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—¡¿No puedes simplemente aceptarlo?!— exclamó el castaño, sintiéndose traicionado nuevamente. Por su padre, por sus sentimientos e incluso su convicción.

—¿Cómo voy a aceptar algo tan denigrante?—.

No era la religión, eso le había quedado claro cuando su padre hacia comentarios sobre lo que él era, lo que tanto ocultaba.

—Papá, soy el mismo Freddy no he cambiado ¿Qué es lo que está mal en mi? ¿Lo que me gusta?— estaba al borde del llanto, jamás pensó que terminaría de esa manera.

—Deja de hacerté la víctima, toda la culpa la tienes tú— se cruzó de brazos su padre —Si no entiendes por las buenas vas a entender por las malas y yo no te voy a hacer entender—.

—¡Entender ¿Qué?!— sus ojos comenzaron a derramar lágrimas —¿Qué eres un homofóbico que odia a su hijo por su preferencias? ¿Eso quieres que entienda?—

—La vida castiga hijo— dijo firme intentando no alzar la voz.

—Hal, por favor para— suplico su esposa intentando levantarse de la silla de ruedas pero su esposo solo le pidió que se detuviera con un gesto.

—Tal vez tu madre esté en ese estado por ti—.

Eso calló a todos en aquella habitación, las lágrimas se detuvieron, solo que oían aquellas respiraciones más la del castaño.

—¿Qué dijiste?— su voz se oía más rota, no podía creer lo que estaba diciendo su padre.

Su padre le estaba echando la culpa de la enfermedad de su madre.

—Que tal vez tu madre no estaría padeciendo una enfermedad tan grande si no te gustarán lo hombres— parecía una broma, pero la forma en la que lo decía y el veneno que salía de su boca lo hacian creer que de verdad eso fuera a pasar —No me lo tomes a mal, por algo pasan las cosas. Las desgracias suelen ocurrir al mismo tiempo que la verdad—.

—¿Oyes lo que estás diciendo?— se quedó perplejo —Tu estúpido argumento está metiendo a mi mamá, no tengo la culpa de que mi madre esté así, la vida no me va a castigar quitándome a mi mamá— estaba enojado, demasiado, la ira se estaba apoderando de él porque sabía que no podía vivir sin su progenitora.

—Ya veras que con el tiempo te arrepentirás con el tiempo—.

Frederick no podía soportar más esa humillación por parte de su padre, lo enfrentó, le valía el hecho de que su madre estuviera ahí.

—Aquí el que se va a arrepentir eres tú en cuanto pierdas a tu familia por tu maldita creencia y que ninguno de los dos se quiera acerca a ti— respiro aguantando el nudo en su garganta —Si la vida va a castigar a alguien va a ser a ti, por negarme el derecho de querer y por culpabilizarme de algo de lo cual no puedo controlar—.

—Freddy por favor— su madre seguí suplicando que pararan pero ninguno hacía caso, estaba llorando. Era la única que comprendía a su hijo, ¿Por qué su esposo no? Si aquel chico era lo mejor que les había pasado en la vida.

—Al único que voy a culpar si muere mi mamá va a ser a ti, eres un maldito cobarde por culpar- — Las palabras del castaño se quedaron en el aire, su rostro se volteo con brusquedad quedando arrodillado en el suelo.

Su madre se tapo el rostro, su esposo nunca había golpeado a su hijo, nunca lo había hecho.

—No voy a soportar tus comportamientos infantiles— se veía molesto, aquel semblante fruncido por el enojo —Ahora vete, no quiero verte—

Freddy estaba atónito, su mejilla estaba entumida por el golpe tan brusco y de su labio brotaba algo de sangre. Se levantó sin mirar a sus padres saliendo de aquella habitación.

•Rent a boyfriend• FrededdyTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon