OCHO

756 101 4
                                    

    Seijuro, sentado en seiza, miro a sus amigos correr de aquí a allá.

    — Aquí tienes, Akashi.
 
    — Gracias...

    Himuro le dió una taza de té, y Seijuro la recibió un poco nervioso, aunque no muchos podrían notarlo.

    Himuro sonrió con ternura y tomó la otra taza que había traído para su otro invitado, la segunda persona (no había mas de dos) que estaba tranquila en el departamento.

    — Y esto para ti, Kouki.

    — G-gracias, Tatsu-san...

    Kouki timó la taza té humeante y miró a su lado, donde, obligadamente por casi todos los chicos del club de basket (en realidad, solo por cinco de estos, con los cuales nunca había hablado), estaba sentado al lado del pelirrojo.

    Kouki miró a Seijuro.

    Seijuro miró a Kouki.

    Y cuando sus miradas se cruzaron, rápidamente volvieron sus ojos a sus tazas de té.

    '¡Tan tiernos~!'

    Los chicos, que fingían ser revoltosos como siempre, pero secretamente espiaban a su capitán y su enamorado, sonrieron con ternura al ver la escena tan linda.

    Si bien solo cinco de ellos eran los encargados (en sus mentes) de ayudar (interferir sin que se lo hayan pedido) a Seijuro para acercarse a la persona que le gusta, todos en ese living (excepto Kouki), sabían del enamoramiento de Seijuro por ese castaño.

    Tetsuya, Satsuki, Daiki, Ryota y Takao miraron a Himuro.

    Himuro miró a los cinco idiotas metiches.

    Asintieron con sus cabezas, como si se estuvieran leyendo la mente.

    — ¡Oh! ¡Que descuido de mi parte! ¡Nos quedamos sin refrescos!

    Tatsuya, que había habierto el refri, exclamó con pesar.

    — ¿? ¿En serio? Pero si ayer yo-

    — ¡Hajajajajaja! ¡Que descuidado que soy, ¿Verdad, Taiga?!

    — ...

    Taiga, quien tenia una mano fuertemente presionando su boca, solo pudo asentir.

    A veces no entendía a su hernanao, pero era mejor no contradecirlo.

    — Akashi, Kouki, ¿Me harían el favor de buscar algunos? ¡Es que todos los demás están ocupados!

    Seijuro y Kouki miraron a los demás, más de diez idiotas fingiendo estar haciendo algo, como limpiar, cocinar o leer, (comer, en el caso de Atsushi).

    — Yo puedo...

    Taiga estaba por ofrecerse a ir, después de todo, no estaba haciendo nada, pero cuando sus ojos se cruzaron con los de su hermano, cerró su boca.

    '¿Qué rayos es lo que estoy haciendo mal...?'

    Taiga lloriqueaba en sus adentros.

    Seijuro miró a Kouki.

    Kouki miró a Seijuro.

    Ambos se sonrieron nerviosamente, levantándose para hacer lo pedido por Tatsuya.

    Y, viendo esto, los idiotas también sonrieron.




























































Tratando De Asimilar EstoWhere stories live. Discover now