Prólogo

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"¿Recuerdas cuándo fuiste hechizado con un amor no correspondido?"

"Fue aquella tarde, meditando, pensando en la nada, relajando cada parte de tu ser. En ese momento, toda tu suerte cambió, y estarías condenado, hasta que aprendieras la lección más importante de todas..."

Las miradas entre ambos se cruzaron, el de mechas celestes había sido interrumpido por una torpe jovencita de coletas quien parecía haber entrado a su cuarto buscando algo, o a alguien.

—Ah, hola, soy Ma-Ma-Marinette —Reaccionó con sorpresa, pues no esperaba encontrarse en una situación tan incómoda como esa —. Tu madre me ha dicho que el gropu, digo el grupo te está esperando y...

—Hola Ma-Ma-Marinette, haha —Reía en respuesta a la boba reacción de la extraña. Mas cuando la vió apenada por ello se entristeció.

"Definitivamente ese había sido un mal inicio, uno que tal vez debería haber sido una especie de señal para ambos."

"El primer encuentro, la primera condena."

El adolescente tomó su guitarra —Me expresaré como mejor sé —dijo y comenzó a tocar una melodía, era cierto que esa era su mejor forma de expresarse, pero en sus adentros no podía negar tampoco que no lo hiciera para mostrarle sus "encantos" a la peliazul, quién le había llamado la atención a primera vista.

Luego la invitó a sentarse a un costado de su cama, aún con el instrumento entre manos.
La de coletas aceptó la invitación sentándose a un lado suyo.

—Qué extraño, parece que tienes algo como esto en tu corazón —Comenzó a tocar una melodía suave, pero con un tono melancólico.

La jovencita cerró sus ojos, disfrutando la melodía mientras se entendía a sí misma, tocándose instintivamente el pecho.

Cuando terminó ella abrió los ojos, sorprendida, su melodía se sentía como si la conociera de toda la vida — ¿Cómo...haces eso?

"El don que te fue otorgado es hermoso, sientes la melodía de otros, ¿por qué entonces no te diste cuenta de que sus melodías no encajaban?"


—La música es más simple que las palabras —dijo una verdad dentro de una oración tan simple.

Marinette se levantó de la cama, y caminó un poco hasta quedar frente a un poster de su artista favorito y ya conocido, Jagget Stone. Bajó un poco la mirada y se topó con varias púas, una de ellas tenía la imagen de Jagget; la tomó para así observarla mejor.

—¿Te gusta la música de Jagget Stone? —Era una pregunta con una respuesta bastante evidente, pero no hacía daño cuestionar algo tan obvio.

—Es mi músico favorito —Luego de responder se levantó colocándose la guitarra en la espalda mientras se acerca a la joven quién había entrado a su habitación sin previo aviso.

—El mío también —comentó con nerviosismo jugando con la púa entre sus dedos, para luego recordar que no era suya.

—Si quieres puedes quedártela, tengo muchas —Esa era una verdad a medias, tenía muchas, sí, pero esa era su favorita, sin embargo entregarla a una fanática cómo él, no era tan doloroso.

"Vives en un barco, sin embargo olvidaste la regla más valiosa de un pirata, no entregar tus tesoros"

— A-ah gracias —Se alegró por el acto de Luka, quién le regalaba una sonrisa cálida.

—Creo que debo alcanzar al "gropu" —Rodeó los ojos con algo de sarcasmo en su hablar, esa clase de bromas lo caracterizaban, tal vez por eso prefería no hablar y solo tocar.

—¿En serio eso dije? Ay no... —Se lamentó por aquella torpeza que había cometido.

—Eres muy graciosa, Marinette —dijo para luego irse, no sin antes darle una mirada a la joven que había llamado más que solo su atención.

"Oh, querido Luka, un corazón tan noble como el tuyo encaprichado de una indecisa adolescente..."

Quiérete Luka | Luka CouffaineWhere stories live. Discover now