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INVIERNO, 2 MESES ANTES
Que la ciudad estuviera vestida de blanco fue motivo más que suficiente para que aquel pequeño grupo de adolescentes decidiera disfrutar del inicio del invierno. El lugar en el que vivían recibía la estación con un entusiasmo único, pues era la llegada del tan esperado Festival de la Nieve, el cual duraba toda la semana. Había esculturas de hielo, bailes, concierto de luces, incluso bandas invitadas, todo para generar una experiencia única tanto para los lugareños como para los turistas que venían a pasarla bien.
Y Bachira Meguru no era la excepción a ese espíritu de festival. Iba abrigado con varias capas de ropa, una bufanda y un gorro de lana. Sus ojos se asomaban curiosos de entre las telas, centellando en alegría a medida que avanzaban por las calles iluminadas por las guirnaldas que iban de faro en faro, mientras que la nieve descendía de manera lenta y calmada desde cielo.
—¿A qué hora dijeron que empezaba esta cosa? —formuló a su costado, tan serio como siempre Rin. (Al cual, por cierto, fue todo un lío intentar sacarlo de su casa, pero tras tanta insistencia y uno que otro empujón por parte de la madre del chico, lograron hacer que los acompañara).
Bachira giró, en sus manos cargaba su celular con el cual grababa desde que salieron de la casa de Chigiri. Ante eso, Rin se apresuró en estirar su mano y cubrir el lente.
—¡No hagas eso, Rin-chan! —masculló el muchacho apartando el celular. El recién nombrado mantuvo su expresión estoica para luego blanquear los ojos y volver la vista hacia al frente. Bachira, por su lado, continuó grabando con sus mismos ánimos usuales, o sea, con la alegría que solo él podía tener, como si nada hubiese pasado.
A su costado izquierdo, Isagi elevó un poco el cuello, puesto que mantenía su rostro escondido entre la tela de su bufanda para así refugiarse del frío que los envolvía, girándose hacia Rin.
—De aquí a que lleguemos a la plaza probablemente haya empezado, no será mucho. —Sonrió tratando de animarlo, más la respuesta del aludido fue un simple asentimiento con la cabeza antes de sacar los audífonos de sus bolsillos, desenredarlos y colocarlos en sus oídos, sumiéndose en lo que sea que estuviera escuchando e ignorando a los demás. Isagi frunció los labios ante aquello y tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para evitar bufar.
—Ya quiero llegaaar, el festival del año pasado fue genial. Ojalá vuelvan a invitar a esa banda donde la vocalista se lanzó hacia el público, ¿recuerdan? —pronunció Bachira con una nota entusiasta en él, llamando la atención del grupo, aunque él parecía estar más concentrado en seguir las pisadas que dejaba Chigiri en la gruesa capa de nieve—. ¿A qué actividad van a ir primero?
—Quiero ir a armar una vela de nieve —respondió de manera simple Chigiri que iba más adelante. Su cabello contrastaba con el color del ambiente, volviéndolo, lo que era para Bachira, una llamativa mancha roja entre tanto blanco.
