Capítulo IV

45 10 0
                                    


Han pasado dos años desde aquel día en que los niños se convirtieron en hermanos bajo aquel frondoso árbol que, al día de hoy, sigue siendo su lugar favorito para pasar tiempo juntos. Eran felices, no se preocupaban por nada, iban a pescar, jugaban, se hacían fuertes mutuamente y en medio de todo eso, hicieron un nuevo amigo al que conocieron en el basurero del reino, mejor conocido como Terminal Gray. Eran niños cuyo único propósito era zarpar, cruzar el basto océano y convertirse en grandes piratas.

— ¡FIAMA!

Aunque claro, las peleas entre ellos aún continuaban sucediendo. Ya era normal, se les olvidaba a los 5 minutos de haber comenzado.

— ¡ACE! ¡Te dije que esperas a mi señal! —gritó arrugando la nariz en señal de molestia al tiempo que sujetaba el tobillo de su hermano para evitar que cayera del árbol donde estaban— Se escaparon por tu culpa, los asustaste.

— ¡Tardaste mucho en dar la señal! ¡Era actuar no pensar! —le respondió el reproche mientras mantenía la vista fija en los metros que los separaban de suelo.

— ¡Pero si fue tu actuar antes de pensar lo que nos dejó sin cazar nada los últimos 3 intentos!

— Soy el mayor, debes hacer lo que yo ordene. Ahora te ordeno que me subas.

— ¿Ah sí? Sería una pena que... —comenzó a balancear su agarre en el tobillo del pelinegro con una sonrisa burlesca— Se me resbalara el agarre, hermano mayor. La caída se ve bastante dolorosa, probablemente una fractura de codo.


— ¡No lo hagas! ¡Fue mi culpa, perdón, mi hermanita también manda! —suplicó Ace, conociendo a la rubia, es muy capaz de soltarlo por llevarle la contraria— Súbeme Fiama, por favor te lo pido, no quiero caerme al suelo. 

— ¡Pero claro que sí! —con ayuda de su fruta del diablo, levantó al niño y con cuidado ambos bajaron de la copa del árbol donde estaban trepados.

A pesar de que Ace y Fiama seguían siendo niños sí que cambiaron a lo largo de esos dos años que han estado juntos la rubia dejó crecer más su cabello, aunque le molestara un poco comenzó a atarlo en una coleta baja. Creció un poco más, pero seguía siendo bajita comparada con Ace quien para ser solo un niño de 10 años era bastante alto, gracias al entrenamiento al que fue sometida para dominar su habilidad ha comenzado a desaparecer poco a poco su aspecto de niña inocente y tierna con el que llegó.  

Por su parte, Ace sólo tuvo un incremento en su altura de unos 3 centímetros y su cabello creció un poco más. Seguía con las mismas pecas y el mismo carácter, con la diferencia de que ya no era el mismo tonto que antes con la niña.

— ¿Qué hacemos ahora? —preguntó la rubia bajando del árbol.

— No lo sé. ¿Buscamos un cocodrilo? —preguntó burlón, ganándose un golpe en la cabeza— Auch, no me pegues, Fiama.

— Espero que algún día comas una fruta del diablo y sientas lo que es no poder nadar —se cruzó de brazos.

— No dependeré del poder de una fruta, no lo necesito.

— Claro, dímelo dentro de 10 años.

El par de niños comenzó su camino de regreso hasta su casa, irían a pescar al río que había cerca. Solo bastaron un par de pasos cuando oyeron el potente gruñido de un oso, compartieron una mirada cómplice antes de adentrarse al bosque en busca de la criatura. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 10 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Fiama |ONE PIECE|Where stories live. Discover now