🔮 ¿Cocinando emociones?

2.4K 221 72
                                    

Día 1: Cocinar

• Yuuji tiene diecinueve años. Toji tiene treinta y seis •

...

El camino se lo sabía de memoria. Solía transitar con recurrencia en aquel trayecto, después de todo, era el rumbo que debía tomar para llegar a la casa de su querido amigo, Megumi Fushiguro.

Así pues, el pelirrosa avanzó por las calles de la ciudad con parsimonia hasta detenerse enfrente de una simple, pero bella casa, de dos pisos. Rápidamente, se apresuró en aproximarse a la entrada del lugar para tocar el timbre. Tras aguardar afuera por unos cuantos segundos, la puerta fue abierta. Para su sorpresa, quien le recibía era nada más ni nada menos que el señor Fushiguro, el padre de su amigo. Este le contempló, neutral.

―Hola... ―saludó el menor―. Soy Yuuji Itadori.

―Ah, sí, sí; ya te recuerdo ―contestó el de corta melena azabache―. Pasa. ―Se hizo a un lado para que el joven pudiera ingresar.

Ya dentro, el de orbes castaños permaneció de pie mientras que el contrario cerraba la puerta detrás de sí.

―Umm... ¿y Megumi? ―inquirió el de mechones carmesíes, observando a su alrededor, dubitativo.

―Salió ―avisó el más alto, transitando por su lado―. No sé qué fue lo que dijo que tenía qué hacer. Pero ya va a volver. Puedes esperarlo. Allá está la sala. ―A su derecha, el mayor indicó un sitio con una gran apertura, la cual daba ingreso a una habitación de tamaño moderado, llena de sillones blanquecinos y marrones, cuadros y objetos extraños, y una mesa de madera y cristal en el centro de esta―. Bueno, supongo que ya conoces la casa. En realidad... quédate donde desees ―expuso despreocupado, para luego marcharse por el pasillo izquierdo que aproximaba a la cocina.

―De acuerdo. Gracias... ―Itadori observó de soslayo el sector mencionado, dirigiéndose a este.

Sentado en el sofá más grande del lugar, el de ojos avellanas aguardaba por la presencia del pelinegro. Sin embargo, los minutos pasaban y no había indicios de que este pudiera llegar pronto. Yuuji no se hallaba alterado, dado que sólo venía a convivir un período con él. Quedaron de juntarse para jugar videojuegos. Megumi no era muy fanático de estos, pero sabía que al pelirrosa le entretenían bastante.

Entre aquel espacio absoluto de silencio y aburrimiento, una profunda voz dio pausa a ello.

―Oye, Itadori ―formuló el hombre, apareciendo en la sala―. ¿Sabes cocinar?

―Eh, sí ―respondió el nombrado, dudoso.

―Genial. Entonces, ven.

El menor se enderezó del sillón e imitó los pasos del contrario, avanzando juntos hacia la cocina, aunque el más bajo yendo detrás del de cabellera negruzca.

Ya en el sitio, Yuuji contempló de reojo el mesón principal que había, el cual poseía diversos utensilios de cocina, al igual que ingredientes ubicados peligrosa y desordenadamente en la zona.

―Mi esposa me pidió realizar un postre, pero ella tenía que trabajar en la tarde, por lo que me dejó a mí a cargo ―explicó el de orbes verde grisáceo. El de hebras rosadas asintió, analizando el desastre que el mayor portaba en la mesa―. Aquí está la receta. No obstante, y como podrás ver, tengo todo hecho una mierda. ―El más alto botó una suave risilla de sus labios, riéndose de él mismo.

AMOR SALVAJE  // [#TojiItaWeek2021] || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora