CAPITULO XXIV

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La Sra Inessa nos invitó a una parrillada para celebrar el fin de año. Nikolay ofreció su casa, la cual tenía un patio amplio con asador al aire libre y un comedor con concepto abierto. Aparte de ellos dos estaba mi mamá con Dmitri, Vika, Nastya, Lena y yo. Nikolay preparó Shashlik. Dmitri trajo varias botellas de Smirnoff y se encargó de servir los tragos. Mientras las brochetas se cocinaban, Nikolay pidió la atención de los presentes y tomó la palabra.

- Gracias a todos por venir. Aparte de celebrar el logro de las chicas (hizo alusión a nosotras cuatro) quería aprovechar la oportunidad de comunicarles algo- abrazó a la Sra Inessa y siguió. – Esta dama y yo tenemos meses saliendo y me complace anunciar que le pedí que fuera mi esposa y aceptó.

Todos aplaudimos. La mayoría estaban sorprendidos con la noticia menos Lena y yo, porque ya ella lo intuía y me lo comentó hace unos días. La Sra Inessa se veía tan relajada, a diferencia de su postura eternamente intimidante y seria. Aproveché el momento y pedí la atención de todos para decir unas palabras.

- Bueno Señores, voy a aprovechar esta ocasión para hacer algo que llevo meses pensando y este me parece el momento perfecto. - Me volví hacia Lena, saqué de mi bolsillo un estuche y me arrodillé. - Lena, Cariño. ¿Te casarías conmigo?

Todos quedaron sorprendidos, incluyendo mi Lena. Cada vez que me lo mencionaba, yo evadía el tema, fingía que no me interesaba. Mi intención era sorprenderla de esta forma. Lena se puso roja como un tomate, no decía nada. Nastya y Vika estaban derretidas. Me extendió su mano para que me levantara, me echó los brazos al cuello y me besó apasionadamente. Por un momento fue como si en el mundo sólo existiéramos ella y yo. Se separó de mí y volvimos a la realidad cuando la audiencia empezó a toser. Era la primera vez que nos besábamos frente a nuestros conocidos, Lena siempre cuidó ese detalle. Supongo que la emoción la dominó y se dejó llevar.

- ¿Eso es un sí?

- Obvio que sí. Y cuanto antes mejor. Están todos invitados.

*****

La Sra Inessa (No me acostumbro a la idea de llamarla Inessa a secas) y Nikolay se casaron esa semana, fue una boda sencilla y se celebró en la casa de Nikolay. Vinieron varios colegas del bufete de ella y algunos compañeros de trabajo de él. Por nuestra parte estábamos viendo en que ciudad de EEUU nos casaríamos, que no fuese tan costoso el viaje y la luna de miel. La opción que elegimos fue Hawaii, Lena quería playa.

*****

Dos semanas después nos casamos. Fue una ceremonia en la playa, al final de la tarde. Lena lucía un vestido blanco de tela fresca, tipo top con cierre en la espalda y unas sandalias. Yo lucía una camisa blanca manga 3/4 con un pantalón blanco de la misma tela y también sandalias.

Después de una pequeña celebración nos fuimos a la habitación, mientras el resto se quedó en el bar.

Lena me pidió que me acostara en la cama mientras ella se desvestía. Alcanzó el cierre del vestido que estaba en su espalda y lo deslizó lentamente. Esto con su mirada en la mía. Desabrochó el sostén y luego se deshizo de su ropa interior. Se quedó un momento así para que yo la contemplara. Me hizo una señal y me quité la ropa en un instante. Se incorporó a la cama, nos sentamos una frente a la otra y comenzamos a besarnos lentamente. Nos acariciábamos con suavidad. Lena encajó sus uñas levemente en mi espalda y se adentró en mis pechos. Primero uno y luego el otro, los besó y mordisqueó mientras yo gemía. Cuando paró, hice lo mismo. A diferencia de todas las veces anteriores, ésta vez procuramos dar y recibir al mismo tiempo y hacerlo lento. Disfrutarnos, porque aunque había un deseo infinito, el amor lo superaba. Nos acostamos de lado y nos estimulamos mutuamente. Admito que es díficil concentrarse en dar mientras recibes, por eso íbamos despacio. Los besos se hacían apasionados pero seguían lentos, así lo quería mi Lena. Era como si quisiera borrar la primera vez de su vida e incorporar este recuerdo en su lugar. Nunca me mencionó como fue eso y nunca me atreví a preguntar.

Luego tomé la iniciativa y me giré para quedar encima. Abrí sus piernas y me metí entre ellas para que nuestros sexos rozaran. Besé su cuello y comencé a moverme lentamente, ella igual. Volví a sus labios y entre cada beso le susurraba "te amo" "eres tan hermosa" "eres lo mejor que me ha pasado en la vida" "mi corazón te pertenece" "soy tuya".

Ya se aproximaba su liberación, podía sentirlo. Y la mía venía también. Continuamos en ese ritmo lento hasta que un grito ahogado estalló en mi oído. Instantes después también me vine.

"Esto es real" me decía a mí misma. "Realmente estamos aquí y estamos juntas. Casadas".

- Esto es real mi amor. Estamos casadas - me dijo Lena respondiendo a mis pensamientos y colocando su cabeza sobre mi pecho. -te amo.

- Yo también te amo- respondí abrazando su espalda, halándola más hacia mí.

- mi primera vez fue horrible - dijo, tragando grueso. Accedí porque realmente me gustaba la chica, pero me arrepentí a última hora. Tenía puesto un... ya sabes (se puso roja) y aunque dije No, no me escuchó, no paró. Fue ruda, nada romántica. Es por ello que decidí siempre tomar la inicial, así no podrían lastimarme. Cuando me dijiste No la primera vez, me vino ese recuerdo, recordé lo asustada que estaba. Y en mi corazón supe que contigo las cosas podían ser diferentes. Después de esa chica, admito que me acosté con muchas, incluyendo a Andy. Pero la verdad es que me he entregado sólo a ti y eso no lo he hecho con nadie.

Finalizó y se abrazó a mi pecho.

- Realmente me gustabas Lena, pero no quería que fuese así. Yo te quería en serio, más aun sabiendo que podía haber una oportunidad. Y pensé que después de ese día no querrías saber nada más de mí. - Suspiré.

- Al contrario, creo que me enamoré de ti desde ese día. La forma en que me cuidaste el día que enfermé, sin morbo alguno. Y cuando preparaste aquella sorpresa en tu casa, estaba tan nerviosa. Sabía lo que tenía que hacer, pero contigo no era sexo. Era la primera vez que haría el amor.

- Ya todo lo malo quedó en el pasado mi amor. Ahora estamos juntas y con una vida por delante. Tenemos muchos buenos recuerdos que crear.

Un sueño lejanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora