O9

816 113 123
                                    

Una tarde con Hanma y Kisaki

Atrévetete salte del closet, destapate, quítate el esmalte. Ya deja de taparte, que nadie va a-

— ¿Puedes callarte? —las palabras de Kisaki hizieron que me detuviera.

— Pero cállame a besos, bebé. —reí al escucharlo suspirar. Ah~ como amo molestarlo.

— Tú casi nunca vienes cunado te llamo... ¿Por qué ahora se te dió por venir cuando ni te he invitado?

— Porque se me dió la regalada gana. —le mostré la lengua.

No, era porque justo Kisaki había llamado a Hanma... Aproveché el momento y me colé en su casa.

— ¡Eso, tú demuestra quien manda hyah! —sonreí al darme cuenta de que mi Hanma estaba de mi lado.

— Me va a dar algo. —Kisaki se sostuvo al frente.— No me importa si escuchas el plan... Solo cállate.

— Me dan más ganas de hacer ruido si me pide eso. —su mirada hizo que rodara los ojos.

Me tiré en la cama de Kisaki y me fijé en todo lo que podía. No todos los días podías conocer la casa del mismísimo Kisaki... De hecho si no fuera porque su madre le obligó a que nos recibiera, él nos hubiese echado desde el principio.

¡Gracias señora Kisaki!

¡Soy su fan!

No presté atención a lo que hablaban Hanma y Kisaki más que nada porque estaba concentrado en la gran cantidad de libros que tenía este chico.

Pero eso no era lo impresionante.

Un mueble lleno de gafas.

¿Enserio era tan necesario tener eso? Digo... Todo un mueble enorme lleno de lentes.

— ¡Puedo ver el futuro! —exclamé con unas gafas puestas.

— Hijo de...

— ¡Yo también quiero!

— ¡Ni se te ocurra!

Mou~ que aburrido.

Me quité los lentes y saqué mi celular para comenzar a chatear con Baji. No tenía nada mejor que hacer igualmente, tampoco es como que me interesara mucho el plan de Kisaki.

Igual la pelea de Moebius y la ToMan se había adelantado. Se supone que ya no habrá nada el tres de agost-

— Y entonces, estará solo. Kiyomas-

Drakeeen, cariño. ¿Y ese milagro que me llamas? —contesté. Aunque fruncí el ceño al darme cuenta de que Kisaki y Hanma se habían quedado mudos, pendiente de la llamada.

Voy a visitar a Takemitchy. Acompáñame. —Ay que lindo, está tomando iniciativa para pasar tiempo juntos.

Claro. ¿Tienes la dirección? —podía averiguar fácilmente donde vivía, pero había que disimular un poquito.

Sí. Nos vemos en el parque central a la una. No tardes. —cuando iba a responder, colgó.

Los niños de ahora son muy groseros. Le hizo falta chancleta.

— ¿Qué hora es?

— Muérete. —la respuesta de Kisaki hizo que riera ¿ahora que hice?— Estábamos hablando de Ryuuji Ken, y tú contestas como si nada.

LOVE between GANG MEMBERS || Hanma ShujiWhere stories live. Discover now