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"Nunca creí que volvería a ver tu horrenda cara de nuevo, Lee Donghyuck."

— ¡Devuélveme a mi mocoso, Donghyuck!

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— ¡Devuélveme a mi mocoso, Donghyuck!

Lee y Na estaban a unos metros de atraparlos.

— Mierda. Jungwoo, rápido. — Se dirigió al pelinaranja empujándolo para sacarlo del pequeño tranque que había tenido, Donghyuck comenzó a correr entre la gente con Renjun.

Jungwoo obedeció siguiéndolos por detrás, la gente tapaba la vista de ambos hombres.

— ¡¿Qué mierda esperan, eh?! ¡Vayan a perseguirlos! — Ordenó Lee de manera tensa a sus dos hombres, Na también comenzó a correr detrás de ellos. Lee sabía que nada saldría bien así que con pesadez decidió emprender marcha también.

Donghyuck siguió caminando con rapidez perdiéndose entre la gente, Renjun apretaba su mano con fuerza, no quería irse.

— ¡Detente ahí, Donghyuck! La manzanita es nuestra. — Na seguía corriendo detrás de ellos, sus gafas de sol habían caído al suelo.

El mercenario gruñó ignorando los gritos del escandaloso de Na, soltó una gran maldición cuando se vieron interceptados por los dos hombres de Lee en una esquina solitaria. Estaban acabados.

— Hyuck... no otra vez. — Susurró el rubio aferrándose al cuerpo del tatuado, Donghyuck le correspondió de la misma forma. Nadie le arrebataría a su pequeño ángel de nuevo, primero se los lleva al infierno antes de que lo toquen.

— Eres mío para la eternidad, Huang Renjun. No te dejaré ir.

— Vaya, vaya. — El empresario llegó al lugar seguido de Jaemin quien tenía una encantadora sonrisa en su rostro, cínicamente saludó al rubio. — Nunca creí que volvería a ver tu horrenda cara de nuevo, Lee Donghyuck.

— Oh, Lee. Me vale verga si querías verme o no, ni siquiera te recordaba hasta hoy. — Soltó duramente ganándose la risa de Na Jaemin, Donghyuck apretó la cintura de Renjun cuando notó que se acercaba.

— Ni te atrevas a ponerle una puta mano encima, Na. Te juro que te haré que te tragues tus propias bolas, traidor hijo de perra.

— Eres un grosero, Hyuckie. — Respondió Jaemin pasándose una mano por las hebras azules, Jeno seguía observando la escena seriamente. — Hola, Jungwoo. ¿Debería decir que es un gusto volver a verte?

Jungwoo se tensó observándolo de reojo, estaba detrás de Donghyuck mientras su mano escondía el arma.

— No lo es para mi, traidor.

— ¿Traidor? — Na rió encantadoramente acercándose todavía más a los tres chicos. — Solo miré a otros horizontes.

— Dejen sus mariconadas cursis para después. — Expresó Jeno con frustración, solo quería llevarse al mocoso y follarlo duramente.

Donghyuck sintió la agitada respiración de Renjun en su cuello, algo andaba mal en ello.

— Hyuck hyung... — Susurró aún escondido entre su cuello, Lee Jeno observaba fríamente la manera en la que el mercenario tocaba a lo que consideraba suyo.

— Hey, muñequito. ¿Qué mierda sucede? — Le cuestionó mirándole a los ojos, Renjun se aferró a su camiseta para evitar caer al suelo. Donghyuck lo sostuvo firmemente de la cadera mientras observaba el estado deplorable del chiquillo. — Renjun, háblame.

— Na, ve por él.

El peliazul asintió dando pequeños saltaros al acercarse, irradiaba felicidad cínica por doquier. Jungwoo de inmediato le apuntó con la arma temblando un poco pero seguro de lo que hacía, los dos hombres de Lee apuntaron al pelinaranja instantáneamente. No habría forma de salir vivo.

— Suelta esa arma, niño. Sabes que saldrás tiroteado por mis dos hombres. — Habló el empresario duramente dedicándole una penetrante mirada, Na esbozó una mueca de aburrimiento.

— Hyuck, n-no puedo... — Logró articular el rubio sintiendo nuevamente el aire escapar de sus pulmones, el mercenario lo tomó del rostro obligando a que lo mirase. — Está sucediendo... de nuevo.

— ¡Ajá! ¿¡Y planeas dispararme aquí?! ¿Olvidas que hay gente? Tu fachada de empresario santo se caerá. — Mencionó Jungwoo balbuceando sin dejar de apuntarle al caníbal.

Lee apretó su mandíbula con enojo y se quitó las gafas que poseía.

— ¿Crees que van a creerte a ti, desgraciado? Te buscan por asesinato y ese imbécil de ahí está muerto legalmente. — Le dijo con ironía sin dejar de observar cómo el arma temblaba entre sus manos, sonrió con aires de superioridad mientras a su lado Na estaba estaba ansioso por quitarle a Donghyuck lo que quiere. — En cambio, yo soy un exitoso empresario y Na es el dueño de un famoso restaurante. Puedo decir que ustedes dos quisieron secuestrarme a mi también justo como lo hicieron con el mocoso.

— Renjun, cálmate. Mírame a la cara, amor.

El mencionado observó a Donghyuck con sus ojitos cristalizados, a pesar de tener las manos del mayor en su rostro no lograba calmarse. No con el miedo que sentía.

— Hyuck... no dejes... que...

— No te dejaré ir. Joder que no. — Lo interrumpió con brusquedad besándole en los labios sin importarle qué estaba a nada de morir por Lee. — Naciste para ser mío, Renjun.

— ¡Tráelo aquí, Na! — Gritó Lee harto de la palabrería, el peliazul se acercó a la pareja.

— No vas a tocarlo.

— ¿Quién dice que voy a tocarlo a él?  —Respondió coquetamente trazando líneas imaginarias en el pecho del tatuado, Donghyuck le sostuvo de la muñeca con fuerza distrayendo en la acción. — Ups.

Jaemin aprovechó la oportunidad para atraerlo consigo y golpearle en el abdomen con la rodilla, los dos hombres de Lee rápidamente se acercaron tomándolo de los brazos.

— ¡Carajo, Na! ¡Déjalo! — Le gritó Donghyuck furioso intentando liberarse del fuerte agarre de los hombres, por un momento logró golpearles a los dos en el rostro pero de inmediato lo atraparon antes de que siquiera acercara al sollozante Renjun.

— Hey, manzanita. Dame la mano. — Pidió Na mordiéndose el labio conteniendo sus ganas de reír, abrió su boca impresionadlo cuando vio al menor. — ¡Wow! ¿Esto no te parece un deja vu?

Renjun soltó pequeños quejidos al no poder respirar de manera adecuada, estaba sufriendo al ser preso una vez más de un ataque de pánico.

— Manzanita deliciosa, sabes que soy impaciente.

— Por favor, s-solo... yo no puedo...

— ¿No puedes respirar? ¡Lo hubieras mencionado antes! — Exclamó con falso enfado agachándose a la misma altura que Renjun en el suelo. — ¡Te pasaré respiración boca a boca!

— ¡Déjalo en paz! ¡Mierda, Na! ¡Ya basta! — Los gritos desesperados de Donghyuck hicieron que Lee se girara a verlo con ligera impresión.

Jungwoo no resistió ver más la escena, era desgarrador ver como Donghyuck luchaba desesperadamente por zafarse del agarre. Desesperado por no ayudar. Sus ojos vagaron en Renjun, él también sufría siendo víctima del ataque de pánico. Tenía que ayudar.

Y ayudó jalando del gatillo.

deep web | renhyuck [RENJUN HAREM]Where stories live. Discover now