CAPITULO 3: ARMAGEDÓN

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El frio de las seis de la mañana calaba en la piel de Ambrose como pequeños alfileres por lo que decidió salir de la tienda e ir a buscar un poco de leña seca para que cuando salieran los demás tener la fogata lista para hacer el almuerzo.

La mañana era igual que siempre con el extraño monocromo azul de siempre, con un poco de neblina entre los árboles.

Observaba a su alrededor y maldecía una que otra vez porque absolutamente todo era verde no tenía ni idea de cómo el día anterior sus amigos habían conseguido la leña para la fogata. Estaba pensando que tal vez se atrevieron a entrar al lado seco de sherwood el "Bosque de Armagedón" los habitantes de su pueblo le llamaban de esa manera ya que según ahí había ganado la guerra el mal y en alguna de sus escalofriantes siete cuevas había una puerta al infierno, tal vez hasta la lluvia no pasaba por ahí por esa razón.

Ambrose iba tan concentrado en buscar algún árbol seco o algo para proporcionar calor a él y a sus amigos. En lo que sus claros ojos recorrían el terreno se percató que en el musgo que estaba bajo sus pies se encontraba una preciosa pluma. El chico se agacho para tomarla, pero justo cuando la iba a sostener en su mano un ligero viento hizo que volara a otro lado. Ambrose la siguió con la mirada y para su sorpresa este cayo a donde había más de ellas. En aquel lugar parecía como si alguien hubiera desplumado un Pegaso, pero aquello era imposible ya que esos animales solo eran una fantasía.

Sus ojos estaban atentos a aquella cantidad de plumas preguntándose de que animal eran ya que algunas eran enormes y tenían un raro liquido color plateado, volteo hacia todos lados, sus verdes ojos se posaron en la copa de los árboles y se extrañó cuando vio que estos tenían la mayoría de ramas rotas como si algo hubiera caído bruscamente sobre los árboles.

Su mirada se dirigía en dirección a donde terminaban las ramas dañadas más bajas y le sorprendió que en el suelo tenía unas marcas de ondas una cada vez más pequeña que la otra. Comenzó a caminar hacia el centro de las ondas.

Estaba tan cerca del origen de las ondas cuando escucho una respiración agitada. Su misma respiración se cortó cuando llego al centro y vio el cuerpo semidesnudo de una chica recostado de lado dándole la espalda solo la cubría una sábana blanca tan transparentosa que él podía ver el trasero. El cuerpo de la chica subía y bajaba debido a la respiración tan agitada.

Ambrose caminaba lento hacia donde estaba la chica, estaba nervioso y no quería que ella se asustara.

- ¿Te encuentras bien?

La chica se quedó en silencio y se sentó lentamente no emitió palabra alguna. Se giro, Ambrose estaba atento a cada movimiento de ella, le buscaba la cara, pero el largo cabello oscuro y húmedo cubría su rostro, su piel estaba pálida probablemente por el frío.

- ¿Estás bien, alguien te hizo daño?

La chica se levantó descalza, su vestido transparente estaba rasgado y no dejaba nada a la imaginación. Ladeo un poco la cabeza con ello su cabello dejo ver solo uno de sus ojos, era de un azul tan profundo e inquietante.

Ambrose dio un paso al enfrente y la chica se echó a correr, él la siguió, iba apartando una que otra rama con sus manos para que no le golpeara en el rostro.

- ¡Oye yo solo quiero ayudarte!

Corría y corría detrás de la chica, pero se frenó en seco cuando vio que la tela blanca de su vestido se adentraba a los secos árboles de Armagedón, el miedo lo invadió por las historias que contaban en el pueblo de aquel lugar.

El chico iba trotando al campamento con sus amigos para contarles lo ocurrido, cuando llego sus amigos ya habían guardado las tiendas.

- ¿Nos vamos ya chicos?

Ninguno de ellos contesto, solo Arthur lo miro con ojos curiosos.

- Miren fui por más leña, entonces vi unas extrañas ondas en el musgo y plumas con un extraño liquido grisáceo...

- No puede ser Ambrose, ya estas alucinando- dijo Hayden en un tono burlón- No debiste ir a consumir hongos sin nosotros.

- No, no me están comprendiendo- estaba desesperado por contarles sobre la chica.

- ¡Ya basta Ambrose!, Últimamente estas muy raro- Hayden se ajustó la mochila sobre su hombro.

- Ah, yo losiento chicos, deberíamos irnos ya- termino de levantar sus pertenencias y se limitó a mirar a sus amigos, estaba decepcionado por su incomprensión

El grupo de amigos regreso al pueblo y pasaron todo el resto del día en casa de Arthur.

Ambrose se encontraba en el sofá mientras sus amigos jugaban extasiados videojuegos, tenía la mirada fija en la pantalla de la televisión, pero no estaba prestando atención a lo que sus ojos veían, sus pensamientos se encontraban en el bosque de Sherwood y principalmente en la chica que se escabullo entre los apocalípticos arboles de Armagedón, se sentía inquieto.

- Oh vamos Fleming una partida tu y yo o acaso tienes miedo de ser vencido – Finn levantó una ceja era un tonto engreído. Ambrose fingió echarle un vistazo a su móvil.

- Lo siento chicos tengo que irme, tengo un mensaje de mi madre y dice que tengo que estar de inmediato en casa- sin decir más tomo sus pertenencias y salió por la puerta de la casa de Arthur.

El clima era frio como de costumbre, la brisa caía en fragmentos milimétricos por su cabello, no se puso su capucha, a pesar de tener compañía se sentía solo, él quería hablar sobre lo que pensaba y sobre lo que le gustaba, sentía que lo juzgaban de fantasioso e incoherente. Suspiró y giró a la esquina.

Rio incrédulo cuando vio una pequeña pluma blanca flotando en un charco de agua sucia.

Se quedó estático con la mirada fija en la pureza de la pluma y el cómo solo se mantenía intacta de la suciedad del charco, Ambrose la levantó, suspiró nuevamente y se dirigió al final de la calle justo donde quedaba su casa. Decidió entrar por la puerta trasera debido a que no tenía ganas de tener encuentro con Chany o Dan, se escabullo sigilosamente hasta su habitación, pero antes de entrar...

- ¡Ambrose puedes bajar un momento cariño o mínimo avisar que ya llegaste! - grito desde la planta baja.

- No mamá creo que tomare un baño e iré a la cama, creo que toque hiedra venenosa- cerro rápidamente la puerta de su habitación.

A la mañana siguiente Ambrose despertó y rasco uno de sus ojos con la parte trasera de su dedo índice, soltando un bostezo para finalmente levantarse de la cama demasiado rápido, debido al acto se mareo momentáneamente.

Después de la ducha bajo a la cocina con ropa limpia, durante la noche no había podido conciliar el sueño.

- Buenos días mamá y papá – abrió el refrigerador sin percatarse que había una tercera figura en la cocina.

Se giró lentamente y se quedó petrificado ante aquellos ojos azules llenos de asombro que se le hacían familiares.

- Buenos días hijo – Contesto Dan.

- Hola Brose, te presento a Zahia, es mi sobrina, estará viviendo con nosotros un tiempo – le hecho un vistazo a la chica y luego a él.

- Hola, mucho gusto soy Ambrose – él extendió su mano hacía ella quien miro la mano del joven por un segundo para después tomarla cortamente.

- Zahia – su expresión era completamente neutra – Chaniel y Dan nuevamente gracias, me retiro para acomodar la habitación.

- Es un poco extraña – Ambrose se hecho una galleta a la boca.

- No seas grosero, solamente que no ha pasado por situaciones fáciles.

Ambrose seguía pensando en los ojos tan azules de ella y su comportamiento tan extraño, pero sus ojos le resultaban familiares.

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¿Qué hay de ustedes? ¿Se atreverían a entrar a Armagedón?

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⏰ Last updated: Oct 04, 2021 ⏰

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