cap 10

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– Oh, es verdad — Jake se llevó la mano con la espátula a la cabeza.

Finn, el cual estaba comiendo su plato recién servido de mal humor por mi victoria en la partida, levantó la cabeza extrañado.

– La princesa dijo que tenías que acompañar a Linda a Chuchelandia y creo que me dijo también que te dijera que hicieras algo...peeero no me acuerdo, ya te lo dirá ella — Comentó de lo más tranquilo mientras terminaba de preparar su plato y el mio.

– ¿¡ Porque tengo que llevarla otra vez !?, ¡ Ya sabe el camino a Chuchelandia ! — Respondió molesto levantándose de la mesa.

– Hazlo y no me reproches jovencito, es tu deber si no quieres que te castigue — Ordenó Jake arrugado su frente mientras señalaba con la espátula a Finn.

Este se volvió a sentar en la mesa de mala gana, maldiciendo por debajo todo.

Yo en cambio, me mantuve callada hasta que Jake sirvió mi plato y el suyo.

Cuando terminamos de comer, me cambie por otra ropa de Finn, que extrañamente era igual a lo que utilicé para dormir, no se cuanta ropa tenía ese chico, pero debería buscar algo de ropa también para mi, que sirva para el día a día.

– Ya estoy — Comenté saliendo del baño cambiada.

– Ya era hora — Dijo Finn de mala gana, levantándose del sofá en el cual esperaba, listo para marcharse.

Bajamos las escaleras y salimos de la casa del árbol, Finn abrió la puerta saliendo el primero, dejándome atrás sin tan si quiera aguantarme la puerta, por lo que casi se me cierra en las narices.

Para mi sorpresa Finn no estaba caminando adelante mio como si no existiera, se quedó quieto de brazos cruzados, mirándome a ver si avanzaba más rápido.

Para ser serio es un chico algo nervioso e impaciente.

– Muévete, tengo cosas que hacer — Me dijo el, tan amable como siempre.

– Ya voy — Contesté seguido de un suspiro, este chico siempre que está conmigo tiene prisa por librarse de mi.

Íbamos a comenzar a caminar, hasta que escuchamos unas risas femeninas a nuestras espaldas, Finn el cual ya estaba delante de mi a punto de caminar rumbo a Chuchelandia, se giro a verme con mala cara, yo me encogí ante su mirada.

– ¿ Se puede saber de qué te ríes ? — Preguntó el algo molesto, acercándose a mi de mala gana, dejándo su rostro bastante cerca del mío, mientras me observaba con el ceño fruncido.

– Yo no me he reído — Me defendí alejándome algo de el y de su constante mirada de pocos amigos.

El iba a decir algo, pero las risas se volvieron a escuchar, haciendo que Finn y yo nos miraramos, su mirada está vez no mostraba odio, sino curiosidad.

Caminamos un poco hasta volver a la entrada y ahí descubrimos de donde provenían las risas.

Eran las ninfas de agua, las cuales se estaban salpicando unas a otras.

– Pff, pasa de ellas y vamos — Comentó Finn pasando de ellas.

– Esta bie-

– Eyy, eres tu, la novia de Finn — Me llamó una de ellas en alto, provocando que tanto Finn como yo frenaramos en seco.

El se giro sin entender nada, observandome seriamente, ¿ extrañado ?

Yo me quedé quieta algo nerviosa, Finn estaba a unos pasos de mi, fuera del campo de visión de las ninfas, ya que le tapaba un poco la casa del árbol del estanque, en cambio yo estaba de pleno frente a ellas.

Me giré algo tensa hacia ellas.

– H-hey — Saludé algo nerviosa, ante la constante mirada de Finn, no se movía del sitio, sólo observaba mis movimientos callado.

– Osea ¿ Aún llevas la ropa de Finn ?, vaya si que le gustaste — Dijo la de pelo corto señalándome con una sonrisa, eso provocó que el resto se comenzaram a reír.

Yo me estaba encontrando bastante nerviosa, mire a Finn de reojo, el cual ni se inmutaba, pero su mirada mostraba peor cara que de costumbre.

– Chicas...os equivocáis, Finn y yo no somos-

– Es verdad, ya que lo nombras, ¿ Como os conocisteis ?, ¿ te salvo de algún monstruo ? — Preguntó una de ellas interrumpiendome.

– No es decir-

– Igual se conocieron a través de alguien, como Jake — Añadió otra ninfa, haciendome caso omiso.

Ellas comenzaron a inventar o imaginar como era la relación entre Finn y yo y como nos conocimos, por alguna extraña razón no sabía que decir ni cómo interrumpirlas y solo se me vino a la mente cuando Finn salió del baño recién duchado, me estaba encontrando realmente mal.

El calor se subió a mis mejillas al recordar el momento y al sentir el bochorno que estaba pasando mientras ellas hablaban.

Finn seguramente piense que he sido yo la que fue contando por ahí que era su novia, ese pensamiento provocaba más nervios en mi interior, era realmente vergonzoso.

– Chicas, callaros de una vez, sois muy pesadas — Levanté la cabeza, para observar a Finn a mi lado, con las manos en los bolsillos y su típica expresión seria.

Ellas al momento de escuchar la voz de Finn se callaron al instante lo observaron entre aterradas y nerviosas.

– E-eh, ¿ Finn ?...¿ Que tal ? — Preguntó una notablemente nerviosa, mientras que otras se escondían un poco entre piedras o con el agua hasta la nariz.

Sentí como Finn colocaba el brazo al rededor de mi cuello y me acercaba hacia el, ese movimiento provocó una sensación rara en mi interior, como una corriente que me recorrió el estómago.

– Lo que nosotros seamos, no os incumbe, así que simplemente dejad de molestar a mi chica — Dijo Finn con una sonrisa macabra en su rostro, era como un lobo riéndose de un rebaño de ovejas.

Tanto su comentario que me tomó por sorpresa, como la cercanía de nuestros rostros en ese momento, provocó un fuerte revoloteo en mi interior, como una sensación entre agradable y nerviosa, mis manos comenzaron a sudar y solo podía mirarlo a él en ese momento.

Su mirada juguetona estaba puesta en las ninfas, su sonrisa socarrona le daba un toque malote, Finn siempre fue un chico bastante atractivo a mi parecer, pero su actitud hacia mi dejaba algo que desear.

No entiendo porque ahora mismo pienso en estas cosas.

Miré al frente algo nerviosa, intentando sacar esos pensamientos de mi mente, descubriendo que las ninfas ya se habían esfumado.

Fin soltó su agarré de mi lentamente, incorporándose nuevamente.

Yo no podía ni siquiera articular palabra después de eso, Finn me observó y luego apartó la mirada de mi, se dio la vuelta dispuesto a caminar.

– Lo dije para que te dejarán paz, no te hagas ideas extrañas — Comentó el al ver mi silencio, sus palabras provocaron otro tipo de nervios en mi, como pude ser tan estúpida, lo peor es que el seguro ha notado esos nervios, que vergüenza.

– Ahora muévete — Ordenó el caminando delante mía.

Yo al ver que se iba algo más adelantado que yo, corrí un poco hasta colocarme a su lado, no era capaz de mirarlo a la cara, pero después de un rato caminando en silencio, me atreví a mirarlo por el rabillo del ojo, mi impresión fue ver sus mejillas sonrosadas, supongo que, aunque el lo ocultara, también ha pasado vergüenza.

Hora de aventuras ( Finn x tu )Tu no eres asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora