0.1

36.1K 1.3K 299
                                    

El día iba cada vez mejor para los dos. Ella había sacado una A+ en su prueba de Cálculo y la reunión que el tuvo con los inversionistas había sido un éxito total.
Ahora se encontraban cada uno yendo a su casa, con la excepción de que ella iba pie con su mochila colgando en su espalda mientras el conducía su auto con el maletín de cuero en el asiento del copiloto.

Mientras caminaba, escuchaba música de Arctic Monkeys a todo volumen por lo cual no prestaba atención a lo que hacía o por donde caminaba.
Ashron concentró su mirada en el celular, ya que, le había llegado un mensaje de uno de sus compañeros del trabajo. Al regresar su mirada al frente, freno de golpe, pues, una muchacha de uniforme pasaba por la calle. Esta, asustada, se quitó los audífonos y abrió los ojos sorprendida. Ashton la reconoció inmediatamente, era aquella pequeña joven dueña de sus fantasías.
Se quitó el cinturón de seguridad y se bajó rápidamente del auto para percatarse de que se encontrará bien.

"¿Te encuentras bien?" Preguntó tomándola de los brazos como si esta estuviera a punto de desmayarse.

"Si, amm, lo siento, ha sido mi culpa por no fijarme" Tartamudeó un poco.

Se sentía un poco intimidada por la mirada penetrante de a quien ella reconocía como su apuesto vecino. El que la traía loca desde que se había mudado desde hace ya algunos meses aún sabiendo que era muy grande para ella.

"¿Estas segura? Porque si no en este mismo instante te puedo llevar a un hospital" En realidad se sentía muy preocupado pero le importaba más el hecho de que se encontraba hablando con ella.

"No te preocupes estoy bien" soltó una ligera risa haciéndo que a Ashton le dieran unas terribles ganas de hacerla suya en ese mismo instante "No ha pasado nada" abrió sus brazos para que viera que se encontraba perfectamente bien.

Este la observó de arriba a bajo. Su uniforme estaba impecable, su blusa blanca estaba lo suficientemente pegada para que sus pechos resaltarán un poco, su falda a cuadros le llegaba unos cuatro dedos arriba de la rodilla y sus calcetas blancas llegaban a sus rodillas.
Ashton paso saliva por su garganta, se veía jodidamente hermosa.

"Mmm..., ¿puedo hacer algo?¿te puedo llevar? Quiero decir, soy tu vecino" Sonrió ligeramente. Se trababa cada dos palabras, no entendía como una niña de tan sólo diecisiete años lo ponía así.

"Amm...se-seguro" dijo timídamente.
Ashton se apresuró a abrir la puerta del copiloto, ella se subió soltándo un gracias casi inaudible.

Una vez dentro del auto se quitó la mochila y la posiciono debajo de sus piernas, alizó su falda y se arregló su cabello castaño ondulado suelto.

Ashton entro a su auto, encendió su auto y condujo de nuevo. El silencio en el auto era un tanto incomódo para ambos, pero nadie se atrevía a hablar primero.
Ashton, por más que se contenía, no pudo evitar voltear su mirada a las piernas de la bella muchacha. Ella sin darse cuenta de su acto, las juntó, Ashton gimió por lo bajo que a penas  si el mismo lo escuchó. Apretó el volante haciendo que sus nudillos tomarán un tono blanquisco.

Para él era una tortura tenerla tan cerca sin poder hacerle nada. Estar a menos de un metro de ella y no poder follarla como el quisiera. Eso no era moral. Nada en sus pensamientos hacia con la niña era moral.

Sin darse cuenta ya habían llegado a su destino, aparco el coche en frente de su casa y se quedo quieto en su lugar.

"Gracias por traerme, Ashton" se mordió su labio imferior con nervisismo y se removió un poco de su lugar, su falda se subió un poco quedándo a la mitad de su muslo. Dios sus piernas.

"Que se joda el moralismo"  gruño y acto seguido la tomó bruscamente de la cara y juntó sus labios con los suyos.

Ella tardó en reaccionar,  pero segundos después se encontraba devolviéndole aquel beso a Ashton, quien sin dudarlo la comenzó a acariciar de sus muslos por debajo de la falda.

Ella soltó un gemido al sentir uno de sus dedos sobre su feminidad sobando ligeramente haciendo que sus bragas se mojarán y el pene de Ashton tuviera una erección  de inmediato.

La subió a su regazo y froto su feminidad contra su erección causando una fricción que los hizo gemir a ambos.

No, ya no se podía resistir.

sweetest sin ❄  a. iWhere stories live. Discover now