《Algo pequeño en común》

《37》

"Tantos mundos, tanto espacio y coincidir..."

¿Alguna vez se han preguntado cómo es que conocen a una persona y se vuelve el centro de tu vida? Ese momento en que el universo conspira a tu favor y se alinean los astros para conocer a la persona ideal. Tal vez si no viviéramos de preocupaciones y observáramos más a lo que nos rodea, nos daríamos cuenta que siempre coincidimos con alguien.

Tal vez, si Alexby no estuviera escuchando música todo el tiempo y pusiera un poco más de atención y no le sude lo que pasa en el mundo. Hubiera sabido que aquella vez que iba con Frank y se le cayeron 5€ del pantalón, un profesor de primaria, fue muy amable en regresárselos. O que siempre coincide con una persona de esquina a esquina en los Helados de HeRny. Y que incluso una vez le dieron el paso para que pidiera primero.

Incluso se habría dado cuenta que coincidió con esa persona en la convención de videojuegos a la que asiste cada año. O que los domingos van al mismo restaurante a desayunar, porque hacen unos waffles deliciosos. Pero es que también la vida no lo pone tan fácil. Hay un dicho que dice: "Cuando te toca, te toca, y si no, aunque te pongas". Bueno, Alexby y Fargan podrían haber coincidido desde tiempo atrás. Pero quizá, esa vez que iba con Frank, no era el momento, ni el lugar. O que comieran helado en el mismo establecimiento, tampoco decía nada. Porque ambos tenían otros planes, otras metas, otras motivaciones.

David tampoco se quedó atrás. A pesar de haber coincidido tantas veces con Alex. Tampoco se percató de su presencia. Cuando recogió aquellos 5€ sólo atinó a decir que se le habían caído al chico, pero ni si quiera lo vio. En la heladería estaba buscando su cartera y por eso dejó que pasaran los que estaban en la fila detrás de él. En las convenciones, siempre va tan metido en sus pensamientos que nunca sabe quién está a su lado o no. Fargan, nunca anda pendiente de las demás personas a menos que alguien le indique que se fije en algo relevante.

Fargan se enfoca en una sola cosa y ya. Cuando sale a bares, mira a la gente, porque a eso va. Pero en una convención, va a ver videojuegos, no a la gente. Y en el restaurante, va a desayunar, no a socializar. David era práctico, incluso al ir de compras, a lo que iba y ya. No se quedaba a ver las tiendas, ni nada. Por eso nunca iba de compras con sus amigos.

Aquél domingo, Alex invitó a sus padres a su restaurante favorito a desayunar. Esta vez, pidieron una mesa cerca de la ventana, porque a sus papás les gustaba que los rayos del sol les alumbrara. Contrario a Alex, que prefería los lugares más solitarios sin que nadie le molestase. Pidió sus waffles favoritos y su café con un poco de crema en polvo. Sus padres pidieron algo con más proteína. Huevos con tocino, y jugo.

ㅡ¿Entonces cuando tendrás una pareja hijo?ㅡ Alex casi se ahoga con el trago de café que estaba tomando. Su padre regañó a su madre por la pregunta indiscreta.

ㅡ¿Qué? Alex Hijo, llevas mucho tiempo solo, desde Frank. Apuesto a que hay muchos chicos por ahí... ¿Qué tal Mangel? Siempre estás con él, es un gran chico, educado, de buena familia...ㅡ Alex le interrumpió porque jamás vería a Mangel de esa forma y menos Mangel a él.

ㅡY es heterosexual, mamá. Además, Mangel es mi hermano. ¿Sabes lo perturbador que ha sonado eso? ㅡ Lamentablemente su madre siempre quería que tuviera pareja. De paso casado y con hijos. Cuando supo que Rubén quedó soltero, no dejó de insistirle porque estuviera con él. En ese aspecto su padre era más tranquilo. Nunca le obligaba ni le presionaba a nada.

ㅡ¿Y no hay nadie que te guste?ㅡ le preguntó su mamá con curiosidad. Alex negó, de momento no había nadie que llamara su atención. Bueno, su mente le traicionó pensando en una persona. Pero no era que le gustase, es que le caía mal.

ㅡSaben lo que me costó que me gustara Frank.ㅡ partió el pobre waffle como si lo hubiese asesinado y lo remojó en la miel de maple.

ㅡDe hecho siempre pensé que te caía mal, el pobre muchacho.ㅡ comentó su mamá. Y su padre rió.