𝙲𝚘𝚘𝚔𝚒𝚎𝚜 & 𝙲𝚛𝚎𝚊𝚖 || 𝚂𝚑𝚊𝚢𝚎𝚘𝚗

𝙵𝚘𝚞𝚛𝚝𝚑 𝚂𝚙𝚘𝚘𝚗

La chica de pelo negro limpia la mesada con tranquilidad. Ese día había ido mucha gente a por un helado pero la única persona que quería que vaya no se había presentado.

Suelta un pequeño suspiro y mira hacia la ventana, ya estaba oscureciendo y, como era la única que quedaba ahí, le tocaba cerrar el local.

Cuando va a arreglar sus cosas, escucha el móvil de aire lo cual hace que sus pensamientos de que su persona especial haya ido ese día vuelvan pero se desvanecen al ver a una chica de cabello largo y negro.

—¿Ya cerraron?— pregunta con timidez la chica.

—No— dice Shana intentando alisar su delantal —¿Qué le sirvo?

La cliente sonríe y mira la tabla de sabores que se encontraba encima de la empleada. La cara de la otra se le hace familiar de algún lado pero no podía distinguir bien de donde.

—Deme un kilo de helado— dice la coreana con una sonrisa.

—¿Qué sabores quieres? Se pueden hasta cuatro.

—Fresa, chocolate, menta con chocolate y banana.

Nonaka decide no pensar en la combinación de sabores que había elegido la cliente y se pone a servir todo en un bol descartable grande.

—Tú...— la chica enfrente suyo la mira con timidez —...estudias en la escuela que esta a dos cuadras ¿verdad?

La japonesa la mira con los ojos bien abiertos por la repentina pregunta.

—Sí— responde mientras carga los sabores de helado —¿Por qué?

—Es que yo también estudio ahí— responde la cliente con una pequeña sonrisa —estoy en último año.

—Yo soy de segundo año— dice Shana también con una sonrisa mientras pasaba el helado —creo que te vi por los pasillos.

—Sí, yo también— la otra chica la mira algo indecisa —me llamo Kim Chaehyun.

—Yo me llamo Nonaka Shana— le muestra una de las típicas sonrisas que daba a todos los clientes y guarda el helado en una bolsa junto con un par de conos.

Le dice el precio y Chaehyun se despide tímidamente.

Eso había sido algo raro.

[...]

—Extraño a Shana— se dice a si misma Suyeon quien se encontraba acostada en su cama. Había agarrado un resfriado, no pudo ir a la academia de baile y menos a comprar un helado para ver a la chica que no dejaba de pasar por su cabeza.

—Llevas diciendo eso desde la mañana— se queja Dayeon quien se encontraba a su lado —si descansas bien hoy, mañana ya podrás verla.

—Es que quiero verla hoy— refunfuña y suelta un estornudo.

—Pareces una niña pequeña— la chica de cabello negro la mira y suelta un suspiro —me dijiste que tienes su instagram, mándale un mensaje y listo.

Suyeon la mira como si estuviera loca.

—No lo haré— dice tapándose por completo con las sábanas.

—Entonces no la extrañas tanto— bromea la otra chica —mentira, tómate tu tiempo.

—Siento que va a pensar que estoy siendo muy intensa.