Corrí, corrí por meses hasta sentir que desaparecía... pero solo dejaban de verme, más nunca me han sentido.
Y cada noche me preguntaba dónde se encontraba mi falla. Hubiera jurado por mi vida que el error estaba en mí, que lo traía conmigo desde que di mi primer aliento en este mundo. Y después, entendí... que mi única falla era creer en ellos.
Tuve sueños, letras y planes para compartir porque abrí mi corazón y encerré mi alma a su lado. Estar ahí es más frío que el mundo de Hades... es como despertar sin aire cada día y sentirse caer a un vacío que a veces tiene solo hielo y piedras que ofrecer.
Amaba sus miradas, yo sí pude encontrarlos a todos mientras se perdían y ahogaban desesperados en sus propias lágrimas.
Guardo en cajitas de recuerdo una y cada una de sus palabras, las risas y los abrazos. Guardo el amor y los cumpleaños. Porque no quiero guardar los pedacitos de mi corazón roto, podría apagar las luces que hacen brillar mi cajita...
