6. Masturbación al activo

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La guerra estaba por comenzar, Clan Uchiha contra Clan Senju. Esta vez los patriarcas, Tajima y Butsuma no estarían presentes. Sus primogénitos Madara y Hashirama serían quienes lideren la guerra esta vez.

Esta guerra era un combate cuerpo a cuerpo para saber que clan sería dominante y sería el poder principal de la aldea y que clan sería dominado y sería la defensa de la aldea.

Cuando los shinobis de cada clan alzaron sus armas, los actuales líderes alzaron sus manos deteniéndolos.

Tobirama veía confundido a su hermano Hashirama, mientras que Izuna veía a su hermano Madara con una sonrisa compinche y fue el primero de la tropa en bajar su espada. A el le siguieron los demás shinobis del Clan Uchiha. Por otra parte, los Senjus obedecieron rápidamente a su líder y este volteó hacia Tobirama quien a regañadientes bajó su espada.

Hashirama fue el primero en avanzar y el Uchiha le siguió el paso. Una vez se tuvieron uno frente al otro, extendieron sus manos para entrelazarlas, sin embargo, Madara lo sujetó a Hashirama con una mano por la cintura y con la otra tocó su pecho.

–Nosotros tendremos el dominio, Senju.– Le dió un beso apasionado y juntó sus frentes sonriendo coqueto.

–No.– Abrió los ojos asombrado al sentir como lo sujetaba por los glúteos y lo alzaba hasta dejarlo a la altura de la cadera. –Nosotros seremos los dominantes.– Lo recostó en el suelo y creó un domo de madera para poder besarse más tranquilos.

Tobirama, que tenía los ojos cerrados por el asco, sintió un beso dulce y suave, era cálido y adictivo. No sabía a quien besaba, pero no quería dejar de hacerlo. Lo sujetó por las caderas juntando sus pelvis en una estocada y bajó las manos a sus muslos para hacer que salte y enriede las piernas en su cintura. Lo acorraló contra una pared cercana y comenzaron a besarse de lengua, cuando necesitaron aire y se separó a ver quien era el hombre que jadeaba entre sus brazos, gritó asqueado al ver a Uchiha Izuna y lo lanzó por los aires. –¡No mames que asco! Pero si estuvo rico eso...–

Dentro del domo, se podían escuchar los gemidos de Hashirama al sentir las mordidas que el Madara le daba en el cuello, y las de Madara al sentir a Hashirama acariciar su erección sobre la armadura.

–Oye Madara... Creo que tenemos mucha ropa para este combate cuerpo a cuerpo.– El pelinegro asintió y se empezó a desvestir junto al castaño.

–Hashirama... No sabes lo que te espera... Ve buscando una silla de ruedas...– Susurró con una sonrisa coqueta al quitarse la última prenda y dejar expuesto su miembro, Hashirama se relamió los labios y se quitó lo que faltaba dejando a la vista su enorme –Verga.– Madara abrió los ojos asustado y volteó preparando su ataque al domo para escapar. –Kat-–

Su boca fue tapada y su cintura sujetada, jamás pudo efectuar ese ataque, pero pudo sentir la gran virilidad de Hashirama entre sus glúteos. –No... No dejaré que escapes... – Empezó a rozarse contra el fingiendo estocadas. –Ya deseo dominarte... ¿Por qué no te dejas hacer y decimos que tu fuiste el activo?–

Madara pareció pensárselo, al final asintió y cuando el ahora Hokage lo soltó, volteó para quedar frente a el. –Mi Lord Hokage...– Susurró acercándose a sus labios. –¿Qué desea usted de mí?–

Hashirama se mordió el labio inferior encantado con aquella disposición de parte de Madara, se veía tan tierno cuando actuaba como sumiso.

–Primero... Se tu mismo... Segundo... Quiero que juegues con mi cuerpo.– Madara se relamio los labios y se acomodó a horcajadas sobre sus muslos. Con una mano se sujetaba de su hombro y con la otra comenzó a acariciar el falo del castaño.

Primero solamente lo sujetó del tronco, luego empezó a apretarlo y mover la mano del centro a la punta, de la punta al centro y del centro a la base, una y otra vez y cada vez más rápida de lo anterior. Se acostó un poco bajando la mano del hombro a la pelvis del ojimiel y comenzó a lamer y succionar sus testículos. Se los metía a la boca, los lameteaba, jalaba con los dientes muy sutilmente el bello púbico y luego los succionaba dentro de su boca.

Finalmente, cuando la mano no fue suficiente, decidió dejar ambas en su pelvis mientras se llevaba el miembro del Senju dentro de la boca, comenzó a meterlo y sacarlo cada vez más profundo. Lo succionaba, lamía cual helado, lameteaba la punta, lamía la hendidura donde salía el presemen, soplaba suavemente sobre la piel sensible del miembro para erizarla y luego la lamía como si fuera un helado.

Cuando sintió el miembro de Hashirama crecer, se acercó y lo empujó dejándolo recostado. Se arrodilló sobre su rostro y con sus propias manos se separó las nalgas. –Chupa Hashirama. Es una orden, si entrar en mi y arrebatarme la virginidad es tu deseo, hazlo... Porque es el mío también. Hashirama... Quiero que me chupes el puto culo.–

El castaño se relamió los labios encantado y quitó sus manos para sujetar sus glúteos el mismo. –Ruégamelo.– Madara se quedó en silencio y Hashirama le dió una nalgada que lo hizo felíz. –Es una orden de tu Hokage.–

Madara se sentía ridículo rogando, pero no le quedaba de otra si quería ser complacido.

–L-Lord Hokague~ P-Por favor~ S-Se lo ruego~ C-Complazcame~– Hashirama sonrió encantado mordiéndose el labio inferior y después de dar un beso en cada nalga dió una lamida en la entrada de Madara que lo hizo dar un alarido de placer. –¡N-NYA~!–

–...Vaya grito de guerra...– No pudo evitar reír a carcajadas y gritó de dolor y placer cuando sintió una fuerte mordida en la pelvis. –¡A-AHH~!–

–¿Decía algo, Lord Hokage?– Madara sonreía travieso con un leve sonrojo, en cambio, Hashirama estaba completamente rojo de la vergüenza.

Hashirama no respondió, solo llevó dos dedos a la boca de Madara y este al entender el mensaje comenzó a chuparlos mientras el Senju comenzó a succionar su miembro y a acariciar su entrada con el pulgar de la mano libre.

Cuando sus dedos ya estuvieron lubricados, introdujo uno en la entrada del Uchiha, quien despertó el Sharingan al sentir la intromisión. Con el segundo dedo, fue el Mangekyo Sharingan lo que despertó, y cuando quitó sus dedos, lo cambio de posición debajo suyo y los reemplazó con su pene, el Rinnegan fue lo que despertó y con el grito desgarrador de perder la virginidad le acompañó una gran llamarada de fuego que se le escapó de la boca. Ese Katon involuntario, incendió el domo y este quedó hecho cenizas.

Involuntariamente, intentaron inútilmente cubrir el cuerpo del otro con las manos, pero era absurdo, ya que todos los shinobis estaban teniendo relaciones sexuales entre si.

A lo lejos observaron a Izuna arrodillado en el suelo en cuatro y Tobirama sujetando sus muñecas en el suelo mientras lo penetraba. –¡Maldita rata albina te mataré!– Le gritó Madara y Tobirama sin siquiera voltearse a verlo le enseñó el dedo del medio.

Por otro lado, también vieron a Shisui dándole rudas estocadas a Itachi. –¡Oigan! ¡No era entre nosotros! ¡Somos Uchiha, no Hyuga!– Gritó Madara haciendo una mueca de asco.

Dejó de observar al rededor cuando el Senju se recostó en el suelo dejándolo encima suyo. –Montame Maddy... Demuéstrame tu verdadero poder.– El Uchiha sonrió travieso, y, aún con el Rinnegan activo hizo dos clones y a ambos les colocó Susano.

–No deberías haberle dicho eso a Uchiha Madara.–

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