Pensé Que Te Conocía

Parte 2 - No hay que desaprobechar

Apretabas tus manos haciendo fuerza, sacudiendo tu cuerpo mientras sentías que el corazón se te saldría del pecho.

-Tamaki...¡Tamaki Amajiki!...- decías en voz fuerte pero tratando de no perder la compostura.

-Ohhh... hablas del patético, tímido y penoso Amajiki...- caminaba dando pasos lentos hacia ti.

-No te preocupes por el, el solo está... ya sabes por ahí, durmiendo, creo... en fin. Puedes llamarme Soul Eater- 
mostraba una sonrisa con colmillos mientras se sacudía el polvo de las mangas de sus brazos.

Portaba una camisa blanca manga larga, desabotonada del cuello, junto con unos pantalones negros y zapatos del mismo color.

Su cabello estaba hacia atrás, un poco despeinado pero no se veía mal; la cereza del pastel eran sus ojos, ya los habías visto en la mañana, pero ahora pertenecían a una persona totalmente diferente.

-¿Soul... Eater...?- susurrabas para ti.

-y bien... - una sonrisa ladina apareció. -¿cómo solucionaremos esto, eh? ¿Cariño?

No era para nada Tamaki, al menos no el que tú conocías.

-No, no te acerques más...- dijiste en un tono algo amenazante.

-Uy, ¿nos ponemos serios ahora?- caminaba en círculos al rededor tuyo, como un depredador a su presa.

-¿quien eres?- lograste calmarte, por que sabía que exaltada no llegarías a ninguna parte, así que tratarías de sacar toda la información que pudieras.

-Mmmmm, es extraño que me preguntes eso, ya que en más de 10 años nunca te contactaste conmigo, bueno, con nosotros...-
Contaba mientras se alejaba de ti un poco, dándote la espalda.

-¿"nosotros"?- repetiste confundida.

-Ay, que torpe, es verdad, no sabes qué pasó todo este tiempo, pasó un ligero "accidente" y Tamaki tuvo algunas secuelas, estuvo en coma, bala bla bla y tadaaa, nací yo, no es una historia muy interesante-

Hacía gestos con las manos y su cuerpo como si estuviera contando una historia cómica sin quitarle importancia a su sonrisa que siempre estaba presente, me erizaba la piel.

Seguías tratando de ganar tiempo mientras pensabas cómo escapar de ahí, tenías rato frotando tus muñecas para quemar un poco la cuerda con la fricción y poder liberarte. Solo necesitabas unos minutos más.

-¡Agh! Es que enserio no puedo creer que me hayan dado unos secuaces tan inútiles, mira que secuestrar a la persona equivocada, estamos en la mierda- hablaba para el solo mientras discutía con la nada.

Las cuerdas se rompieron, aplicarías tu conocimiento en la UA para casos como este, primero tu objetivo, luego una ruta de escape, llamar por ayuda y si puedes, véncelo.

Esperaste  el momento adecuado, cuando de repente una descarga de adrenalina recorrió todo tu cuerpo y este se movió solo, corriste hacia esa persona que se hacía llamar "Soul Eater".

-Tamaki lo siento si te duele- soltaste un puñetazo seco hacia el abdomen de la persona, iba con tanta energía que hasta una capa de polvo se levantó nublándote la vista.

Pero no escuchaste ningún quejido, al contrario, algo estaba sosteniendo tu muñeca.
Era algo viscoso y muy fuerte.

-¿Qué...?- trataste de jalar tu brazo para liberarte.

-No, no, no... está mal interrumpir a alguien cuando está tratando de pensar...- cuando el polvo se disipó notaste que lo que te agarraba era un tentáculo, como los que lanzaron a los hombres de hace rato.