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Junio

   En junio ocho salí a buscar estrellas, tropecé tres veces con una piedra; la verdad es que no sabía lo que buscaba, la piedra tenía ojos y eran canela. Nos besamos un par de veces, nos mentimos unas tres, esas noches eran arena.

   Sentado bajo un sicomoro, esperaba encontrar a Dios entre las nubes serenas, que bajase y me dijese que aunque al resto no le guste, no está mal comer avena. A la sombra del sicomoro, descalzo, mis pies en el aire, siempre sin tocar la tierra; mi centro de gravedad era un ente dual, ¡que se joda, ahora soy la brisa ligera!

   Ahora los dos lo sabemos, un espectro con diez nombres y yo sentado en la pradera; junio fue un final, julio sexo y agosto una heladera, en septiembre guerra ardiente, octubre fue una trinchera

   Nuestro éxtasis eran gemas, un zafiro que lloraba y un rubí en la cama; eso sí es un buen recuerdo de un bochorno de jugada.

   Probablemente eso fue junio, tres partidas de mala racha, algunos días me importa y otros solo hay basura llena de cucarachas.

Cuatro letras mortíferasWhere stories live. Discover now