LXXV

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A Hyunjin le habían dado un pase para que, si quería, pudiera quedarse todo el día en la cabaña.

Como Minho era uno de los cuidadores, también podía quedarse con él, usando el mismo pase.

Pasaron la noche abrazados al otro, durmiendo cómodamente, hasta que la luz entraba en demasía por las cortinas de las ventanas, lo que hizo a Hyunjin despertarse.

Frotando sus ojitos, vió a Felix, quien disimulaba no tener el celular con la cámara apuntando en su dirección.

Rodó los ojos, seguía irritable por el dolor, aunque era muchísimo menos que ayer.

Se levantó un poco y eso fue suficiente para que Minho se despertara, vió a Hyunjin, quien hizo unas señas y señaló a Felix.

— Cobramos por las fotos— habló, su voz salió ronca.

Felix rió.

— ¿Tú, cobrar? Sí, seguro. Regalada.

— Tu madre es la regalada— contraatacó—. Y tú eres adoptado.

Felix fingió comenzar a llorar exageradamente.

— Ya, suficiente— Felix detuvo su actuación—. ¿Vienen a desayunar?

Minho le dedicó una mirada a Hyunjin, quien se encogió de hombros.

— Los vemos en un rato, vayan si quieren— contestó el rubio.

Ayudando a Jeongin bajar la rampa, se fueron, cerrando la puerta detrás de ellos.

— No tengo hambre— habló Minho, recostandose de nuevo en la cama.

Hyunjin negó, dando a entender que él tampoco tenía ganas de un desayuno.

— ¿Nos quedamos aquí todo el día? — preguntó Minho, con una sonrisa ladina.

Hyunjin sonrió, asintió con ganas.

𝐌𝐔𝐓𝐄 ㅡ hyunho  ¹Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ