✶Dia 3: Picnic✶

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Para su primera cita, Tanjiro había planeado un picnic en un lago cercano, conocía los particulares gustos de Inosuke por la naturaleza además de su insaciable hambre, por lo que le pareció la mejor idea de todas

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Para su primera cita, Tanjiro había planeado un picnic en un lago cercano, conocía los particulares gustos de Inosuke por la naturaleza además de su insaciable hambre, por lo que le pareció la mejor idea de todas.

Ya muchas veces había intentado declararse al chico de puntas azuladas, pero siempre alguien terminaba interrumpiendo o el mismo ojiesmeralda se confundía y no terminaba por comprender sus sentimientos, como la ultima vez, cuando el chico hiperactivo corría por las canchas escolares y en un descuido terminó tropezando, lastimando uno de sus tobillos y raspando levemente sus rodillas. Tanjiro estaba preocupado por lo que corrió a auxiliarle, lo llevo hasta las gradas y ahí hizo la labor de curarle, recuerda muy bien la cara molesta de su aun amigo y aquella pregunta que le dio paso a su confesión:

"-Estoy bien, ¿Por qué me ayudas?

-Por qué me gustas, Inosuke"

Solo había dos opciones para él en ese momento, que lo rechazara como era lo que esperaba desde que se dio cuenta de que tenía sentimientos románticos por él único chico que entendía poco y nada de esas cosas, o que el ambiente se pusiera tierno y le confesara que llevaba meses enamorado de él también.

Pero no.

Lo único que vio fue al ojiesmeralda levantarse de su sitio gritando "- ¡Yo no necesito ayuda Monjiro!" y después volver a verlo tropezar cayendo de la segunda grada donde se encontraban.

No quería volver a intentarlo, pero su hermana insistió en que debía hacerlo, ahora de una manera que el chico salvaje pudiera entenderlo, y ¿Cómo podría hacerlo? Captando su atención con cosas que le gustaran, y en efecto, eran los lugares a la intemperie y la comida.

Para esa tarde preparó diferentes aperitivos que pudieran comer de manera sencilla, una tarta de manzana, otras golosinas a las cuales el chico de puntas azuladas era adicto, sodas y más bebidas dulces. Se había esmerado en cada detalle culinario, ahora, solo esperaba que todo saliera bien y poder declararse nuevamente.

Ambos vivían relativamente cerca, por lo que el peliburdeos acordó pasar por él a las 11am y así poder partir juntos, cuando llegó a su casa no esperó encontrarse con un ansioso Inosuke que incluso llevaba una pelota, ropa ligera y el cabello atado en una coleta, lo mas seguro es que terminarían jugando y le agradaba que el ojiesmeralda aportara actividades para poder pasar el rato juntos.

Tan solo se hicieron 25 minutos de camino, Tanjiro sacó de la canasta de comida una manta, la cual colocó en el césped bajo un árbol frondoso para que pudieran sentarse, observó su alrededor, sabía que era un lugar poco concurrido, pero no esperaba que ese día no hubiera mas gente por el lugar, de alguna manera lo agradecía, así podría estar más cómodo junto al Hashibira.

Sabia que lo primero que querría hacer Inosuke seria comer, así que comenzó a organizar todo ante la mirada impaciente de su compañero, extrañamente se mantuvo quieto y no agarró nada hasta que Tanjiro terminó de abrir y acomodar las cajas de bento, le miró fijamente y asintió con la cabeza, como si le diera permiso de tomar comida.

Con una sonrisa en su rostro lo primero que tomó fue un sándwich de huevo cocido y a la par un onigiri, los miro detalladamente antes de dar una mordida a la bola de arroz, masticó lento y sintió como sus mejillas enrojecían.

- ¿E-Esta todo bien?, lo siento no debí preparar yo la comida, lamento si sabe mal- Tanjiro le observo apenado y con un toque de preocupación, creyó haber arruinado el día hasta ver como volvía el ánimo usual de Inosuke y sus malos modales al comer, comenzando a devorar cada cosa que podía alcanzar con los palillos.

-¿Brwomeas no?, esto esta delicswioso – Intentaba no llenar su boca de comida para no ahogarse, pero le resultaba imposible al encontrar el gusto adictivo de cada cosa preparada.

Lo único que pudo hacer Tanjiro fue reír al escucharlo hablar con la boca llena, agradecía el haber preparado suficiente comida, conocía mejor que nadie el apetito de Inosuke y tal como lo esperaba, nada había quedado después de varios minutos en los recipientes.

Inosuke solo dejó pasar unos minutos para procesar la comida antes de irse corriendo hacia el lago - ¡Hey Kentaro!, ¡Ven aquí! – Gritó el mas inquieto que se encontraba a unos metros alejado, pero aun a la vista del peliburdeos.

-Solo ten cuidado Inosuke, no vayas a caer ahí – Se acerco y se sentó junto a él, observando la cristalina agua frente a ellos. Inosuke tenía una amplia sonrisa y atento al agua, no entendía por qué hasta que vio un poco mejor a través del fondo, donde nadaban varios peces de color naranja.

-Este lugar me agrada, ¿y si nos quedamos aquí para siempre? – Se recostó sobre el césped y puso sus manos tras su cabeza para poder recargarse sobre estos mientras cerraba los ojos disfrutando de la ligera brisa de aire – Cazare para ti todos los días y a cambio tu me harás rica comida.

Tanjiro se sonrojo por aquella propuesta, sin embargo, no podía tomarla como algo serio de su parte, simplemente sonaba a algo que el diría con tal de obtener comida.

Si, esa idea consiguió entristecerle un poco.

Se recostó a un lado de Inosuke imitado su pose, no sabia exactamente que decir para continuar esa extraña conversación, así que solo permaneció callado disfrutando del placido ambiente del sitio.

-Sabes Tanjiro...me agarraste desprevenido, ese día en las gradas – El peliburdeos abrió los ojos de inmediato, no sabia si le impresionaba mas el que hubiera pronunciado bien su nombre o que justo en ese momento, estuviera abordando ese tema. – Me costó entenderlo, incluso tuve que pedirle ayuda al tonto de Monitsu, pero, si es lo que él me dijo... también me gustas.

- ¿Estás seguro? – Se giró para ver a Inosuke, quien ya se encontraba observándole desde que inició su charla-

-Monitsu dijo que lo mas normal es que sientas que tu estomago esta raro, tu corazón vaya rápido, quieras pasar mucho tiempo con la persona que te gusta y sientas molestia si alguien más se acerca a él, tengo todos esos síntomas por ti, incluso tuve que amenazar a Monitsu para que no te acercara de nuevo.

Tanjiro se quedo callado intentando procesar las palabras de Inosuke quien le miraba con una amplia sonrisa, de un momento a otro, el mas salvaje se acerco por completo hasta su rostro pegando sus labios por unos segundos y estaba feliz de que hubiera hecho eso, no solo por el cálido tacto y aceptación de sus sentimientos, si no por que terminaría tartamudeando alguna tonteria.

-Me gustas, Tanjiro.

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