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-Vamos, Jex. Es el penúltimo día de vacaciones - Calvin animó y de un suspiro acepté.

-Esta bien. Iré a la fiesta, ya deja de ser tan irritante – dije y él sonrió satisfecho.

Rodé los ojos.

-Oye, no me has vuelto a hablar de la loca Caster desde que acabaron las clases – dice y una fuerte presión en el pecho me hace hacer una mueca de dolor.

-Si... ahmm. No lo se, no he hablado con ella en los últimos meses – me encojo de hombros, tratando de que no se note el dolor que me ha causado recordarla.

¿Por qué será no?

-Y yo que pensaba que no dejarías de hablar de ella en todas las vacaciones – bromea, pero no me da gracia.

Me habría encantado que hubiera sido así.

-Si, da igual. No es la gran... cosa – las palabras hacen que me arda la garganta.

Si es la gran cosa.

- ¿Y Tatiana? – pregunta como si yo fuera su secretaria.

-Yo que se, ya no soy su novio – digo con disgusto.

-Calma, hombre – me da una palmadita en la espalda – Relaja la expresión. Pensé que aún se hablaban – dice y tira la colilla de cigarro al piso.

-No, no nos hablamos desde que acabaron las clases – murmuro y me pierdo entre mis pensamientos.

Sus ojos verdes levemente rojos, su expresión dolida y decepcionada, la forma en la que dejo de sostenerme la mirada...

-Oye – Calvin sacude la mano frente a mi cara y parpadeo repetidas veces

Y regresando a mí mismo.

Ya deja eso, Jex. Ya olvídalo...

......

Como siempre, la casa de Matt esta abarrotada de adolescentes bebiendo y bailando.

Y como los últimos dos meses, lo primero que hago es acercarme a la barra y coger un vaso rojo para llenarlo de cerveza.

-Siempre que llegas, te veo aquí – una chica pelirroja me sonríe, apoyándose en la isla.

-No tengo nada mejor que hacer aquí, solo beber – digo y le doy un trago a mi cerveza.

- ¿No bailas? – pregunta y le da una calada a su cigarro.

-No, no lo hago – digo.

-Una pena, yo quería bailar, pero no tengo acompañante – dice y me encojo de hombros.

-Una pena – me acabo la cerveza de un solo trago y me alejo de ella.

Que pesada.

Me encuentro a Matt en la sala, hablamos un momento, los tragos van y vienen. Empiezo a marearme y decido que a sido suficiente alcohol.

Me levanto para ir a la cocina por una botella de agua. Cuando voy regresando hacia la sala, la veo.

Annabeth.

Esta bellísima, trae el pelo más largo y este está ondulado, trae poco maquillaje. Lleva un vestido pegado de color negro de brillitos que le queda un poco corto, bajo la mirada hasta sus brazos, trae puestas unas pulseras plateadas y va de la mano con...

¿Quién es ese imbécil?

Un año ·2·Where stories live. Discover now