Lo Lamento

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Siempre me solía preguntar ¿Porque un mundo gris y no uno de colores? No me quejaba mucho pero, yo quería estar en uno.

— Jiwoo Unnie~ — llamo con una gran sonrisa

— Shh... Nos va a encontrar — respondió Jiwoo abrazándome — no hagas ruido o el mounstro nos encontrará — dijo en tono bajo mientras caminaba y nos escondimos en el closet

— Recuerdas lo que tienes que hacer ¿No? — ella asintió, se escuchaban pisadas fuertes que provenían de afuera de la habitación — toma — le doy unos auriculares y se los coloca, moviéndose al ritmo de la música, le doy un beso en su frente y Jiwoo se esconde entre el monton de ropa

— ¡Se que estás aquí! ¡Ven! — demandó fuerte una voz gruesa y pastosa, sentí náuseas y salí de mi escondite

— Aquí estoy — dije en un susurro, las palabras no podían salir de mi boca con facilidad

— ¡Te estaba llamando y te fuiste! ¡Te dare modales! — aquel hombre golpeó con fuerza mi mejilla haciéndome caer al suelo, tome mi mejilla y trate de retener mis lagrimas — ¡Tienes que hacerme caso cuando yo lo ordene! — me tomo de mis cortos cabellos y me comenzó a arrastrar fuera de la habitación, trataba de no llorar y quitarme las manos de encima de aquel hombre, pero no podía — ¡Lo único que haces es arruinar todo! ¡Todo es tu culpa! — me lanzó en el piso de la sala donde al mirar hacia arriba mire a mi madre sentada leyendo una revista

— Ya deja de fastidiar a tu padre — hablo con fastidio aquella mujer mientras seguía sin mirarme

— Yo no he hecho nada, madre — respondí en un tono de voz baja y recibí un golpe en mi cabeza el cual me hizo caer

— Ya haz lo que te digo de una vez — ordenó aquel hombre y se sentó en el sofá, gateo al frente de él y me quedo en la misma posición, aquel hombre coloco sus pies encima de mi espalda — Por fin haces algo bien — dijo el hombre y empezó a ver la televisión

No sé que pude haber hecho, tampoco sabía si todo eso era parte de tener una familia, cerré mis ojos y recordé la sonrisa de Jiwoo, aquella niña con una energía y un aura tan linda, era la razón de soportar uno a uno de mis castigos. Mis papás solían castigarme, pero no sabía porque, quizás porque solía ser algo lenta al hacer los deberes de la casa o porque pedía ir al colegio y ser como los demás niños, no lo se.

Me sentí algo cansada, las heridas de mis brazos duelen y arden. Me dolían mucho mis rodilla y mi espalda pero... No importa, mi papá estaba cómodo y mi mamá no me insultaba, así que todo estara bien, Jiwoo solo debe quedarse arriba, era muy afortunada de tener una casa, comida y dos papás, no tengo que pedir más. Mi vista se nublo mientras miraba la sucia madera, mis lágrimas de nuevo brotaban ¿Me quieren? ¿Alguien me quiere? ¿Estoy sola en el mundo? Debería morir, no debería existir, papá, mamá... Lo lamento.

— no hay nadie más hermoso que tú — sonreí al escuchar el canto bajito de mi chica, mientras me abrazaba por la cintura — linda niña con una sonrisa no común, entregarme solo una vez más — sonreí aún más mientras escuchaba el canto y su cabeza recostada en mi nuca, dando constante escalofríos leves en mi cuerpo — la luz que tus ojitos me pudieron mostrar — beso mis cabellos y voltee para mirarla fijamente — oh, cautivas mi corazón con locura, eres mi fortuna, mi linda Kim Lip — termino lo último a una corta distancia de mis labios y la abrace fuerte — jamás te dejaré y a todos me enfrentare — era tan tierna, enserio la quería tanto — si tú tan solo me sonríes otra... Vez — ambas sonreímos y tomo mis manos entre las suyas

— Gracias por encontrarme

— Gracias por salir de aquella casa — beso mis manos, acaricio mis brazos, beso todo mi rostro, tomo mis piernas, me cargo y sujeto contra la pared, solo la abrace por los hombros mientras reía por sus acciones

— Alguien puede vernos — mire fijamente a la ojos que me podían ver con la mayor admiración del mundo

— Un Búho saco a un pez fuera del agua, ahora que se haga responsable de él, decide si matarme, dejarme o ayudarme a respirar — sonreí y mire a los lados, ví qué nadie caminaba por estas escaleras

— tonto pez que se enamoro de un Búho

— Tonta Búho que no besa a este enamorado pez — sonreí y uní nuestros labios, mi corazón se hinchaba de felicidad con cada palabra bonita de Soulie — todo estará bien, nuestras mamás se recuperarán pronto — me dijo luego de aquel beso, beso mi frente y aun me mantenía cargada

— Lo sé, cuando estoy contigo se que todo estará bien y ellas son muy fuertes — acaricie sus mejillas y ella solo mantenía su amplia sonrisa — conocí a una linda sirena

— ¿Así? — dijo asombrada — pero ¿Existen?

— Claro que si existen, Adivina que me dijo

— ¿Que cosa? — pregunto curiosa

— Que fuera su novia — ella hizo una cara de asombro — y yo le dije que si

— ¿Pero que? ¿Porque? — me soltó y la mire divertida, ella tenía una cara de enojo

— Porque es una linda sirena, tu también le dirías que si — ella negó con los brazos cruzados — Se llama Soulie y es la sirena más bonita del mundo

— Sean felices entonces — se dió la vuelta y se iba a ir pero la abrace por detrás fuerte — déjame, anda vete con tu novia sirena

— Ya estoy con ella — ella se quedó pensando — ¡Si! Jinsoul eres tú

— Ahh — soltó, luego comenzó a reír y me abrazo fuerte — me asustas

— Jamás te dejaría, jamás

— Yo tampoco te dejaría, Jamás

Le sonreí y me beso, me beso con tanta dulzura y no pude evitar corresponder, me pegaba a ella y yo gustosa la ayudaba en su labor. Soulie era mi alma gemela, la chica que se enamoro de mi tan solo al verme sonreír luego de haber llorado, le guste a apesar de estar cubierta de barro y múltiples golpes, heridas, quemaduras y lágrimas.

Ella con cada muestra de amor, llenaba de colores cada rincón de mi mundo.

Te quiero tanto, Jinsoul...

¡Mirame A Mi! [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora