Introspección [NaruSaku] [✓]

Capítulo II ~ Punto rojo

—Vamos a comprar algo— invitó Kakashi

—¿Qué cosa?— preguntó Gai mientras sobada la cabeza del peli-rojo

Arashi salió de su trance y vió a sus cuidadores

—Tengo unas cosas que comprar— justificó cuando su único objetivo era distraer al pequeño

—Bien— aceptó el oji-jade tratando de no pensar en lo anterior

Los tres fueron a las tiendas, había mucha gente, todos en sus respectivas actividades

El más pequeño sintió algo que se le acercaba y cuando volvió su rostro hacía atrás una mano detuvo la pelota que estaba apunto de golpearlo, él se alarmó y pudo ver a él de silla de ruedas con el esférico en las manos

—¡La pelota por favor!— gritaron unos niños con la edad de Arashi

Gai le dió la pelota al Uzumaki

—Pueden lastimar a alguien así— soltó un poco serio el antigüo maestro

—Uh...lo siento...es que solo estábamos jugando a darle al punto rojo— se burló mirando a Arashi

El oji-jade le dió la pelota de mala gana y se dió media vuelta

—No deberían juntarse con él, los pelirrojos dan mala suerte— comentó el niño —Bueno eso me dijo mi mamá—

Arashi comenzó a caminar, contrario a lo que se podría pensar al ser "joven maestro" por ser el hijo del Hokage, con los niños parecía ser uno más

El oji-jade se estaba empezando a creer que en realidad daba mala suerte, por eso le era tan difícil socializar con los de su edad, cuando no era eso le daban apodos raros "el punto rojo", "tomate" y demás que podrían imaginar

El pequeño soltó un largo suspiro, ¿Sus antepasados habrían pasado eso? Sabía que su abuela sí, solo eso

Estaba empezando a creer en supersticiones, ¿Tenían alguna maldición? ¿Estaban envueltos en alguna magia o energía extraña?

Kakashi realmente creía que el Uzumaki estaba teniendo cuestionamientos muy avanzados para su edad y era por eso que era retraído

Aunque la socialización no era su fuerte, así que miró a Gai

—¿Qué?— preguntó el de corte recto por la mirada de su rival

—Nada— contestó y camino

El discapacitado se quedó mirando, por su parte, a los niños que molestaban a Arashi, realmente había algo malo en ellos

—Ta...Tamagoya...ki— leyó el pequeño con un poco de dificultad

—Excelente— felicitó el Hatake acariciando la cabeza del peli-rojo

El señor vió al oji-jade y le sonrió ampliamente —¡Señorito Uzumaki!— gritó haciendo asustar al pequeño que no recordaba a ese hombre —Perdone— se disculpó con Kakashi y el chico —Realmente no quería asustarlo— dijo con una actitud simpática