Agosto de 1976

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10 de Agosto, 1976. 

Sus padres estaban preocupados, lo sabía. Su comportamiento no había sido el mismo desde que volvió a casa por vacaciones, estaba más callado y tranquilo de lo usual pero no podían culparle, James necesitaba de sobremanera el ambiente de paz del cual se rodeaba el jardín de su madre. Se sentaba por horas entre las coloridas e interminables flores simplemente admirando el cielo y pensando en Severus.

Su Severus...

De alguna forma que no lograba comprender, James lo extrañaba. Como si ellos en el pasado realmente hubieran estado juntos, le gustaba imaginar que sí.

En Incontables ocasiones se encontró imaginando una vida en donde Severus y el eran cercanos. Hacerse amigos en el tren y continuar con su amistad a pesar de quedar en casas diferentes. Severus lo hubiese ayudado a estudiar miles de veces y probablemente James lo habría arrastrado a más de uno de sus partidos de Quidditch obligandolo a ponerse algun accesorio de Gryffindor, Severus lo hubiese odiado por eso pero de igual manera iria a verle con los colores dorado y escarlata. Quizá ellos realmente pudieron enamorarse en aquella vida, y esconderse en los rincones del castillo para besarse sin sus amigos cerca. Y Lily definitivamente lo odiaría por profanar la inocencia de Sev. Hasta podría pensar en Sirius molestando amistosamente a Severus y este hechizandolo para luego seguir hablando con Remus.

— ¿James?

Su madre se encontraba de pie frente a él mirandole como si fuera un niño herido.

— Hola mamá.  — sonrió 

Su madre le sonrió de vuelta mientras se sentaba a su lado en el cesped, por inercia James dejó que su cabeza se apoyara en el hombro de la mujer que le había dado la vida.

— ¿Qué es lo que pasa por esa cabeza tuya, Jamie?

Le fue inevitable no pensar en Severus, así es como él lo nombraba en incontables de sus cartas.

— ¿Crees que sea posible enamorarse de un fantasma? — Sintió la tensión en el cuerpo de su madre ante su pregunta. — No ese tipo de fantasma. — Aclaró.— Me refiero al recuerdo de una persona, pero no recuerdos que hayan compartido, sino recuerdos anexos a ti. Te enamoras de su persona, de su fuerza, de su personalidad, de lo que ha vivido y como lo ha vivido. Conoces lo que piensa y lo que siente pero sin estar ahí cuando lo transmite.

Quedan en silencio por largos segunos, James supone que su madre esta pensando en que decirle.

— Creo que el amor se puede dar de muchas formas, cariño. Sin embargo el enamorarse de alguien que no está aquí, que no puedes mirar o acariciar es bastante complicado. Puede que lo que sientas es algun tipo de admiración y de cierta forma emoción por ser el unico que conoce lo misterioso que son los pensamientos y sentimientos de esa persona.

James asintió. Aquella no era la respuesta que le hubiese gustado escuchar pero sabía que era la que obtendría, despúes de todo el amor que estaba sintiendo por Severus no era de lo más común, enamorarse de alguien que no esta vivo no es sano, pero enamorarse de alguien que te hace daño tampoco. 

De cierta forma el amor que nació en ambos no es correcto, pero James jamás había sido alguien correcto.



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Cartas de Amor para el Monstruo de Gryffindor #1Where stories live. Discover now