sobre mí y mi cotidianidad, la cuál, siendo realista, creo que no es muy agradable que digamos.

Permíteme presentarme.

Para comenzar, soy una chica común y corriente, poseedora de virtudes que me hacen encasillarme en el bloque de "ser humano que no aporta nada al mundo y que, de paso, no es para nada fuera de lo común"; creo que tengo el súper poder de ser torpe e indudablemente poco inteligente.

Se podría decir que considero que no salgo muy a menudo, eso (al menos en mi cabeza) es un triste sinónimo de "nunca"; como si fuera poco, tengo otro gigantezco problema, no soy interesante como realmente me gustaría y tengo únicamente una amiga (suena y es verdaderamente triste, lo sé).

Hannia, ella es una chica con un corazón inmenso y una humanidad realmente comprometida.

Nos conocemos desde que tenemos 7 años pero, pese a ser seres completamente atípicos e inusualmente extraños; ella súper tímida y yo extrovertida (o eso intento aparentar frente a las demás personas), ahora tenemos 16, sí, como diría mamá, "los dulces 16" y afortunadamente (para mí buena suerte), seguimos siendo meilleures amies (mejores amigas).

Algo de las insólitas cosas que puedo jurar que compartimos muy fervientemente es que ambas somos extremadamente soñadoras, desde pequeñas hemos soñado con tener algún día "aquella vida", la vida perfecta, ese cuento de hadas que todos desean devotamente vivir en algún momento, en el que volar entre las esponjosas nubes blancas a través del bello e infinito cielo estrellado, habitar en un mágico castillo de algodón de azúcar con un príncipe sumamente encantador en su interior y tener súper poderes, al menos para nosotras, no sería algo para nada descabellado.

Ella era mi único apoyo o soporte, quién siempre se encontraba ahí para mí, dispuesta a todo para ayudarme, era mi papillon de diamant (mariposita de diamante), pero a pesar de eso y de la gran importancia que Hannia había adquirido a lo largo de los años en mi desastrosa realidad, yo nunca le contaba nada de mis sentimientos, sobre lo mal que la pasaba, acerca de las ocasiones en las que "tocaba fondo" y se me caía el mundo en pequeños pedacitos.

"Blindfolded by your love" - [EN PROCESO]Where stories live. Discover now