Cap1. Una ayudita

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Ha pasado un tiempo, un mes para ser exactos y la verdad no he tenido grandes cambios.

Adonis se marchó a los pocos días y nosotros volvimos a Lockwood, les insistí a los chicos de que me llevarán a Wingston para poder poner en funcionamiento la piedra de la tierra porque, bueno espera si, sí ha habido cambios.

Algunas personas que se llevó Gideón no se encontraron, entre ellas Amanda, Liliana y otro integrante de la familia líder de Leucosia.

La piedra de la destrucción después de mucho pensarlo me la quedé yo, en casa de los Lockwood estaría segura y además tampoco conocía demasiado a Adonis como para que se la llevara a no sé dónde.

— Amelia,— alguien me llamaba desde el otro lado de la puerta.— ¿Puedo entrar?

— Si, claro.— enseguida me levanté quedándome sentada en la cama, dejé el papel a un lado y al girarme me di cuenta que era Devon.

— ¿Otra vez escribiendo?— se acercaba a la cama sentándose delante mía y observando el papel— Ha pasado un mes, no hace falta que escribas todo lo que ha pasado. Todos lo sabemos bien.

— Soy la secretaria ¿no? Bueno, pues quiero tener todo ordenado en mi cabeza y escribirlo me ayuda.

Tomó el papel y con un gesto pícaro asomó sus ojos por la parte superior del papel.— También escribes las escenas sexuales..., ¿Será que solo quieres recordar? Te puedo ayudar si quieres.

Le arrebaté el papel cubriéndome con el, estaba roja como un tomate y su sonrisa no es que ayudará a bajar la vergüenza que sentía.

— Eres estúpido.— sonreí dejando caer el papel de nuevo al colchón.— Aunque...

En ese momento la puerta se abrió nuevamente dejando ver el rostro de Dilan y Duncan.

— ¿Qué está pasando aquí?— Duncan entraba decidido con las manos en los bolsillos, Dilan me miraba, el sabía lo que estaba pensando y se notaba por esa sonrisa suya.

Lo que más me gustaba de Dilan es lo buenazo que parece, pero dentro de él existía la bestia salvaje que me encantaba.

— ¿Acaso la ibas a besar, labios de hilo?— el comentario de Duncan hacia Devon me hizo gracia, más que el comentario el gesto de Devon.

— ¿Celoso Duncan?— el chico me miró quitándose de la boca el cigarro que acababa de ponerse entre los labios.

— Si vais a empezar otra pelea, mejor me voy.— Dilan comentó sin moverse de la puerta.

— No sabes perder.— Duncan sonrió con el cigarro en la boca para después agarrar un mechero de su bolsillo y chasquear la piedra que le daba problemas.

Con un gesto rápido de la mano encendí su cigarro. Simple pero eficaz.

— Ya controlas demasiado bien.— Dilan por fin parecía moverse acercándose.

— Si..., Supongo que lo llevo en la sangre.— miré a Duncan, él sabía por qué lo decía. Bueno, en realidad lo dije él en un principio.

Duncan está apoyado en la ventana abierta, Devon seguía en la cama a mi lado y Dilan estaba quieto de pie, entre medias de el armario y la cama.

— ¿Algún plan para esta semana?— dije poniendo un poco punto y aparte a la conversación anterior.

— Damian tiene que ir a Wi...— Devon recibió un codazo de Dilan quien le cortó.

Feroz - Bilogía «Indómito» {#2} ✔️Where stories live. Discover now