Ojos bonitos

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Las lluvias se volvieron mas frecuentes con el pasar de los días producto de una onda tropical. Eso significaba que mi humor no fue el mejor durante unos días, pero logré controlarme lo más que pude hasta el día del examen. Supongo que la prueba fue bien, no era una materia en la que me esforzase mucho puesto que era bastante fácil; Alanna, por otro lado, siempre sufría de ansiedad los días antes de presentar un examen importante. Después de años de confianza entre ambos, logré aprender a detectar ciertas emociones que emanaban de ella bajo situaciones determinadas. Por eso sabía que el estrés por el examen no era lo único que le molestaba.

Nos encontrábamos en el área de las maquinas expendedoras, ella sacó un paquete de papitas y se giró sobre sus talones mientras abría la bolsa y recargaba su espalda en la máquina.

—Al menos ya pasó lo difícil—dijo antes de llevar una papita a su boca.

—¿Cree que salió bien?

—Eso espero—respondió sin más.

¿Debería preguntar sobre lo que le molestaba? No estaba seguro de si era algo en lo que debía meterme. Si Alanna sintiera la necesidad de contarme, de seguro lo haría. Aun así me apenaba un poco verla decaída, quería ayudarle en algo pero no podría hacerlo si no sabía qué estaba sucediendo exactamente.

Aparté mis ojos de ella y miré hacia el fondo del pasillo, enfoqué mi vista en el pequeño jardín del centro de la facultad mientras formulaba una pregunta apropiada en mi cabeza.

—¿Está todo bien? —pregunté con delicadeza. Reconozco que no se me ocurrió una mejor manera de abordar el tema.

—Creo que las cosas no han estado saliendo como esperé.

—¿Con la universidad?

Alanna me miró y me sonrió con tristeza—Con Blake... pero ya lo resolveremos, no pasa nada.

Asentí lentamente tratando de hacerle entender que confiaba en que ella podría hacerlo.

—Es normal un poco de drama amoroso de vez en cuando—continuó.

—Las relaciones son demasiado complicadas.

—Pero también bonitas... a veces—esta vez sonrió con un poco más de ánimo—¿Qué hay de ti? ¿Alguna relación complicada que no me hayas contado?

Comenzó a caminar de vuelta a nuestra aula mientras yo la seguía a un par de pasos de distancia.

—No.

—Siempre tan expresivo—se detuvo y volteó a verme antes de hablar— Venga, Viktor, es el último semestre, dame la alegría de verte con cara de enamorado.

—Entonces va a ser un semestre muy triste para usted.

Alanna suspiró y continuamos caminando, esta vez lado a lado. La verdad era que nunca había pensado en eso, en una relación como tal. Nuestra vida en Rusia fue demasiado complicada como para perder tiempo en eso, y cuando llegamos a este país hace unos años estaba demasiado ocupado en adaptarme como para si quiera plantearme alguna mínima posibilidad. Incluso ahora mismo, en este punto de mi vida, parecía una idea lo suficientemente remota como para hacerla realidad.

—Parker me preguntó si queríamos ir a almorzar con él esta tarde.

—¿Segura que no le preguntó solo a usted?

—¿Por qué me preguntaría solo a mí? —preguntó con confusión.

Guardé silencio mientras cruzábamos el umbral de la puerta, nos sentamos en nuestros respectivos asientos y comenzamos a hablar de los próximos trabajos que debíamos hacer. Parecía que Alanna seguía sin darse cuenta de los sentimientos de Parker, cosa que me parecía sorpréndete puesto que hasta yo mismo me di cuenta de ellos hace mucho. ¿Cómo era posible que ella no entendiera las señales que le enviaba Parker? ¿Acaso las ignoraba a propósito porque no podía corresponderle?

Fever Dream (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora