Capítulo 2.

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Steve y Stark casi se desmayan de la sorpresa al ver a su amiga a los 15 años embarazada y más aún no haberlo sabido, no era sorpresa que la Natalia de 18 no les dijera nada sobre nada, era muy cerrada.

Tony no estaba seguro de querer enfrentar a una asesina letal hormonal. Pero lo haría, al fin y al cabo era su hija.

La ayudaron a levantarse del centro del laboratorio y solo podían ver las lágrimas en sus ojos.

—Vamos a la enfermería, si?— ella asintió. No sabía en donde estaba pero reconoció al símbolo de América y decidió que podía confiar.

—¿Que te ocurre preciosa?¿Por qué lloras?— Cho se limito a hablar con ella, realmente no le sorprendía que hicieran otra tontería los llamados vengadores. Una vez le había tocado suturar el pie del filántropo y el costado de Clint porque Natasha había estado jugando con cuchillos. Con los pulgares le quitó las lágrimas de los ojos esperando su respuesta.

—El bebé— sollozo aún más fuerte —No va a llegar ni siquiera a termino, es una niña y no va llegar a termino. Realmente tengo miedo que llegue a terminó y le hagan lo mismo que a mí— el nivel de sus lágrimas subía entre cada palabra y Tony se acercó no pudiendo soportar ver llorar a Natalia.

—A ella no le pasará nada— la abrazo lo más fuerte que pudo estando en su estado —Te lo prometo, ya verás que todo va a estar bien—

—¿Cómo?, ¿Cómo lograre salvarla de lo que le espera de vida?—

—Te quedarás aquí con nosotros, ¿no es así chicos?— pregunto viendo al resto.

—Así es— respondió el sentinela de la libertad —Nosotros las protegeremos—

—Incluso te arroparé por las noches— dijo Sam causando una risa en la embarazada.

Pasaron los meses que quedaban del embarazo de Natalia y en el trabajo de parto hubo complicaciones. Su cuerpo tenía muchos daños como para dar vida a una creatura. Pero aún con todas las complicaciones la niña nació.

Imagínense la sala de espera del pabellón de partos llena de los vengadores histéricos.

—No va a sobrevivir, su cuerpo esta muy dañado— les dijo Wanda derramando lágrimas. Puede que la chica ni siquiera tuviera los mismos recuerdos que su Natalia, pero seguía teniendo el mismo gran corazón y alma dulce.

—Por qué tan optimista, brujita— dijo Tony con ironía.

—Señores. Pueden pasar a ver a la niña, me temo que la madre a quedado en coma— Pum balde de agua helada.

—Si, gracias. Nos las llevaremos lo antes posible, tenemos lo requerido para su cuidado en casa— dijo Tony con los ojos rojos por todas las lágrimas que derramó al recibir la noticia.

Pasaron a ver a la bebé y Tony se la paso a Rogers con la excusa de que al ser la pareja de Natasha el le tendría que dar la noticia cuando le dijeran que su yo más joven dió a luz a su bebé. Ahora la tenía en brazos y no tenía ni la menor idea de que hacer.

Legaron a la torre y creyendo que pusieron mal la edad, se hicieron la tarde en hacerle modificaciones a la máquina, que por cierto casi se descompone aún más cuando sin querer a Tony se le cayó el café.

La pelirroja seguía en coma en una habitación de la sede, Rogers y Wanda pasaban una gran parte del día hay, Rogers con la bebé a la que le nombró Anastasia un nombre que leyó en un cuento ruso y que luego escucho en un documental. Se la pasaba contándole de como la niña se movía más casa día, de como amaba estar hay con los dos y de como imploraban ambos que ella despertara.

—Despierta amor, tu bebé y yo te necesitamos— frunció el entrecejo y río cuando se dió cuenta de la ironía en sus palabras. Sam le contó que cuando el estuvo así Natasha estuvo casi siempre a su lado. Pero ella no era la Natasha de la que se enamoro pues no tenía ese brillo en los ojos.

Tony arreglo la máquina.

Oh que desastre el que se cargan.

viuda de algodón.Where stories live. Discover now