SEVENTEEN

477 72 0
                                    

"I'll let 'em take accountability

For everything that's wrong with me

Can't hold myself responsible

So I blame the metaphysical"

Claude no te odiaba, pero tampoco le agradabas, solo te aceptó como su pareja por su gente, porque, podía ser un mal padre y una persona fría y sanguinaria, pero se negaba a ser como su hermano o su padre, dos hombres de corazón podrido y mente estrecha que no se preocupaban por su pueblo, así que cuando tus padres llegaron con sonrisas falsas y una propuesta de matrimonio, no pudo decir que no; especialmente cuando los labios rojos de tu madre se abren y él espera que ella enliste todas tus buenas cualidades, que diga que tan bella eres, tu preciosa voz y demás, pero en su lugar hay una amenaza de guerra.

La primera reacción de Claude es la ira,  está a punto de matarlos y deja que su magia fluya en forma de electricidad y estática, pero tu padre conoce la magia, y familia conoce la magia, tú conoces la magia y tú pueblo conoce la magia, así que fácilmente lo detiene y con una voz condescendiente le recuerda que su imperio es igual o hasta más grande y poderoso que el suyo.

Tu madre le recuerda con veneno en la boca que su ejército es más grande y mejor que el suyo, que solo se necesitaría un chasquido de dedos para que se pusieran en movimiento y destruyeran todo a su paso, con una voz dulce que le da arcadas, ella le dice que las cosas se harán por las buenas o por las malas, los dos imperios se unirán, lo quiera o no.

Claude está lívido, pero no es tonto, no está seguro de sí podrá ganar una guerra contra ellos, se pregunta que pasaría si los asesinara en ese momento, ¿comenzarías la guerra por su muerte?, o, ¿no te importaría y seguirías tu vida como si nada?, no lo sabe, no te conoce, así que no se arriesga y acepta a regañadientes.

Tus padres están extasiados, pero no pasa por alto la decepción en sus ojos y el leve desdén cuando lo miran, como si no fuera digno, ¿de qué?, ¿de casarse con su hija o de ser emperador?, no le importa de cualquier modo.

Por fin salen de su oficina y ni siquiera voltean a despedirse, tu padre solo le da una última mirada arrogante mientras que la mujer a su lado sale con una postura perfecta y orgullosa, y una sonrisa dulce, los sirvientes se inclinan ante ellos impresionados por su belleza y aparentemente amabilidad, hay susurros llenos de admiración y demás sentimientos, especialmente cuando tu padre tropezó con una sirvienta torpe que se inclina con miedo mientras se disculpa múltiples veces, pero él solo se ríe y le dice que se levante, que no es nada, pero que tenga cuidado porque otros no podrían reaccionar bien, la chica se sonroja aún más mientras asiente y agradece, claramente pasando por alto la leve mirada enfadada que le manda tu madre y el fuerte agarre que el hombre tiene en la tela de su pantalón.

Salen mientras todos los miran adorando todo de ellos, y Claude se pregunta brevemente si así es como lo miran a él o sus miradas son de puro terror, cierra la puerta de su despacho sintiendo que toda su energía ha sido drenada, justo cuando se tira en su sillón llega su hija con Félix, quien le da una mirada preocupada por su estado pero simplemente la ignora mientras la niña se sube a su regazo y comienza a contarle su día.

Escucha y vagamente presta atención mientras cierra los ojos y juega con su cabello, siente que el cansancio lo invade pero todavía tiene papeles por llenar, y talvez en otra ocasión le hubiera dicho al pelirrojo que lo hiciera por él, pero ya lo ha hecho muchas veces y lo único que necesita ahora es distraerse.

La niña termina su monólogo y cuando él abre los ojos, ve su largo cabello rubio que le recuerda a esa moza de ojos rojos y siente que su día se agria aún más, despide a los dos sin darles tiempo de responder, no escucha las preguntas sobre su bienestar, solo cierra la puerta y la bloquea, se sienta de nuevo y escribe, lee y escribe, y así hasta que la pila de papeles que había ya no está y el sueño se apodera de él.

Y recuerda.

Que ya no está en su oficina, está en tu palacio, contigo en frente, tu lenguaje corporal sumiso sigue pero sabe que todo es un fachada, no eres tan tranquila y si lo eres, no es algo bueno, solo significa que detrás de tu silencio y docilidad hay una intención enfermiza que no vas a mostrar hasta cierto punto.

Va a castigarte, pero no tanto, solo lo necesario para que aprendas tu lugar, no puede arriesgarse a que le informes a tu familia, sin saber que incluso si te lastimaba no les dirías, especialmente porque se burlarían de ti por ser tan débil para luego castigar a los que te lastimaron por manchar el orgullo de la familia.

Claude habla y todos se estremecen en la habitación, todos excepto tú. -Salgan- Los guardias se miran dudosos pero saben que mejor no hacer que su emperador se repita, las primeras en retirarse fueron las mucamas, seguidos por estos, Félix y Athanasia son los únicos que faltan, así que Claude los mira y su gran amigo sabe que está hablando en serio, carga a la princesa y esta se niega a irse, temerosa de lo que podría pasarte, arrepentida de haber sido tan descuidada, ahora por su culpa vas a ser castigada, pero no puede hacer nada contra los fuertes brazos de el hombre pelirrojo, quien le dice que se calme, que nada te pasará, pero ni siquiera está de seguro de eso, por fin salen y lo único que se escucha es el clic de la puerta al cerrarse.

P A T H E T I C  P R I N C E S S (Princesa Encantadora)Where stories live. Discover now