𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑉𝐌𝐌𝐌 : 𝐞𝑙 𝑝𝑟𝑖𝑛𝑐𝑖𝑝𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑎𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎𝑑

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˗ˏˋ ♞ 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝐸𝐼𝐺𝐻𝑇  ˎˊ˗ ━━━━━ ♛
𝔒𝔫𝔠𝔢 𝔲𝔭𝔬𝔫 𝔞 𝔱𝔦𝔪𝔢... ❛ 𝔗𝔥𝔢 𝔟𝔢𝔤𝔦𝔫𝔫𝔦𝔫𝔤 𝔬𝔣 𝔞 𝔣𝔯𝔦𝔢𝔫𝔡𝔰𝔥𝔦𝔭 ❜
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✠ ⎯⎯ 𝖂𝖗𝖎𝖙𝖙𝖊𝖓 𝖇𝖞 𝕭𝖗𝖎𝖓𝖆 ⎯⎯ ✠

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-𝖁𝕴𝕴𝕴-

𝑬𝑳 𝑫𝑰́𝑨 𝑬𝑴𝑷𝑬𝒁𝑨𝑩𝑨 𝑩𝑰𝑬𝑵, al menos, a lo que tiempo se refería, los primeros rayos del sol del amanecer iluminaban la celda lúgubre y álgida en la que se encontraba Gadea. Sus rayos iluminaban el rostro de la chica, haciendo que su piel se tornaran a un color rosáceo como el mismo arrebol que decora el sol de poniente iluminando las nubes que se asoman a las derivas del firmamento. Sus cabellos anaranjados brillaron con una fuerza enorme, ahora tornándose a un fuego en vivas llamas, en ese momento, con ímpetu, como si de un huracán se tratara, la chica se despertó con brusquedad incorporándose firmemente en el suelo; pues había dormido en el mismo. Esa rudeza se debía a que había recordado que hoy era el día del castigo mientras estaba durmiendo, hecho que hizo que le vinieran imágenes en la mente como si de una pesadilla se tratara, su cabeza y sus manos estaban posando en un cepo y su cara se llenaba de todo tipo de verduras que los niños les lanzaba alegremente, tan pronto como despertó y se puso en pie, gritó inconscientemente :

—¡Verduras!

Al ver que vociferó, miro en derredor con sus mejillas coloradas, por suerte no había nadie o eso pensó.

—¡Vaya! Tengo envidia de tus sueños, se supone que el que debe de asustarte soy yo. En fin...bonito gritito, parecías una ardilla con unas cuantas jarras de cervezas -dedujo al mismo tiempo que sostenía la espada en mano y afilaba con una piedra el filo de esta.

¡No podía creerlo! Ayer Theobald, ahora Arturo, ¿quién va a ser el siguiente? Por muy duro que parezca la joven quería que la metieran en el cepo de una vez por todas para luego ser libre otra vez y no tener que oír las voces de estos dos, aunque se supone que si la profecía era cierta, estaba perdida pues el príncipe era demasiado arrogante como para formar un equipo y mucho menos ser el futuro rey.

—¿Si yo parezco una bonita ardilla entonces vos? —dijo Gadea mientras el sonrojo que provocó el grito pasó a un rubor más intenso provocado por el enfado. No podía soportarlo.

Arturo, que estaba sentado en una silla observándola casi al borde de las rejas, se estiró hacia delante y con los dedos se dirigió para señalar un parche con tela bordada color dorada que representaba la figura de un majestuoso dragón.

—Soy un Pendragón y eso significa que en mí llevo un gran dragón —dijo mofándose de ella y guardando la espada con aire provocador.

—He dicho que a que animal o criatura os parecéis, no a la que representa vuestra casa en generaciones —pausó mientras ponía las manos entre las rejas y acercaba aún más la cara en los barrotes—, decidme algo que os asemeje a un dragón.

—Podría hacer una larga lista sobre ello. -Se enfrentó a ella acercándose aún más—. Para empezar, soy sabio, soy...

Gadea sin poder evitarlo, lo interrumpió y empezó a soltar grandes carcajadas.

—¿¡Qué sois sabio!? No me hagáis reír, sois príncipe por linaje no por sabiduría, al menos eso es lo que no insinuáis ahora.

—¿Sabes lo que insinúo yo ahora mismo?

—Sorprendedme —le interpuso, esta vez, Gadea.

—Que los primeros en reírse son los últimos en hacerlo, ríete ahora porque yo lo haré al verte en el cepo, me encantará ser el primero en tirarte un tomate.

—Creo que ese puesto esta ocupado por Theobald, aun así no me dijo pero lo presiento, como también sé que es mucho más fuerte que vos -le molestó la joven.

—No sé que te habrá contado pero es un buen guerrero, eso no lo dudo, aunque mejor que yo, bueno, haré una excepción en esta parte, nadie es mejor que yo, son todos realmente malos manejando la espada en comparación conmigo.

Gadea no pudo evitar sacar una sonrisa al recordar el momento confortable que pasó al verlo en el suelo y ella sosteniendo la espada, victoriosa, sabía que había usado la magia pero eso no le quita el mérito que tuvo al manejar el arma.

—Veo que aparte de necio sois olvidadizo, principito, os recuerdo que no hace ni un día os puse la espada en el cuello y vos rendido bajo mis pies me lanzasteis una mirada de piedad y yo como buena que fui dejé de estar en alerta porque era una merecida victoria por mi parte pero en ese momento, como traicionero que sois me tirasteis en un carro lleno de paja y de heno para no acabar con vuestra reputación cuando ambos sabemos que se fue al garete desde el primer instante que le lanzasteis varios puñales en el blanco de aquel chico ¿Queréis que siga, Mi Majestad?

—Esto ya es el colmo —dijo Arturo, sobre todo por lo que le dijo sobre su cobardía.

Arturo con un atisbo lleno de ira, cogió la llave correspondiente de la respectiva celda y la sacó de sus bolsillos, para posteriormente abrirla y agarrar los brazos de la chica, aunque esta fue lo demasiado rápida y de un solo impulso pudo girarse y esquivar a Arturo, que en ese momento hizo todo lo posible para que no se escapara, la pudo atrapar pero justo en el instante que Gadea dio la vuelta pudo coger la espada que portaba Arturo en su tahalí por lo que en unos segundos hizo separar al chico de ella, sosteniendo la espada firme y a la altura del cuello del joven, rozándole nuevamente.

—¿Qué hago ahora, principito? Podría mataros aquí y en este preciso instante, tan solo decidme una sola razón para no hacerlo —decía mientras el filo rozaba de una manera mucho más firme la garganta del muchacho.

Arturo movió la espada con firmeza y la dirigió a su corazón, para luego, abrir las manos con gesto reverencial.

—Hazlo pues, soy todo tuyo, venga, ¡Hazlo!

Él sabía que no lo iba a hacer pero a veces le gustaba correr ese riesgo de saber que haría en todo caso, le gustaba el peligro pues era todo un aventurero. Gadea admirada por el chico no pudo evitar una sonrisa, ¡era todo un misterio este mozuelo! Ambos sabían que la admiración era correspondida más también que el camino de una gran amistad se abría paso entre una pequeña hechicera y un joven príncipe que años después se le conocería en toda Britania como el Rey Arturo, aunque estaba claro que no iba a ser la única.

𝔈𝔫 𝔱𝔲 𝔥𝔬𝔫𝔬𝔯, ℭ𝔞𝔪𝔢𝔩𝔬𝔱 Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin