Capítulo 3.

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EL QUEJIDO DEL ANIMAL viajo a los oídos de la menor en cuanto la espada de esta se clavo en la parte superior de su cuello al ser lanzada como una lanza, matándolo al instante, habían pasado al rededor de un mes, desde que llego.

Sonrió contenta, hace unos días que no encontraba comida grande y solo pequeñas aves raras que al final sabían bien y uno que otro conejo, subiendo el animal a su hombro como si nada fué hasta su refugio.

Al llegar a la cueva caminó dentro unos cuantos pasos hasta que llego hacía una especie de cortina la cual había hecho con hojas enormes.

De forma tranquila comenzó a preparar el venado para cocinar, despellejandolo y cortando en trozos la carne cruda.

Estaba tranquila, pues. Nadie podría acecharla ya que había creado una trampa con hilo de una araña que había encontrado.

El encontrar semejante bicho fué una especie de shock, nunca las había visto tan grandes, de sus píes a sus rodillas era de alta y juraba que esa araña era solo una cria ya grande.

Luego de pensar demasiado y que una neblina extraña comenzará a dañar su piel, dió por hecho de que era una neblina acida o como dicen los ingleses Radioactiva.

Al encontrarse sola y sin nadie, paso lo que calculó como cinco días, cansada, vomitando, dolores de cabeza y sin ganas de comer.

Era como si desde aquel entonces la neblina quería inpregnarse en su sangre.

Suspirando vió el fuego mientras de forma distraida cocinaba la carne.

Suspirando vió el fuego mientras de forma distraida cocinaba la carne

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Una castaña oscuro miraba todo sin expresión alguna en la cara, levantando su mano hizo una seña y alrededor de cuatro guardias se adelantaron para vigilar y proteger a su

HEDA

Hace unas cuantas semanas, se le había notificado que había alguien desconocido entre los bosques y no, no era la gente de cielo, era algo desconocido y peligroso, ya que. Había estado matando la genta de Nia, portaba una arma o armas, espadas o cuchillos, incluso dagas, pero sospechaban que era lo primero.

Era raro, luego de que la gente de cielo, llegará a la tierra, estos eran totalmente escandalosos, en cambio, la persona del bosque. Apenas habían visto su sombra u figura en lo que asesinaba a la gente de nia.

Sentía curiosidad, si la encotraban. ¿Estará en su contra? Ó ¿Será un nuevo aliado? Tal vez, pero las dos preguntas rondaban en la mente de heda y la acosaban constantemente. Maldita mente que no deja de joderla.

Suspiro fuerte, bajo de su caballo y fué hacía el campamento improvisado que había armado su gente puesto que iban a pasar la noche fuera, hasta encontrar la persona desconocida. Simplemente para saber si no existía algun tipo de peligro con esa persona, una que pueda perjudicar su pueblo y a ella.

( . . . )

── "Te amo demasiado hija, vive por mí" ─ Sonrió dejando caer mucha sangre, mientras con la poca fuerza que tenía acariciaba el corto cabello de su niña.

.

Uno.

Dos.

Tres.

"Muerete ya, maldita perra"

• • •


Sus ojos se abrieron de golpe y se sentó mareada y con la vista borrosa. Respiró agitadamente y puso una mano en su pecho buscando el aire que le faltaba, resopló molesta y se tiró hacía atrás nuevamente frustrada, se tapo bien y volvió a dormir se cómo podía.

Después de todo, su madre no volvería y tampoco podría volver a ver a su lady.

Después de todo, su madre no volvería y tampoco podría volver a ver a su lady

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𝐒𝐀𝐌𝐔𝐑𝐀𝐈   |  𝖫𝖾𝗑𝖺. 𝗸.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ