━━━♢ 𝙃𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙘𝙤𝙧𝙩𝙖 ♢━━━
▬ Luego de recibir el duro rechɑzo de lɑ personɑ que creíɑ que corresponderíɑ su bruto ɑmor, despechɑdo encuentrɑ confort en lɑ personɑ que menos esperó.
Todo erɑ el, su consuelo y pɑño de lάgrimɑs con el fin...
━━━♢❝ Tu calma se volvió la mía, tu silencio fue la paz de mi cabeza llena de turbulencia.❞♢━━━
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No, no, no...
No puede ser que la idea de que la tranquilidad a tu lado me guste, que tú andes a mi alrededor. ¡Es una mierda que no odie tu cercanía!, Me asusta lo que haces. Siempre ahí, siempre teniendo o no; las malditas palabras correctas, el que incluso dejaras a lado lo que dices sentir para yo que superará el rechazo de pelos de pincho.
Desde hace mucho empezaste a seguirme, no te alejaba ya. Era cansado repetir una y otra vez, que te fueras. Incluso alejándote de tus ruidosos amigos por estar con los míos que podían ser aún peores.
No te ibas.
Tampoco llegaste a insistir mucho, no pedías mucho de mí.
Solo pedías que te dejará estar cerca.
Ya no podía sacarte de encima así que cumplir aquel capricho no era difícil, más no era molesto. No hacías ruido, no decías nada.
La jodida seriedad y apacibilidad de tu forma de ser... Incluso dude si alguna ves te has reído de algo, no haces muecas, tampoco te he visto enojarte.
¿Es que no lo haces, bastardo?
¿Cómo alguien como tú busca que alguien tan opuesto como lo soy yo le amé?
¿Porqué?
¿Eres idiota? Supongo que sí, tu cara me lo dice todo. Porque por más seria que sea, haz pequeños detalles que seguro nadie nota... No si son observadores.
—¿Tengo algo en la cara?,—preguntaste después de mucho tiempo que mis ojos no se despegaban de tu rostro, solo chasquee la lengua sin afirmar o negar algo.
—Solo traga,—ordene antes de seguir comiendo, sientiendo el picante de mi comida deshacerse en mi boca mientras tú seguías curioso de lo que pude haber estado admirando en tu rostro. Y ese momento luego de muchos descansos en dónde te habías auto invitado, note un gesto diferente en tu estoica cara.
Frunciste el ceño...
—¿En serio no tengo nada el cara, Bakugou?,—insististe en saber y yo solo detuve el bocado que estaba destinado a calmar mi hambre.
—Como fastidias,—,solo ahí levanté la mirada a tí y tu dedo con una suavidad y delicadeza se poco sobre la comisura de mis labios. Solo ahí supe lo que habías tramado, y vaya que me la habías liado jodido idiota,—¿Q-qué?
—Mmm,—no dijiste nada, solo limpiaste mis labios y apartaste tu pulgar. Sentí el vacío de calor en la zona que habías tocado y solo comencé arder en vergüenza cuando llevaste tu dedo a tus labios,— tenías un poco de salsa, ahí...
—¿¡Ah!?,—antes que pudiera hacer algo solo te escuché reírte por lo que era mi cara de vergüenza, quería golpearte.
¡Oh dios! ¡Quería matarte! Pero, escucharte reír... Fue sin duda extraño, más para mí estómago. Y la idea de matarte y no dejarte reír, me resultó inédito.
Y tampoco pude gozar mucho porque los idiotas de las otras garrapatas que tenía por amigos regresaron para almorzar todos juntos
¿Eres un idiota por buscar amarme? Si
Y yo soy uno por no detenerte en hacer que te ame.
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Nos leemos pronto.
Denns, fuera. Paz.
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