29/09/2021

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Mi móvil empezó a sonar con una llamada entrante de un número desconocido. La mayoría de las veces eran llamadas de publicidad u ofreciendo algo y, aunque mi nieta me decía que no cogiera números extraños, yo era incapaz de no descolgar y ver quién era.

Además, ahora que Amelia se encontraba en esa situación y como nos había dado algún susto ya, cuando sonaba el teléfono mi mente viajaba directamente a ella y a que podría necesitar mi ayuda.

—¿Diga? —contesté tras pulsar ese botón verde.

—¿Amelia?

—No, no soy Amelia. ¿Quién eres? ¿Ella está bien?

—Sí, tranquila. Es que la vi esta mañana y me dio este número y quería invitarla a un café —me contestó una mujer y no pude evitar pensar en quién podría ser y de qué conocería a Amelia — ¿puedo hablar con ella?

—Es que este no es su número y ahora mismo no está aquí.

—¿Eres Luisita?

—Sí, ¿quién eres tú?—le pregunté ya bastante intrigada.

—Soy Natalia, Natalia Medina —me aclaró y no sé por qué, pero respiré aliviada. Natalia era una gran amiga de Amelia en nuestra juventud. Yo simplemente había tenido un trato cordial con ella, pero hacía años desde la última vez que me la había encontrado por casualidad.

—Anda Natalia ¿qué tal todo?

—Bien, es que me he encontrado con Amelia esta mañana y no hemos tenido mucho tiempo para hablar. Me gustaría invitaros a un café y así ponernos un poco al día. Me he alegrado mucho de verla.

—Claro, ahora la llamo y se lo propongo.

—Mira apunta mi dirección y podéis venir cuando queráis — me dijo ella y yo obedecí cogiendo un boli y el primer papel que encontré por ahí.

Me despedí de ella y sin soltar el móvil llamé directamente a Amelia para contarle su proposición, pero no me respondió. Lo intenté unas cuantas veces más en esa hora, pero el resultado fue siempre el mismo. Me estaba empezando a preocupar, así que decidí llamar a Luisita a ver si estaba con su sobrina y sabían algo.

—¿Cómo está la abuela más guapa de todo Madrid? —me respondió mi nieta al descolgar con sus ocurrencias de siempre.

—Hija, ¿estás con Amelia? —le pregunté preocupada.

—Sí, ¿por? ¿qué pasa?

—¿Sabéis dónde está su tía?

—No, Amelia me dice que debería estar en casa, que le ha dicho que no iba a salir.

—Es que la llevo llamando más de una hora y no me coge el teléfono y ya sabes lo nerviosa que me pone esto y más después de lo que pasó la última vez...

—Nos acercamos a casa que estamos relativamente cerca y ahora te llamo. No te preocupes, que seguro que está escribiendo y ya sabes que se mete en su mundo y no hace caso a nada más.

No pude parar de dar vueltas por la casa esperando esa llamada que, aunque no tardó mucho, a mí se me hizo eterno.

—Abuela

—Dime, cariño.

—No, está. Su móvil no da señal y vamos a intentar salir a buscarla.

—Vale, voy para allá — le dije y colgué. No pensaba quedarme aquí esperando, iba a recorrerme todo Madrid si era necesario hasta encontrarla.

NOTIFICACIONES || LuimeliaWhere stories live. Discover now