𝟭. 𝗘𝗹 𝗶𝗻𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗳𝗶𝗻

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 "Dicen qué cuando oyes un trueno es una señal de que han sido expulsados del Infierno y qué, su presencia indica que en algún lugar del mundo, algo que cambiará todo está sucediendo...."


Y así fue...

Un gran estruendo que retumbó en la noche fue escuchado, no solo en la ciudad sino también en todo el mundo; El suelo tembló. Los pájaros volaron de sus escondites, aterrados por aquello que podían presentir pero que no era visible a los humanos, no aún, al menos.

Era un bosque. Allí, con anterioridad había sido creado un pentagrama de sangre y tierra roja, las Velas encendidas y cuyas flamas se hallaban altivas.

La figura ingresó al símbolo. A paso calmo, sus manos alzadas hacía el cielo, su vista altiva y, al llegar al centro del lugar, la figura se arrodilló. Cerró sus ojos y comenzó a musitar, una y otra vez:


".𝐼𝑟𝑎𝑚 𝑡𝑢𝑎𝑚 𝑒𝑡 𝑣𝑖𝑛𝑑𝑖𝑐𝑡𝑎𝑚 𝑖𝑛 ℎ𝑢𝑛𝑐 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑢𝑚 𝑓𝑒𝑟. 

𝑁𝑜𝑚𝑒𝑛 𝑡𝑢𝑢𝑚 𝑒𝑡 𝑠𝑎𝑛𝑔𝑢𝑖𝑠 𝑡𝑢𝑢𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑒𝑡.

𝐹𝑟𝑎𝑛𝑔𝑒 𝑣𝑒𝑙𝑢𝑚 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟 ℎ𝑢𝑛𝑐, 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑢𝑚 𝑒𝑡 𝑞𝑢𝑒𝑚 𝑛𝑜𝑛 𝑣𝑖𝑑𝑒𝑚𝑢𝑠. 

𝐸𝑔𝑟𝑒𝑑𝑒𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑢𝑚𝑏𝑟𝑖𝑠, 𝑒𝑡 𝑡𝑜𝑙𝑙𝑒 𝑢𝑙𝑡𝑖𝑜𝑛𝑒𝑚 𝑡𝑢𝑎𝑚."


Fue entonces cuando el fuego de las velas se alzaron más allá de su altura natural.

Un viento extraño comenzó a soplar. Y de pronto. Todo el quedó en silencio y completa oscuridad. Las velas se apagaron, la figura que había estado allí, clamando aquel encantamiento cayó al suelo. Desvanecida.

Ahora solo era cuestión de tiempo para ver si aquello que había hecho funcionase o no.

Pero de algo debíamos estar seguros: el infierno se había abierto y cualquier cosa podía suceder a partir de ahora...


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Aquel lugar siempre le había dado mala espina, debía admitirlo. De todos los lugares en los que actuó como cuidador nocturno, ese edificio era el más extraño de todos.

Si bien no le había sucedido nada extravagante o 'sobrenatural' como cualquier pensaría, la sensación de que algo podría suceder siempre estaba latente.

Bueno, esa noche sucedió.

Por primera vez, un ruido extraño se oyó en el silencio de la noche; El hombre, armado de valor decidió ir a chequear que fue lo que sucedía. Quizás eran jóvenes queriendo entrar por alguna de las ventanas o puertas laterales. Por suerte estaba armado y podría hacer frente a lo que pasara.

Descendió a la planta baja, ya que el se encontraba en el primer piso; Con su lnterna en mano, descendió las escaleras con cuidado de que algún intruso estuviera merodeando por el lugar.

Más se acercaba, más oía ruidos, pasos, incluso risas.

Desenfundó su arma. Colocó su linterna por encima de su revolver; Al llegar a los últimos escalones, alcanzó a ver una sombra pasar. Una parte de él quería retroceder pero su deber le decía que tenía que ir. Siguió, miró para ambos lados y no vio absolutamente nada, sin embargo, se oían voces provenientes del final del pasillo. Fue hasta allí.

Y una vez en el lugar, observó una habitación abierta, esa puerta nunca estaba abierta. Apenas tanteó la puerta y empujó la misma para ingresar.

Al hacerlo, vio el sitio apenas iluminado con velas. Un objeto en un de las paredes semejante a una fuente negra con flores marchitas y un relicario cayendo de una de ellas rodeada por un circulo de sal. El mismo estaba algo barrido.

Pero lo que más le llamaba la atención era la gran puerta encastrada en la pared, al otro lado de la habitación, semejante a la de una bóveda de seguridad, aunque más fina, similar a una puerta de seguridad.

La misma se hallaba abierta de par en par. Intentó acercarse, asombrado por la situación, queriendo verificar de que se trataba, pero un ruido detrás suyo lo alertó.

Se giró, con arma en alto, pero no fue suficiente.

Lo último que pudo ver fueron unos grandes y brillantes ojos rojos antes que todo se volviera pura oscuridad....

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⏰ Laatst bijgewerkt: May 02, 2022 ⏰

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