Capítulo 21.

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Cuando se enteró de la muerte de su padre, Ximena tardó unos segundos en procesar la información. Primero negó todo, exclamó que era mentira y que su padre estaba bien; quiso salir corriendo, pero Erick la atrajo hacia él y la abrazó con fuerza. Intentó zafarse de su agarre pero no pudo. Las lágrimas bajaban por sus mejillas mientras una sensación de desesperación, ira y tristeza la embargó, ¿por qué tenía que pasarle eso a él, que era tan bueno?

—Tranquila, cariño... —susurró Erick.

—¡Papá! ¡Él no...! ¡No puede estar...! —Sollozó con fuerza.

El tío de Ximena apareció delante de todos con su rostro pálido y Clara les ordenó a todos subir al auto. Mario se sentó en la parte del copiloto y los jóvenes atrás. Erick, que iba al lado de la castaña, la abrazaba y le decía palabras de consuelo pero eso no le era suficiente, ¡necesitaba a su padre!

Al llegar al hospital, Ximena bajó del auto corriendo, ignorando las advertencias que le gritaron sus tíos en las que le indicaban que no debía de ir tan rápido. Sin preguntar en la recepción, se dirigió hasta la sala donde había estado internado su padre la noche anterior y notó que su madre estaba sentada en una de las incómodas sillas con las manos en su rostro.

—¡Mamá, dime que no es cierto! —Exclamó yendo hacia ella—. Por favor —suplicó.

Rita quitó las manos de su cara y negó con la cabeza.

—Ximena, él... ya no está —dijo con voz trémula—. Está en un lugar mejor.

La castaña se soltó en llanto y su madre la abrazó con fuerza. Mario, Clara, Victoria y Erick aparecieron minutos después con una expresión llena de tristeza.

—Lo siento, mi amor, pero él murió...

—¡No! —Exclamó, separándose de su madre—. ¡No digas eso! ¡Él está bien! ¡Va a estar conmigo!

—Ximena...

—¡No quiero oírte! —Quiso salir corriendo pero tropezó y se detuvo. En seguida se abrazó a sí misma—. ¡Papá...! —Gritó—. ¡Él no... él!

Erick quiso acercarse pero Victoria y Clara fueron más rápidas.

—Ximena... —murmuró su prima abrazándola.

—Mi niña —la consoló su tía.

Pero Ximena, que no las estaba escuchando, de repente se sintió mareada y con la visión borrosa. Clara reaccionó ante su desmayo y logró sujetarla antes de que cayera al piso.


***


Cuando Ximena abrió los ojos, notó que estaba acostada en una camilla. Su madre, que estaba sentada junto a ella, le preguntó cómo se sentía.

—Fatal —respondió. Recordó a Mateo y comenzó a llorar—. ¿Por qué él, mamá? Tenía tanto que dar...

—Lo sé, hija —dijo con lágrimas en los ojos.

Después de que una enfermera revisara sus signos vitales, salió de la habitación y vio a su familia y amigos en la sala de espera. Saludó a todos por compromiso pero no se sentía con ánimo. Víctor había llegado hacía un rato junto con su familia, al igual que Ariana.

—Ximena... —El rubio se acercó a ella y la envolvió en un abrazo—. Lo siento tanto.

La chica se separó de él luego de unos segundos y buscó con la mirada a Erick. Una vez que lo localizó, corrió a sus brazos.

Las peripecias de Ximena © |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora