𝐀𝐂𝐎𝐑𝐃𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍

Capítulo 12

Nicole

Todos lidiamos con el dolor de maneras diferentes, y no por eso una es mejor o más correcta que la otra. 

Yo me encierro en mi misma más de lo usual, y hasta no sentir que estoy lo suficientemente rota no me abro con nadie, soy masoquista. 

Julio rompió mi autoestima, mis esperanzas, mis sueños, arrebató una parte de mi que nunca pude recuperar: la que confiaba en las personas. 

Cuando te traicionan en lo único que piensas es de quién vendrá el próximo puñal por la espalda, y si no dejas entrar a nadie pues... nadie te lastima. 

Tengo miedo de lastimar a Kevin, pero más miedo me da que él me haga daño. 

Soy consciente de que Adam, no estará feliz de que tenga algo con Kevin, pero lo superará. 

Odio lastimar a las personas, por eso no tenía amigos y todo iba genial. 

—Te ves muy pensativa, prima. —cruzado de brazos recostado sobre el umbral de mi puerta, Alex me inspecciona y entra a sentarse a mi lado en la cama. 

—¿Qué harías tú si te piden tener algo, pero no ser oficialmente novios? —pregunto jugando con mis dedos. 

Su sonrisa es sincera y niega agachando la mirada para luego clavar sus ojos azules en los míos. 

—El amor se manifiesta de muchas formas, no necesita un título para ser real. 

—Eso lo sé, pero me asusta. —admito y él toma mi mano con suavidad. 

—¿Te asusta que te amen y se preocupen por ti? ¿O te da miedo sentir tanto que es inevitable que sufras? —pregunta serenamente. 

—¿Y tú desde cuando eres un psicoanalista? —bromeo nerviosa. 

—Desde que tú decidiste confiar en mí lo suficiente. —murmura serio— Has cambiado Nicole, para bien, y si Kevin ha logrado eso ya tiene mi bendición. 

—Espera ¿cómo sabes?.

Él me interrumpe con una carcajada mientras se pone de pie y me mira. 

—Nicole, soy un chico que también se ha enamorado. Noto cosas en Kevin, y también en Adam. Sé que no quieres lastimar a ninguno, pero es inevitable que alguno sufra. Solo déjate llevar. 

—¿Y si me decepcionan y me rompen el corazón?.

Da unos cortos pasos hacia mí y acaricia mi cabeza como niña pequeña. 

—Estaré para ti y ayudarte a superarlo. Siempre contarás conmigo, eres como mi hermana pequeña, no dejaré que caigas. 

Me pongo de pie y lo abrazo fuerte. No me arrepiento de confiar en Alex, es el hermano mayor que no tengo y sé que es sincero. 

—Ahora ve a ducharte, apestas y no quieres que tu amorcito te vea así. —dice mientras ríe separándose de mí. 

—Baboso. —le doy un codazo y él sale de la habitación riendo abiertamente. 

Bajo las escaleras cuando ya estoy lista y quedo quieta al oír la voz de Kevin en la cocina. 

Me acerco y veo a Kevin, mamá y Maia desayunar mientras ríen. Al oírme llegar se voltean todos a la vez. Entro incómodamente y tomo asiento al lado de Kevin. 

—Hola, superestrella. —murmuro sonriendo leve. 

Él sonríe y se inclina hacia mí besando mi mejilla por unos segundos, lo que provoca un ardor en mis mejillas y una sonrisa boba en mis labios.