La nueva Rapunzel

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       Han pasado alrededor de 3 días y sigo aquí, encerrada, en esta estúpida torre. Mi padre El Conde Drácula, sí, él es mi padre, en fin, a mi padre se le ocurrió dejarme aquí, en esta torre, encerrada mientras él iba a divertirse a la guerra.

       Bueno, y como yo también necesitaba diversión decidí experimentar un poco, y mi cabello fue la víctima, decidí teñirlo, y ya que estar en lo más alto de esta torre y encerrada me hizo sentirme como la misma Rapunzel, y quizás así un dulce caballero vendrá y se trepará por mi cabello para rescatarme de este encierro. No crean que por ser la hija del temidísimo Conde Drácula soy oscura y malvada.

       Un pequeño movimiento en uno de los arboles cercanos a la torre me saca de mis pensamientos, no puede ser una persona ¿o sí? Veo como se siguen moviendo los arbustos alrededor y alguien aparece en mi campo de visión, es nada más y nada menos que... un chico. Sí es un chico y que chico tan extraño, pero a la vez tan interesante.

– Hola ¿cómo te llamas? – gritó desde abajo.

       Obviamente no le voy a responder, que tal que se asuste o que sea un tonto de esos que solo buscan mujeres para... ¡Ya basta Darcy! no estas actuando como Rapunzel, así no vas a conseguir a un caballero que te saque de esta torre.

– Ho-la. Soy Rapunzel. – le respondí.

– Con que Rapunzel, bueno es un gusto soy Adrien. ¿Quién te encerró en esta torre? ¿Tu madrastra?

– No, fue mi papá, "el conde Drácula". – obviamente lo último no lo grité.

– ¿Tu padre? Debe ser muy celoso para dejarte encerrada en la torre más alta y escondida. – Lo es. ¿Qué haces por estos lados?

– Llevo días casando por este bosque y te vi, la verdad vi tu largo cabello rubio y me llamo mucho la atención. ¿No te gustaría bajar y dar una vuelta por ahí?

– Me encantaría, pero no sé cómo hacerlo.

– Y si me dejas trepar hasta allá con tu cabello, eres Rapunzel ¿no?

– ¿No temes que llegue mi padre y te mate por sacarme de aquí?

– No, pero si nos damos prisa es mejor.

       Estoy indecisa y si... Al carajo que pase lo que tenga que pasar, lancé mi cabello y Adrien lo tomó firme y lo haló hacia abajo a ver qué tan resistente era y al notar que si podía empezó a treparse, al principio dude de que lo haría.

– Eres más hermosa de lo que mis ojos pudieron ver allá abajo. – dijo me miró fijamente y pude notar los hermosos ojos azules que tiene.

       La verdad no estaba tan mal, gracias a Dios había decidido ponerme mi atuendo favorito y bueno mi cabello estaba arreglado.

Yo solo sonreí a lo que dijo.

– ¿Y no me dirás tu verdadero nombre? – preguntó interesado, incluso su voz era hermosa, tenía un cuerpo perfecto.

– No por ahora.

       El chico asintió y echo un vistazo a todo lo que representaba mi habitación, para luego agregar sin vacilación.

– Deberíamos irnos.

– Pero ¿y si papá viene?

– Hermosa Rapunzel, sabes, nosotros los jóvenes tenemos un refrán "el que no arriesga no gana" así que mi querida si no te arriesgas a salir y ver como es el mundo, aunque sea por un día, te arrepentirás.

       Él tenía algo de razón, pero mi miedo no era por mí, era por él.

– Entonces ¿nos vamos? – preguntó extendiendo su mano, me miraba expectante y yo no sabía no que responder. Sin embargo, tomé su mano y me sonrió.

       Como pudo él se trepó de un árbol que estaba cercano de a la casa y luego me indico que saltara, yo sabía que si caía no iba a morir, pero tampoco quería que él me interrogara así que calculé muy bien mi salto y caí en sus brazos, luego bajamos del árbol. Lo primero que hizo fue buscar su moto porque si, tenía una y me dio uno de sus cascos, me ayudó a subir y emprendimos la marcha hacia el pueblo.

– Llegamos a nuestro destino ¿Qué quieres hacer?

– No lo sé, tu dime, eres el que quería sacarme a conocer el mundo.

– Pues propongo que vayamos a comer un helado, quizás al cine y luego a la feria. ¿Te parece? Sé que es algo común, pero ...

– No, está perfecto.

       Fuimos a comer helados y me sirvió uno realmente delicioso, me sentía muy a gusto con él, es tan divertido, y dulce, al salir de la heladería fuimos al cine, nos decidimos por una película muy divertida y de verdad la estaba pasando bien, me siento bien y libre.

       Íbamos de salida del cine, ya casi eran las 6:00 pm, se hacía tarde para volver porque sí tengo que volver (aunque no quiera) sin embargo quería disfrutar al máximo el tiempo que me quedaba, así que nos dirigimos nuevamente a su moto, el nunca soltaba mi mano se sentí tan suave y fuerte, y emprendimos la marcha a la feria y ¿qué creen? Fue lo mejor de la noche, subimos a cada atracción que pudimos, comimos algunas golosinas y comida chatarra que no había probado y ...

– Adrien, creo que ya es momento de volver, mi padre puede llegar. – Que hora es? – él se fijó en su reloj de mano. – Son las 10:00 pm tan rápido se nos fue el día.

       El tomo su moto y nos dirigimos al castillo, al llegar hicimos malabares para subir a la torre, pero si se pudo, Adrien solo llegó a la ventana y se quedó viéndome fijamente.

– La pasé genial hoy contigo, espero se vuelva a repetir.

– Yo... yo también. – él se acercó a mí y me besó algo lento y dulce, luego se separó y se dispuso a bajar.

       Cuando ya estuvo abajo se despidió de mi con la mano.

– Adrien. – lo llamé. – Es Darcy, mi nombre.

       Él sonrió y se fue.

– Vaya, vaya con que Adrien.

       No tuve que voltear para saber que era mi padre. 

Desafío: En la torre mas alta.

998 palabras.

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