-Espera, ¿por qué solo haces una de plata?.- pregunto Chrome.
Desde hace un buen de rato que senku y Chrome junto a la pequeña suika, estaban haciendo lo del bañado de plata para la lanza de Ginro, mientras yo, desde que dios amaneció, ando entrenando junto a kohaku, ginro y Kinro.
"Ah, estoy a nada de retirarme de los malditos juegos de la aldea..."
Justo ahora acabo de recibir una fuerte patada en el estómago, cortesía de la leona; este mismo me hizo caer de espalda al suelo.
-Ayuda mamá, me quede chueco. - comente adolorido aún sobre el suelo. -
El dolor de espalda de ayer lo siento aún más fuerte justo ahora.
-Lo siento, senku me dijo ayer que tu espalda te dolía y aún así no medí mi fuerza. - se acerco la güerita para ayudar a levantarme.
-Tranquila, no me importa recibir unos cuantos golpes. - respondí poniéndome de pie con su ayuda, tratando de olvidar el dolor.
-¡Oye kohaku!, ¡Siempre ayudas a Luis a levantarse pero a nosotros nos dejas tirados sobre el suelo así sin más!.- se quejó el rubio.
-Es porque tengo preferencias.- le respondió la rubia con una sonrisa.
El chico rubio hizo una cara ofendido.
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