Prólogo

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Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Era tibia, la sangre que se deslizaba desde la daga que empuñaba hasta su mano. Decidió concentrarse en eso, no quería mirar a los ojos de aquel hombre que ahora daba su último aliento, no podría soportar ver el horror que sus gestos reflejaban. La habitación tomó un tinte lúgubre, mientras sus fosas nasales captaban el olor a óxido e incienso que se impregnaba desde el pasillo.

"Es hora" pensó taciturna, apartándose del cuerpo que cayó con un ruido sordo al piso de piedra.

Hi... Hi-na... — cerró los ojos con fuerza al escucharle y, sin dedicarle un último vistazo, salió de la habitación en dirección a las grandes escaleras que la llevarían al primer piso. Debía ser fuerte, todo aquello lo hacía con justa razón, estaba entre la espada y la pared. Aunque le dolía, pondría a su sangre por encima de cualquiera, no tenía otra opción.

No tardó mucho en avistar la victoria inminente sobre aquellos que habían abierto sus puertas para ella, las únicas personas que le habían mostrado algo de amabilidad y misericordia. El castaño estaba parado frente a un peliblanco que yacía de rodillas con la cabeza inclinada, mal herido y lleno de furia; a la par de los hombres leales al rubio que había dejado sin vida escaleras arriba.

Así que fuiste tú — escupió con asco al verla, tiñendo el piso de rojo sangre a los pies de su captor — Maldita arpía 

Irónico, ¿verdad? — el hombre de sus pesadillas se acercó hasta ella, acercándola a su costado y acariciando su corto pelo con diversión — Una chica débil y tonta fue la clave para al fin deshacernos de ustedes, ¿no es así? — agarró su mentón, mientras una sonrisa afilada se acentuaba en su rostro; era repugnante.

"¿Deshacernos?" aquello no pasó desapercibido para ella. Según sabía, ese hombre trabajaba solo, empujado por su propia avaricia.

¡Cómo te atreves! — el resonar de las cadenas, mientras el cuerpo del peligris se sacudía con violencia y furia, la sacó de sus pensamientos — ¡Voy a matarte!, desearás estar muerto cuando... — no pudo continuar, pues uno de los hombres que lo mantenían cautivo golpeó su cabeza con en mango de su espada, haciéndolo caer casi inconsciente.

¿Cuándo? — repitió su acompañante con sorna mientras se acercaba — No te equivoques Hatake, tus esfuerzos no llegarán a nada — lo vio patear su estómago con fuerza, y casi podría jurar que se escucharía el crujir de sus costillas si no fuera por el alarido de dolor que este soltó — Llévenselos y matenlos a todos, a todos menos a este —

Luego de dar la orden le indicó que lo siguiera y así lo hizo, no sin antes cruzar miradas con Kakashi, quien le dirigía una mirada de odio y... decepción. Era notorio, la sensación de quemarse bajo sus ojos ardía en su piel y la vergüenza de ser una escoria, además de una traidora y asesina, quemaban su corazón. Pero ya no había marcha atrás, fueron las decisiones que había escogido y los azares del destino lo que la habían llevado al borde del precipicio, hasta aceptar tirarse con los ojos cerrados por voluntad propia.

"Todo es por ella Hinata" se dijo, tratando de infundirse fuerzas "Se fuerte. Una vez que todo termine viviremos en paz"

Haz hecho bien — le mencionó, satisfecho, mientras cruzaban la arcada de piedra que daba al patio lateral — Sin ti las cosas habrían sido complicadas, así que gracias Hinata — sus palabras le producían repulsión, a duras penas soportaba su mirada sobre ella — En fin, he de suponer que esperas por tu recompensa, ¿no?. Pero antes... 

Con un chasquido despidió a uno de sus hombres, quien rápidamente volvió con un bulto en sus manos el cual tiró en el piso sin cuidado. Parecía pesado, así que se hizo la idea de que eran algunas provisiones para el camino. Desaparecería a un pueblo lejano, probablemente a los límites del gran imperio, sólo para no vivir bajo el mando de aquel prospecto de tirano.

Puedes acercarte — y justo cuando lo hizo el olor que, llegados a ese punto conocía muy bien, la embriagó. Sangre y putrefacción, provenientes del saco que tenía enfrente.

"No... no puede ser. Debe ser algo más" apretó con sus manos uno de los dobladillos de su falda, tomándose su tiempo para mirar dentro.

 "Sí, eso debe ser. No puede ser ella"

"Por todos los dioses que no sea ella"

Pero al mirar confirmó sus sospechas. La cabeza de su madre... no, su cuerpo completo yacía en trozos dentro de la tela, manchandola toda de un color carmín. Su expresión era horrible, aun luego de morir su facciones se mantenían e indicaba que había sentido mucho dolor.

¿P-Por qué? — balbuceó repetidas veces mientras temblaba de ira, de dolor, de tristeza. Quería gritar, pero eran tantas las emociones que no lograban salir — ¿Por qué?... — encaró a su captor, quien disfrutaba del espectáculo a poca distancia — Usted... usted dijo... dijo que

Dije que podrías verla, reunirte con ella — palmeó su cabeza, cual can en busca de atención — Jamás especifiqué que sería con vida — y prorrumpió en una carcajada que vibraba en el silencio que los envolvía, impulsada por el viento nocturno que mecía las ramas.

"Maldita sea" se lamentó para sus adentros, mientras sus lágrimas rodaban con libertad por su rostro. Había sacrificado tanto, para terminar siendo utilizada de la peor manera. Al final, se lo merecía.

Y mientras estrechaba a la mujer que le dio la vida en sus brazos y sentía su pecho romper por el llanto, una daga afilada rodó por su cuello sentenciándola a muerte. La espesa sangre cubrió rápidamente su torso, a la par que la luz de la luna bañaba su rostro y la vida se le iba entre suspiros... lo maldijo. Maldijo su nacimiento y el haberlo conocido; si los dioses le daban una oportunidad se aseguraría de hacer su vida miserable.

Pero... eso no sería posible, ¿o si?


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Tenía tiempo sin escribir de ellos desde sumire XD, así que traigo un Kakashina bien sabrosón. El prólogo es un poco largo, pero igual espero que lo disfruten.

Feliz año y nos vemos en la próxima (✿◠‿◠)

Pd: el título "Yuánfèn" significa destino en chino.
Ya se pueden hacer una idea de en cuál cultura va a orientarse la historia. 

Publicado 7/1/22

缘分 ~ Yuan FenOnde histórias criam vida. Descubra agora