Capítulo III

21 4 60
                                    

—¿Pueblo... / ... De Armonía?

—Sí, o bueno, lo era.

Los miembros de Caos y Orden estaban confundidos. Nunca habían oído de tal pueblo aparte del que tenían como enemigo.

—No estoy entendiendo. ¿Hay más?— preguntó Mía.

—Eso es imposible. Solo existen 2 tribus y fuerzas— añadió Megan.

—Pues no les estoy mintiendo.

Saliendo del agua, Lans se acercó a la orilla de la laguna. Se echó el cabello hacia atrás, para así poderlos ver mejor.

—¿Y por qué nos curaste?— dudaba la castaña.

—A decir verdad, son las primeras personas que he visto y no son de Armonía.

Buscó en la orilla algo para secarse. Encontró una manta y se retiró la prenda superior, dejando ver las marcas en su pecho.

—Solo quise hacerlo. Se veían muy malheridos. ¿Me dicen por qué estaban en ese estado?

—Por culpa de él/ella— ambos se señalaron.

—¿Ustedes se hicieron esas heridas? ¿Qué tipo de pareja se supone que son?

—Dale con eso— refutó el de Orden.

—Agh, no necesito seguir con esto. Sólo me iré de aquí— declaró la de Caos, mientras de dirigía a la salida de la cueva.

—¿Podrás sobrevivir ahí afuera? Los Sinras son fuertes.

—¿Los qué?— preguntó Megan.

—Los Sinras, las criaturas que rondan por el lugar. Son más o menos el doble de mi tamaño y deambulan a 4 pies.

—Ah, tú le has puesto nombre a esas bestias.

Megan entendió a lo que se refería. Lo que el sujeto conocía como Sinras eran seres sin ningún razonamiento. No pensaban, no hablaban, solo eran criaturas deambulantes.

Sus dientes eran muy fuertes, capaces de arrancar un brazo a un soldado desprevenido. Sin embargo, su piel escamosa era capaz de conducir la energía. Con ella, la "Tribu de Orden" había elaborado armaduras para disminuir el efecto de ataque de los de Caos.

—Tss, como si fuera un problema para mí. Su carne es deliciosa. Solo debo partirlos con...

En ese momento, la chica de ojos semi verdosos cayó en cuenta de lo que hacía pasado con su energía.

—¡Mi energía! Devuélvemela.

—¿Qué hiciste con ella?— Megan aprovechó la duda impuesta para sumarse.

—Yo solo curé sus heridas, nada más. ¿En serio creen en esas cosas de las energías?

—¿Cómo que creerlas? Déjame usarla nuevamente para que puedas sentirla tú mismo— amenazó Mía.

La chica se preparó para saltar, pero ya le estaba volviendo a molestar la lesión en la planta de su pie.

—Dudo que tengas la capacidad de luchar ahora— dijo Lans mientras observaba que ninguno hiciera algo inesperado.

—Qué lástima por ti. Parece que la "mini caótica" ya no puede luchar— Megan aprovechó para burlarse de su enemiga.

—Solo espera que recupere mi energía y me cure de la pierna. Así resolveremos nuestra disputa.

—Pero si yo ya te gané. Agradece que no te asesino aquí por la persona que nos acompaña.

—Tengo nombre y oídos, por si no lo sabes— contestó el tercero. —Pero tienes razón; no dejaría que mis esfuerzos por sanarlos no sirvan de nada.

"Orden y Caos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora